Estamos en la era de la posverdad, en que se transmiten mensajes que no tienen nada que ver con la realidad, pero que apelan a las emociones y las ideas supersticiosas y seudocientíficas que merodean en los medios populares y aún en la clase media. La posverdad confirma estas ideas falsas y los que las reciben se sienten satisfechos porque coinciden con sus prejuicios anticientíficos.
Lo grave de estas posverdades y pronósticos que no tienen nada que ver con la ciencia y la realidad, es que le sirven al poder duquista-uribista-conservador para continuar decretando estados de emergencia y así impedir las protestas, las manifestaciones y mandar al Esmad a reprimir a sangre y fuego al que se atreva a desafiar al sistema. Qué flaco servicio le hacen al poder estos funcionarios distritales dizque supuestamente de una alcaldía progresista.
Las declaraciones
Son varias las declaraciones en los medios de comunicación advirtiendo que estamos ante una catástrofe a finales de octubre o en noviembre. Trasladan al país lo que ocurre en otros países con rebrotes, sin entender las diferencias y especificidades de cada país. Los casos de España, Italia y Francia son un ejemplo de sistemas de salud débiles, resultado de políticas equivocadas de salud de corte neoliberal, que redujeron las inversiones, y parcialmente en Inglaterra, en los gobiernos conservadores de Aznar, Rajoy, Berlusconi, Salvini, Sarkosy, Hollande y Macron.
En la edición de El Tiempo del 1 de septiembre el ministro de salud dice: “Vamos hacia una alta probabilidad de rebrotes como sucede Europa y Asia”. El más terrorista es el secretario de Salud de Bogotá, siempre lo ha sido, reflejando el afán de encierro de la alcaldesa. Todos hablan de un segundo pico cuando todavía no se ha resuelto el actual. Hablan de un posible colapso del sistema sanitario, de la necesidad de hasta 10 000 camas UCI, por Dios, es la locura total. ¿Qué buscan?
La alcaldesa Claudia López, la líder mundial en encierros totales, según el periódico El Tiempo del 6 de octubre habla de dos rebrotes, uno en diciembre y otro en febrero, según dice, por las proyecciones de su equipo que siempre se ha equivocado. Todo es especulación. El Covid-19 no se puede predecir más allá de dos semanas, lo demás es anticientífico, y muy grave que la alcaldesa siga asustando a los bogotanos con predicciones que no tienen ninguna base científica. Nadie sabe que puede ocurrir en el futuro. Es de esperar, es una posibilidad, que aumenten los casos de nuevo porque la pandemia se ha manejado muy mal.
¿La pandemia no respeta clases?
Se oye decir por diferentes medios y supuestos expertos objetivos, que la pandemia no respeta a nadie. Por supuesto que el Covid-19 le puede llegar a todos, ricos y pobres, o a todo tipo de clases, pero es un eufemismo para esconder la realidad de que la pandemia afecta más a los pobres y a la clase media que a los ricos y super ricos.
Los ricos tienen grandes casas y apartamentos donde vivir y fincas donde pasar la pandemia, se benefician de una medicina privada de calidad y tienen recursos suficientes para continuar como si nada hubiera ocurrido. No tienen problemas de empleo ni de recursos.
El resto sufre las consecuencias del coronavirus y de las restricciones. Los trabajadores de cuello azul deben trabajar en espacios físicos confinados sujetos a los contagios. Los trabajadores manuales pueden hacer uso del teletrabajo explotador. Los millones de informales que viven de ventas ambulantes así como las pequeñas empresas y comercios en general, si no pueden vender, se ven arrojados a la pobreza y la precariedad. El coronavirus ha lanzado al desempleo a millones de personas de las clases medias o a salarios disminuidos.
El colombiano mira los males de los demás, pero no se miran a sí mismos. Así, generalizan sobre Europa, pero no dicen que las muertes de Colombia son las más altas que las de cualquiera de los 52 países de Europa.
