Nueve candidatos a la Alcaldía de Cali se inscribieron en julio y 3 se apartaron de la contienda. Terminaron 6, Roberto Ortiz (GSC)y Jorge Iván Ospina (Alianza Verde) Michel Maya (Partido Alianza Social Independiente ASI), Alejandro Eder (GSC), Alex Duran (GSC), Danis Rentería (Partido Colombia Justa Libres), Fernando Toloza (Movimiento MAIS),Francined Cano(Movimiento Autoridades Indígenas de Colombia AICO),y Gustavo Adolfo Prado( Partido de Reivindicación Étnica PRE). Como se observa, tres de ellos se inscribieron por grupos significativos de ciudadanos (GSC); esto se explica porque o no tienen militancia y partido político que los inscriba, o porque son rechazados en otras estructuras políticas, o quieren empezar la campaña proselitista con anticipación y posar de apolíticos.
En Cali, con un potencial electoral de 1.726.436 personas aptas para votar, la abstención se registró con un 51 %, y el voto en blanco llegó casi al 10 %, es decir no votaron más de 860.000 ciudadanos y se abstuvieron de seleccionar a algún candidato 75.000 personas; más los votos nulos y no marcados (43.900), son 978.000 ciudadanos que pudieron haber decidido el rumbo de la ciudad y no lo hicieron. Los abstencionistas siguen siendo una incógnita, cada cuatro años se pronuncian con el silencio electoral, pero en el curso de los gobiernos que incumplen o se desvían, los abstencionistas sufren las malas políticas públicas. Y los del voto en blanco o blanquistas creen que su desplante va a tener eco y lo único que logran es facilitar el triunfo de la misma clase política camuflada en multicolores alianzas.
Apatía, desinterés, desconocimiento de la realidad, rechazo a los candidatos o al sistema político, ignorancia o falta de cultura política; alguna de estas causales les impidió hacerlo o combinaciones de ellas; pero de ninguna manera es aceptable que eso siga ocurriendo y el registro de años anteriores lo ratifica. No hacerlo es dejar que gobiernen partidos políticos fracasados, grupos corruptos asociados, o figuras providenciales que han errado, o empresarios que también se han apoderado del poder local y reproducen los mismos vicios de la clase política tradicional, continuando la ciudad sin soluciones fundamentales para su desarrollo y con masas poblacionales aherrojadas, sumidas en la exclusión.
La publicación del periódico El País de octubre 25, citando un informe de la Universidad Javeriana, expresaba que, “Cali históricamente ha ocupado los primeros lugares en cifras de abstención electoral en Colombia, de acuerdo con el Observatorio Cali Visible de la Universidad Javeriana, que ha venido estudiando el fenómeno del abstencionismo en Cali tanto en las elecciones regionales como en las presidenciales”. La docente de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana, Lina María Orozco, advierte que, entre los 1.102 municipios del país, Cali ocupó el puesto 11 en las elecciones de 2015 en términos de mayor abstención electoral. En ese año el porcentaje de los caleños que no fueron a las urnas llegó a 55.24%.
En las elecciones locales, históricamente el abstencionismo ha bordeado el 60%. En 2003 fue de 62%, de hecho, en 2007, de 54.6%; en 2011 fue de 57.6%. Los estudios sobre comportamiento electoral señalan múltiples causas que podrían explicar el abstencionismo, y no hay consenso al respecto, dice entonces la docente de la Javeriana, que, “antes de entrar a determinar algunas causas explicativas del por qué casi la mitad de Cali no vota, se debe señalar que hay una diferencia entre el abstencionismo ‘activo’ o ‘consiente’ y el abstencionismo pasivo”.
Creo que la falta de cultura política o una deformación de esta influye notoriamente en el comportamiento de los electores. En mi libro titulado “Partidos políticos y populismo”, expuse que, el cúmulo de noticias semanales sobre escándalos y actos de corrupción, influyen en la noción de cultura política. La gente se forma un criterio de sus dirigentes y del funcionamiento de las instituciones por lo que ve, vive y percibe con el devenir de los años.
