Y añade: “Como la vida eterna para los cristianos, el marxista está convencido que la redención vendrá cuando las fuerzas de la historia construyan el paraíso proletario. Nadie podrá evitarlo.” No se puede perder la esperanza y se burla de Gilberto Vieira, quien fue secretario general del partido comunista durante cuarenta y cuatro años y mantuvo la fe a pesar de todas las decepciones: “la profecía nunca se cumplió: el capitalismo no trajo el empobrecimiento de las masas sino su enriquecimiento.”
El nivel de descaro intelectual de Vélez no tiene límites. Examinemos sus afirmaciones. Habla de la certeza religiosa que ofrece el marxista o que el marxista está convencido de la redención. Pensaría uno que Vélez conoce los libros y textos de todos los marxistas, sus ideas y actitudes y sus actuaciones políticas. Lo cual le permitiría criticar a todos los marxistas. Esta es una manera de discutir poco rigurosa intelectualmente. Lo mínimo que uno esperaría de alguien que posa de columnista serio, en un medio de comunicación serio como La Silla Vacía, es que pensara y escribiera seriamente. No se entiende por qué Juanita León no le aplica el detector de mentiras a estas afirmaciones de Vélez. ¿O será que las comparte? ¿O debería hacerlo Daniel Pacheco el editor general? Seguramente se escudarán en que es una columna de opinión, pero Vélez no dice yo opino o yo creo que los marxistas son, lo afirma, como si fuera un conocimiento comprobado. ¿Está de acuerdo La Silla con que sus columnistas de opinión mientan descaradamente?
Hay diferencias entre Marx y los marxistas. Tampoco queda claro si cuando habla de los marxistas Vélez está criticando también a Marx. En sentido estricto no debería ser, porque Marx no fue marxista, si por eso se entiende a un seguidor o discípulo de Marx o un partidario del marxismo. Pero si se está refiriendo a Marx debería decirlo abiertamente. Seguramente no lo hace porque su conocimiento de su obra probablemente se limita a algunos textos breves y no a El capital. Hay algunos autores que han tratado de sustentar la tesis de la concepción religiosa de Marx, de su mesianismo y enfoque escatológico, así como la idea de Marx como profeta. Por lo menos podría Vélez estudiar un poco más para darle un barniz de cierta seriedad a sus opiniones.
Vélez hace propaganda barata, quizá eficaz, pero pobre teóricamente. Además, basada en mentiras. Afirma contundentemente que el “capitalismo trajo el enriquecimiento de las masas.” Hay que reconocerle a Vélez que habla explícitamente de capitalismo, algo que no hacen todos los defensores del capitalismo.
¿Qué entiende por enriquecimiento de las masas? ¿Cuáles son sus evidencias? ¿Se refiere al enriquecimiento de las masas en Colombia? Esperaría uno como mínimo que un pensador serio presentara la evidencia o por lo menos remitiera al lector a las fuentes que sustentan su afirmación (que no la presenta como una opinión). Es un país como Colombia en el cual cerca de 6 millones de personas son extremamente pobres (11,7% del total) puesto que no tienen ingresos suficientes para comprar una canasta de alimentos que les permita satisfacer sus necesidades nutricionales, en el cual hay 16 millones de personas pobres (31,8% del total) que no tienen ingresos suficientes para comprar una canasta mínima de bienes y servicios[2], y en el que hay otros 15 millones de personas vulnerables (30,5% del total)[3], resulta por decir lo menos desconcertante afirmar que el capitalismo enriqueció a las masas.
El 62,3% de la población es pobre extremo, pobre o vulnerable. Según el DANE es vulnerable una persona que tiene un ingreso que es superior a la línea de pobreza pero alcanza a $897.987 mensuales. Treinta millones de personas en Colombia están por debajo de esta cifra: ¿es este el enriquecimiento generado por el capitalismo al cual se refiere Vélez? Una proporción enorme de estas personas se encuentra además en situación de “inseguridad alimentaria” según el DANE: en 2024 el 25% de la población estaba en inseguridad alimentaria moderada y el 5% en inseguridad alimentaria grave[4].