No hablan del buen manejo dado al Covid-19 en Uruguay, Cuba, Venezuela, Costa Rica, Taiwán, Tailandia, Vietnam, Camboya, China, Japón, Corea del Sur, China y en general en toda África y en muchos países de Asia.
Análisis internacional
A 6 de octubre de 2020 el total mundial de infectados era de 36 026 405, de los cuales el 27,6% se encontraban en Asia, 27,1 en Latinoamérica y el Caribe, 21,9% en Estados Unidos y Canadá, 3,8% en África, 3,8% en el Medio Oriente petrolero, 0,2% en China, 0,15% en Oceanía y 0,15% en Corea del Sur. Pero si se suman China, Corea del Sur y la mayor parte de los países del Medio Oriente que son asiáticos, la región de Asia aumenta su participación a casi 31% y África a cerca de 4,6%. Nótese que el continente América explicaba el 49% de los infectados el 6 de octubre.
Dentro de cada región cinco países dominan las cifras. Así, en Asia India, Irán, Bangladesh, Turquía y Paquistán. En África: Sur África, Marruecos, Egipto y Etiopía. En Latinoamérica: Brasil, Colombia, México, Perú y Argentina. En Europa: Rusia, España, Francia, Reino k, Unido, Italia y Alemania. En Medio Oriente: Arabia Saudita, Irak, Qatar, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. En Oceanía: Australia y el Norte: Estados Unidos.
Entre otras, no se puede generalizar, como dicen en Colombia, que volvió el rebrote a Europa o Asia, afirmación que es contra evidente con los datos. Es un error muy lamentable de no saber leer las cifras. Se utiliza, se entiende, para causar pánico por parte de nuestros apocalípticos.
Dentro de este panorama, Colombia es de los peores del mundo, al contrario de las informaciones de los gobiernos nacional y distrital de que lo hemos hecho muy bien. Pues no, las cifras son la prueba contraria. Y eso, sin considerar los pésimos efectos sociales y económicos.
Análisis global de Colombia
Hasta el 4 de octubre los casos diarios habían venido disminuyendo, de un promedio de siete días de 6854,5 el 27 de septiembre a 5999,4 el 4 de octubre, para un período de 49 días de reducción continua. Sin embargo, el 5 y 6 de octubre aumentaron los casos, desde el pico de 11 549, 3 el 16 de agosto a 6525,1, cambiando la tendencia (gráfico 1).
Gráfico 1 La evolución de los contagiados diarios
Hay que tener cuidado en proyectar lo que ha ocurrido en estos dos días. Es el error más frecuente de los que tienen bases estadísticas y experiencias en proyecciones muy inadecuadas. Así, hasta el 4 de octubre se tenía una tendencia a que los casos diarios estuvieran por debajo de 6000, pero los días 5 y 6 sobrepasaron los 7000. Como siempre, hay que esperar a los próximos días para determinar si cambió la tendencia o es propio de la volatilidad de las cifras en Colombia.
El análisis territorial de lo que ocurre en Colombia es fundamental. En primer lugar, Bogotá, Antioquia y el Valle explican aún el 54,2% de los contagiados diarios el 6 de octubre. Bogotá había venido mejorando con casos diarios por debajo de 2000, que volvieron a aumentar el 5 y el 6 de octubre a 2010 y 2410 respectivamente. Antioquia y el Valle del Cauca se han estabilizado entre el 28 de septiembre y el 6 de octubre alrededor de 1000 -1000 y 567-593 casos diarios (gráfico 2).
Gráfico 2 Evolución diaria del Covid-19 en Bogotá, Antioquia, Valle, Bolívar, Cundinamarca, Risaralda, Atlántico y Magdalena
En segundo lugar, Atlántico, Magdalena y Bolívar son los departamentos que han tenido los mayores descensos, que al 6 de octubre representan el 13,2% del total. Siguen Cundinamarca y Risaralda con el 5,5%. En total, estas ocho regiones explican el 72,9% del total de infectados, de ahí que lo suceda en estos territorios define la evolución del covid-19 a nivel nacional. Hasta el 6 de octubre vienen reduciendo los infectados unos más que otros, con la excepción de Bogotá para los días y 5 y 6 de octubre.