Todas las deformaciones y vicios de esas prácticas inciden en la conducta de los viejos y nuevos electores. Las visiones, observaciones y deducciones que la gente obtiene y ha tenido por el comportamiento de la clase política hace que reproduzca esos comportamientos desde abajo, como moldes de conducta que vienen a conformar la cultura política. Por fuera de la cultura política colombiana con las cargas de vicios, entre ellas la del fraude electoral, existen subculturas políticas de grupúsculos que aún deforman más el comportamiento. Las actitudes políticas de individuos que se comportan de manera notoria, actos que la mayoría no repite, son solo una variable de la cultura política.
La ideología política no debe confundirse con la cultura política. La ideología que porta cada militante de partido o de los movimientos, es por su formación política, por convicción doctrinaria o de pensamiento respecto a los postulados y programas de los partidos políticos. En cambio la cultura política, el concepto rebasa la adhesión militante ideológica para caracterizar a la mayoría de la población que tiene unas creencias, nociones y convicciones sobre las instituciones, el manejo del poder, el comportamiento de las élites y la conducción del Estado. Los abstencionistas no son fácilmente clasificables en la cultura política nacional, pueden pertenecer a alguna subcultura política.
Ganó las elecciones el domingo 27 de octubre, Jorge Iván Ospina, quien ya había gobernado la ciudad entre los años 2008 y 2011, primero con la inscripción de un movimiento significativo de ciudadanos y ahora con el aval del partido Alianza Verde. Ejerció una alcaldía sin ser ambientalista; el medio ambiente no fue recuperado y las 21 Megaobras que le dieron “prestigio”, no fueron concluidas; solo 8 se terminaron, 7 están aún en ejecución y 5 ni siquiera han arrancado; la ejecutadas con sobrecostos, no fueron incluidas en el Plan de Desarrollo Municipal , ni en el Plan de Movilidad.
En su gobierno se inició la minería ilegal en el Parque Natural los Farallones(2011), que ha contaminado el rio Cali y afectado las aguas del acueducto de San Antonio, los operativos de control que se hicieron, fracasaron ; la densificación en Pance se desbordó afectando el cordón ecológico que ha sido el equilibrio ecosistémico del Sur; no se percató que con el Plan Parcial del año 2011 destruirían el humedal El Cortijo, el reservorio más importante para evitar las inundaciones del sur; fue renuente y omisivo para adelantar la recuperación del Jarillón del rio Cauca como lo ordenaba una sentencia proferida el 10 de diciembre del año 2010,del Juzgado Primero Administrativo que ordenaba su recuperación y vigilancia.
Ospina, ahora gana la Alcaldía en medio de acusaciones por procesos pendientes en la Procuraduría General de la Nación y ante la Fiscalía, sin contar los otros procesos que se encontraban a despacho ante la Corte Suprema de Justicia, cuando ejercía de senador. Está citado para el 15 de noviembre a una audiencia de imputación de cargos por un contrato de 460 millones destinados al pago de la agencia de publicidad que lo asesoró en la campaña del año 2007, sin cumplir los requisitos de la contratación pública. La expectativa en Cali, en medios de información redes sociales, ante la comunidad informada y entre contendores esta centrada en la decisión de la Fiscalía General, que de ser adversa, llevaría a una repetición de las elecciones.
Jorge Iván Ospina, concurrió en estas elecciones a nombre del Partido Alianza Verde, lo apoyó el Partido de la U quienes giran alrededor de la Gobernadora Dilian Francisca Toro; gran parte del Partido Liberal por el coaval de César Gaviria, los miembros de Colombia Humana, el petrismo a quien él apoyo en las elecciones presidenciales; un sector del Polo Democrático, y parte de Cambio Radical. El interrogante es este: con quien va a gobernar y a nombre de quien, o será atenazado por esas fuerzas políticas y desatenderá a las directivas de la Alianza Verde,donde llegó tardíamente en el año 2014.