Otras 17 millones de personas son consideradas por el DANE como “clase media”, que tiene ingresos entre $897.987 y $4.835.315 al mes. En los informes disponibles en la web no se precisa la distribución para saber si la mayoría está cerca al millón de pesos mensuales o a los 5 millones mensuales, pero en todo caso tampoco son ricos. Los ricos, que el DANE denomina clase alta, son apenas 1.650.000 personas (3,3%). Conclusión: según las propias cifras oficiales el capitalismo en Colombia apenas enriqueció al 3,3% de la población.
Pero según Vélez “el capitalismo trajo el enriquecimiento de las masas”. ¿Estará de acuerdo La Silla Vacía con esta afirmación de Vélez? ¿No debería el editor de La Silla Vacía poner una nota indicando que respuesta obtuvieron con el detector de mentiras?
En el fondo a Vélez no le interesa estudiar rigurosamente estos temas. Su interés político es claro y le basta con repetir una y otra vez afirmaciones dudosas y mentiras. Muy probablemente Vélez cae dentro de la categoría de espadachín a sueldo de la burguesía.
En columna de El Espectador publicada el mismo día que la columna de Vélez un respetable burgués como Mauricio Botero[5], le da una mano a su tesis de los efectos benéficos del capitalismo (sin nombrarlo) para las masas trabajadoras, presentado algunas cifras.
La columna de Botero se titula “El evidente y manifiesto progreso de la humanidad”. Botero sustenta sus tesis en evidencia empírica: 1) La pobreza según la ONU se redujo más en los últimos 50 años que en los 500 anteriores (no cita la fuente específica); 2) “la economía de mercado ha sido en los últimos 250 años el motor central del progreso.” (no presenta evidencias sobre esto); 3) ha aumentado la disponibilidad de tiempo de los habitantes (los datos que presenta son confusos y no menciona la fuente para Colombia); 4) en los “pobres” de Bogotá o Medellín de hoy el 95% tiene electricidad, el 80% tiene agua corriente, el 95% tiene televisor a color, el 95% tiene celular y más del 70% tiene nevera o refrigerador (no cita la fuente ni menciona el año de estos datos). Y plantea, como prueba concluyente del progreso, lo siguiente: “Pepe Sierra, el hombre más rico de Colombia a principios del siglo XX, no disfrutaba de ninguna de esas comodidades.”
Miremos los datos y luego intentemos comprender y criticar la interpretación de Botero, dejando de lado que las comparaciones sobre la pobreza en períodos tan largos como 500 años tienen serios problemas de confiabilidad y de comparabilidad. Además, no nos dice cuál indicador de pobreza está utilizando, pero obviamente no examina la pobreza relativa, es decir la parte que le corresponde a los trabajadores asalariados en el total del PIB. Pero aceptemos el dato, a pesar de su poca precisión.
Es evidente que el modo de producción capitalista ha desarrollado extraordinariamente la capacidad productiva de la sociedad, lo cual abre la posibilidad de que los trabajadores mediante diversas acciones obtengan una parte de dicho aumento de la productividad y tengan acceso a más y mejores valores de uso. Pero, en cualquier caso, se trata de un “progreso” en condiciones capitalistas.
Esto significa que: 1) aunque mejore el ingreso real de los trabajadores asalariados, se mantiene una relación en la cual una minoría, los capitalistas, concentra la mayoría de la riqueza y de los ingresos; según Alejandro Gaviria el índice de concentración del ingreso medido por el coeficiente de GINI es muy elevado en Colombia y no ha bajado en 6 décadas; 2) La pobreza y la miseria por ingresos sigue siendo enorme; si sumamos la proporción de población vulnerable, alrededor del 63% de los trabajadores asalariados y por cuenta propia son pobres, pobres extremos y vulnerables; 3) La gran mayoría de trabajadores (84%) no gana siquiera dos salarios mínimos mensuales[6]; 4) Una parte importante de los trabajadores está desempleada y subempleada, y en trabajos precarios: en agosto de 2025 la tasa de desempleo nacional era 8,6% (2,2 millones de personas), la tasa más baja en el siglo[7]; 5) El 57% de los trabajadores tiene empleos informales; 6) Parte de la clase trabajadora cae en la mendicidad, la delincuencia y la prostitución.