A continuación, vienen Amazonas, Chocó, Córdoba, Sucre, Cesar, La Guajira, los Santanderes, Vaupés, Putumayo, Guaviare, Caquetá, Meta y Nariño y Guainía con el 19,8%, que están en la fase descendente, pero con mucha variabilidad diaria. En los días 5 y 6 de octubre Norte de Santander, Meta, Córdoba, Putumayo, Caquetá y Putumayo tuvieron incrementos.
Los rezagados son Huila, Quindío, Caldas, San Andrés, Casanare, Arauca, Boyacá, Tolima, Vichada y Cauca que siguen en la ola ascendente, que explican el 7,3% del total de contagiados.
En cuanto a los muertos diarios, el promedio de siete días estuvo entre 189 y 185 del 27 de septiembre al 2 de octubre, reduciéndose por debajo de 170 muertes del 3 al 6 de octubre, que aún es una cifra alta. Se puede cantar victoria cuando los muertos diarios estén por debajo de diez. Como con los infectados, para que esto se dé, a la tasa de disminución que se vienen dando, se requerirán dos meses para que esto suceda.
La tasa de recuperación aumentó de 87,5% el 27 de septiembre a 88,6% el 6 de octubre.
Aunque llevamos 51 días de reducción nacional en infectados y muertos en comparación con los picos respectivos, su ritmo ha sido lento. Esto muestra que el sistema salud sigue débil, las medidas sanitarias son incompletas, como las pruebas, y las políticas sociales son insuficientes para evitar tantos vendedores ambulantes en las calles, aglomerados, fuente de transmisión del virus.
Conclusiones
Del 27 de septiembre al 4 de octubre continuaron cayendo los casos diarios de coronavirus a un ritmo lento mientras para las muertes su reducción ha sido un poco más rápida. Como se ha explicado, en los días 5 y 6 de octubre cambió la tendencia de los infectados diarios.
Todavía no se puede cantar victoria porque los niveles de casos y muertes diarios son aún altos. Desde de finales de julio y comienzos de agosto la tendencia creciente de casos diarios cambió a menos de 7000 según promedio de siete días el 6 de octubre, lo cual es positivo, a pesar de los aumentos del 5 y 6 de octubre, pero todavía falta mucho para decir que se quebró definitivamente la pandemia. El día que estemos en menos de 1000 casos nuevos y por debajo de 10 muertes diarios, se puede afirmar que se superó esta primera ola. Para que esto se dé, dada la experiencia del virus en Colombia, habría que esperar por lo menos unos dos meses, es decir hasta diciembre, a menos que la tendencia de los días 5 y 6 de octubre siga y vuelvan a crecer los infectados o se acelere la disminución en los contagiados. Todo es posible en Colombia dada la informalidad, la enorme cantidad de vendedores ambulantes que congestionan las vías y no obedecen al autocuidado, así como la insuficiencia de pruebas y de trazabilidad, y de ayudas para que los más desfavorecidos no salgan a congestionar las vías como vendedores ambulantes o limosneros.
Pero en nuestra perspectiva, las noticias apocalípticas hacen mucho daño, porque crean inseguridad en los colombianos, en los inversionistas, miedos exagerados, lo que se llama la pandemia del pánico. Muy irresponsables los funcionarios nacionales y distritales que se la pasan dando noticias alarmantes.
El poder busca continuar con medidas extraordinarias para evitar que la sociedad se manifieste y proteste ante un gobierno tan inepto y represor. Y el distrito les hace el juego. El secretario de salud de Bogotá pareciera un aliado del gobierno de extrema de derecha colombiano. Y la alcaldesa no se queda atrás, ya está anunciando una nueva cuarentena y más destrucción de la economía e incremento de los problemas sociales de todo tipo.
Diego Otero Prada
Foto tomada de: Andina
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