Roberto Rodríguez, concejal del Centro Democrático (CD), renunció a la candidatura, resolviendo este partido la falta de candidato con el apoyo a Roberto Ortiz, un exLiberal que se presentaba por segunda vez, teniendo sus bases de apoyo en el sector social de chanceras, vendedoras de una especie de apuesta llamada Chontico que, juega diariamente con las diferentes loterías del país. Roberto Ortiz, El Chontico, logró 199.000 votos, con una coalición amplia, además del CD, reunida a través de los partidos Cambio Radical (CR), los concejales conservadores Fernando Tamayo y Alexandra Hernández; el Partido Mira, el exgobernador del Valle que lidera la Fuerza Social otra importante fracción del partido conservador, y grupos dispersos de militantes de otras organizaciones políticas. Roberto Ortiz, hizo una campaña basada en el populismo radial, su sede central fue una emisora, “Radio Viva”, comprada con ese propósito, se convirtió en periodista para hacer proselitismo político, difundiendo el asistencialismo: un populismo ramplón. No tiene una cohesión ideológica, no se expresa bien, carente de formación teórica, y fue atacado por sus adversarios por no poseer estudios profesionales, ni experiencia administrativa, ni ser formado en los asuntos gubernamentales, llegándose a decir que no había terminado el bachillerato.
Alejandro Eder, se presentó como candidato a la Alcaldía de Cali por firmas, lo respaldó Sergio Fajardo, algunos gremios que han estado detrás del poder local en las dos alcaldías anteriores, con Rodrigo Guerrero y Maurice Armitage; y profesionales independientes. Alejandro Eder, es hijo de un empresario de la caña de azúcar, Henry Eder, quien fue Alcalde de Cali y nadie recuerda ninguna obra importante de él, Henry Eder, ha manejado la CVC como Director en dos ocasiones, luego la ha manejado en cuerpo ajeno varios periodos a través de otros directores que le reproducen su poder gremial, quienes con abyección han tolerado los impactos negativos del monocultivo de la caña de azúcar sobre el territorio plano del valle y sus planicies, con la quema del follaje de la caña de azúcar, la requema, las fumigaciones y el uso del glifosato .
La característica de la mayoría de los 6 candidatos que permanecieron hasta el final de la contienda fue la impreparación, la falta de dicción, de argumentación; exhibieron con el correr de los días un desconocimiento de la ciudad: zafios y burdos. Los únicos preparados en todos los temas y con solvencia argumentativa fueron Jorge Iván Ospina y Michel Maya. Este profesional de 39 años fue concejal y tiene una maestría en Gerencia del Desarrollo Regional. Michel Maya, candidato a la Alcaldía de Cali por la ASI, también fue apoyado por el sector del Polo Democrático liderado por Jorge Enrique Robledo; tuvo apoyos en sectores del MAIS, de pioneros del Partido Verde, sectores sociales y nuevas ciudadanías.
La Universidad San Buenaventura desde la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales, realizó un estudio de valoración comparativa de todos los Programas de Gobierno sobre los temas de Paz territorial,agricultura,vivienda,educación,superación de la pobreza, Tics, desarrollo social, desarrollo económico, empleo, emprendimiento, ODS, igualdad de género, seguridad y convivencia ciudadana, cultura, deporte y recreación,,movilidad,inclusión,salud,infraestructura, servicios públicos, turismo y otros tópicos; en esa evaluación Michel Maya resultó en el primer lugar y de último, Roberto Ortiz.
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Alberto Ramos Garbiras: Magíster en Ciencia Política Universidad Javeriana; PhD, en Derecho con énfasis en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España); profesor de derecho internacional en la Universidad Libre, Cali.
Foto obtenida de: https://www.publimetro.co/
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