Es evidente y manifiesto el “tipo de progreso” de la humanidad en Colombia. En el mundo la mitad de la población es pobre según uno de los estándares del Banco Mundial y estima esta entidad que se necesitarán 100 años para erradicar la pobreza[8].
En la Encuesta de Calidad de Vida del DANE se recopila información sobre la disponibilidad de ciertos objetos en el hogar. Los datos para 2024[9] ratifican lo que afirma Botero, con algunas diferencias en los datos. Botero no incluyó en las cifras de progreso la situación de 40% de los hogares que no tiene vivienda propia o que el 87% no tiene propiedad sobre un carro particular.

Es evidente que el desarrollo capitalista ha permitido que el ingreso real aumente y que los trabajadores, especialmente los de más altos ingresos, puedan consumir mucho más. Para que la posibilidad se transforme en realidad, los trabajadores a lo largo de la historia del capitalismo han tenido que luchar para lograr aumentos del salario o ingresos compensatorios (en dinero o en especie) por parte del Estado. Lo mismo ocurre con respecto a los trabajadores de menores ingresos que pueden acceder a un televisor y a un celular, productos que a lo largo de la producción capitalista han reducido su precio relativo y permitido que entren en la canasta de consumo de los trabajadores. Pero nuevamente, esto ocurre dentro de condiciones capitalistas, la relación fundamental no se ha suprimido.
Pepe Sierra por obvias razones de imposibilidad física no pudo disfrutar de comodidades como el celular, el televisor y la nevera. Vivió entre 1846 y 1921 y se dice que era el hombre más rico de Colombia[10], el Luis Carlos Sarmiento de la época. Tenía el dinero para comprarse todas las mercancías que quisiera y seguramente disfrutó de muchas comodidades, aunque no en exceso porque tuvo una vida muy austera: “Considerado posteriormente el hombre más rico de Colombia, vivía de manera austera”, pero lo que no consumía don Pepe si lo hacía su familia: “La familia empeoró la situación ya que derrochaba el dinero en el continente europeo, sin prestar atención a la administración de las fincas, en muchas de las cuales se construyeron lujosos palacetes, como el del Chicó, al norte de Bogotá, convertido hoy en museo”.
Es de una simpleza extraordinaria tratar de evidenciar el progreso de la humanidad por la disponibilidad de estos objetos e insinuar que está mejor un trabajador asalariado que gana el mínimo pero tiene celular, televisor y nevera, que la persona más rica de su época en el país.
De otra parte es conveniente destacar que Botero habla de humanidad en general, sin diferenciar entre los humanos. Y además no menciona el capitalismo, como sistema motor del progreso, sino a la economía de mercado. El capitalismo tiene dos grandes rasgos generales. Por una parte es una estructura económica en la que la producción es hecha por productores privados independientes que se relacionan mediante ventas y compras en el mercado. Es esta una esfera en la cual jurídicamente son iguales tanto el capitalista más rico como el trabajador asalariado más pobre, porque ambos venden y compran mercancías. Por el otro lado, es una sociedad en la cual la fuerza de trabajo es una mercancía y existe una relación de explotación en la cual el capitalista compra dicha fuerza de trabajo y la lleva al proceso de producción en el cual extrae un plusvalor. Botero prudentemente se enfoca solamente en la primera dimensión, la economía de mercado, y omite la segunda.
El progreso no ha sido igual para todos y además se manifiesta en rasgos inherentes al capitalismo, como el desempleo. En términos de capacidad productiva existen los medios de producción y los recursos para garantizarle un nivel de vida adecuado a todos los trabajadores, incluso en un país con un PIB por habitante bajo como el de Colombia, si se distribuyera igualmente entre todas las personas.
Botero reconoce que “en ocasiones se producen fallas del mercado”, pero “en la inmensa mayoría de los casos lo que se produce son fallas del Estado” por parte de “gobiernos torpes e intervencionistas” que asumen que pueden atender mejor “las necesidades de sus ciudadanos.” ¿Cuáles son dichas fallas de mercado que ocasionalmente se producen? 1) Concentración de la producción en monopolios y oligopolios; 2) Desigualdad de la riqueza y del ingreso; 3) Pobreza y miseria de parte importante de la población; 4) necesidades que solamente pueden satisfacerse colectivamente; 5) Insuficiente crecimiento del PIB; 6) Desequilibrios y crisis. Nada más. ¿En ocasiones se presentan estas fallas?
Para Botero no existen capitalistas ni trabajadores asalariados. Sus categorías son ricos y pobres. Y cita a un autor que parece valora mucho, Matt Ridley, quien “afirma que eres pobre en la medida en que no puedes permitirte vender tu tiempo por un precio suficiente para comprar los servicios que necesitas, y rico en la medida en que puedes permitirte comprar no solo los servicios que necesitas sino también los que anhelas.” El ilustre Ridley no menciona la fuente de ingreso de los ricos en su definición. Debería el señor Botero hacer un esfuerzo por leer autores de mejor nivel.
Vélez y Botero cumplen un papel en la lucha ideológica. Su partido político es el capitalismo (aunque Botero prefiera esconderlo bajo el término de economía de mercado) y su tarea fundamental es tratar de justificar este modo de producción a pesar de sus nefastas consecuencias vitales para los trabajadores asalariados y por cuenta propia. Vélez es un espadachín a sueldo de los capitalistas, Botero es un capitalista que prefiere ser el espadachín directamente. Ninguno se destaca por su profundidad analítica y explicativa. Pero esto no les importa mucho. Su interés no es entender el capitalismo sino defenderlo.
Lo grave es cuando los partidos y movimientos que defienden los intereses de los trabajadores asalariados y por cuenta propia (en especial los situados en la parte inferior de la escala jerárquica) asumen parte de la terminología de los ideólogos defensores del capitalismo y en vez de hablar claramente de clases sociales en conflicto hablan de ricos y pobres.
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[1] https://www.lasillavacia.com/opinion/el-congreso-de-los-pueblos-o-la-impostura-cinica/
[2] https://www.dane.gov.co/files/operaciones/PM/cp-PM-2024.pdf
[3] https://www.dane.gov.co/files/operaciones/PM/cp-PMClasesSociales-2024.pdf
[4] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/salud/escala-de-experiencia-de-inseguridad-alimentaria-fies
[5] https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/mauricio-botero-caicedo/el-evidente-y-manifiesto-progreso-de-la-humanidad/
[6] En 2021, la mitad de los trabajadores ganaba un salario mínimo o menos y el 86 % tenía ingresos de hasta dos salarios mínimos (aproximadamente dos millones de pesos mensuales) (DANE, 2022a). https://www.dian.gov.co/dian/cifras/Informesespeciales/02-Estadisticas-de-Ingreso-y-Riqueza-en-Clave-de-Genero-PLURAL.pdf. https://www.larepublica.co/economia/salario-minimo-2024-cuantas-personas-ganan-solo-un-salario-minimo-en-colombia-3755699
[7] https://www.dane.gov.co/files/operaciones/GEIH/cp-GEIH-ago2025.pdf
[8] https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2024/10/15/ending-poverty-for-half-the-world-could-take-more-than-a-century. Informa el Banco Mundial que la mitad de la población mundial, 4.000 millones de personas, viven con menos de US6,85 al día (más o menos $800.000 por mes por persona en Colombia); y 700 (15% de la población mundial) millones viven con menos de US2.15 (más o menos $250.000 mensual por persona).
[9] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/salud/calidad-de-vida-ecv/encuesta-nacional-de-calidad-de-vida-ecv-2024
[10] https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Sierra. “Es considerado por varios analistas como el hombre más rico de Colombia en el siglo XIX y principios del XX,[1] y uno de los más ricos de la historia del país, si se indexa su fortuna a valores actuales.”
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: El Orden Mundial

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