• Desde el sur
  • Sur global
  • El sur posible
  • Archivo Revista Sur
  • Video
  • ESPECIAL SOBRE BOGOTÁ
  • SUR COOPERANDO

Corporación Latinoamericana Sur

  • INICIO
  • NOSOTROS
    • Quienes somos
    • Qué hacemos
    • Nuestro Equipo
  • TEMÁTICAS
    • Participación y cultura política
    • Paz, Desarrollo Social y Postconflicto
    • Jovenes
    • Victimas
    • Salud
    • Derechos humanos
    • Democracia y ciudadania
    • Ciudades Equitativas – Territorios Equitativos
  • Publicaciones
  • Contáctenos

La mamá del soldado Ryan vota republicano

11 noviembre, 2024 By Álvaro Hernández V Leave a Comment

PDF
Imprimir
El pasado 5 de noviembre, la mayoría de los votantes descreyeron de la débil remplazante del presidente Biden que aspiraba a despachar en la Casa Blanca, y escogieron al tipo que los convenció de hacer a USA grande otra vez desde adentro, con su propio esfuerzo, sin contar con los de afuera. Contra los de afuera, en realidad, cimentando así su imagen de líder fuerte y de patriota.

Por ello votaron en masa por el candidato Trump que se negó a mencionar siquiera dos veces las palabras democracia, derechos e igualdades, desairando a la candidata Harris que repitió esas mismas palabras sin fatiga ante las minorías étnicas en las que buscó respaldo sin éxito.

Porque las cifras muestran que de una elección a otra crece la deserción del voto negro y latino del partido demócrata al republicano. Ellos, y una población independiente de blancos, parecen hastiados de escuchar esas mismas ideas sin verlas transformadas en hechos, desencantados de que hayan perdido utilidad para resolver sus carencias más apremiantes: el sobrecosto de la energía, de la vivienda, o les regrese la prosperidad perdida.

Están desconectados de los liberales de hoy, que han convertido la democracia y la libertad en un dominio de las ideas – semejante a www.democracia.com o www.libertad.com, que pueden consultarse en caso de necesidad –; sin percatarse de que perdieron todo sentido en la realidad diaria de los compatriotas a los que piden el voto. No se enteran que las viejas ideas que dieron paso al capitalismo y fundaron la división del poder político – la matriz de la democracia –, para renovarse periódicamente necesitan probar que realmente son útiles en la vida de la gente común.

Y el neoliberalismo, es decir, el mercado sin fronteras y sin obstáculos al empresario, con la producción global y su desbalance de costos salariales, convirtió a China, India, Corea, Taiwán o Pakistán en grandes productores, en perjuicio de la unión americana. Porque lo sabe, y lo convierte en un patriota – el título de más orgullo nacional –, Trump no cesó de culpar al globalismo liberal por arruinar la industria nacional y destruir miles de empleos. Y en esa misma línea consiguió que los gringos y los agringados residentes o nacionalizados, vieran en los inmigrantes indocumentados un enemigo de la estabilidad y el futuro de sus familias. ([i])

Con frecuencia, los asimilados que creen haber realizado el sueño americano, y los que siguen bregando para coronarlo, hacen mayores demostraciones de patriotismo que los nativos, y abrazan con emoción vistosa sus causas.

Donald Trump no ofreció democracia ni libertades, pero prometió recuperar el valor real de los salarios, seguridad en las fronteras, y “no más guerras”. Confiados en esa promesa repetida, los musulmanes en Dearborn, Michigan, decididos a “castigar” a Kamala Harris por la invasión en Gaza y Líbano, ofrecieron votar por el republicano que acusa a los liberales de iniciar las guerras. Y ganó en ese estado crítico. Y el hombre, que no da vueltas, en las vísperas de su elección, ante el Consultivo Nacional de la Fe, dijo: “La religión es el pegamento que nos mantiene juntos”.

No habló para la población educada que vive en los estados con la mayor concentración de universidades e institutos de alto nivel, y con los mejores salarios: Boston, New York, Massachusetts, New Jersey, Washington, Virginia, Maryland y California, mayoritariamente de filiación demócrata. Hábilmente se dirigía a las masas incultas y rurales que fueron históricamente republicanas, y habitan en Montana, Wyoming, Oklahoma o Arkansas, por ejemplo. Debía tener en mente a la mamá del soldado Ryan.

Porque en tiempos de elecciones en Estados Unidos, vuelvo a ver aquella mujer en la cocina de su casa en medio de grandes y tranquilos campos de trabajo, que al descubrir un automóvil negro dirigiéndose a la entrada, va a la puerta principal a enfrentar una duda sombría. Y tan pronto los dos oficiales en uniforme estricto se apearon con solemnidad, con un gemido ahogado se mal sentó en su pórtico: hundida, sin escuchársele un reproche. Allí recibió el pésame por sus tres hijos muertos en Normandía, y la promesa del ejército norteamericano de traer el menor vivo a casa. Tal es el motivo de “En busca del soldado Ryan”, estrenada en 1998.

Esa secuencia me dice que las mujeres blancas, hechas en el trabajo duro del mundo rural, y en la resignación por la gracia de la fe y el deber patriótico, rechazan desde lo más profundo de sus almas las ideas que no sirven para poner un buen plato en la mesa, pagar la hipoteca eterna, y que las avergonzaría si hablaran con Dios después de provocarse un aborto. Esas mujeres y sus hombres, hechos de tierra y sudor, no necesitan la palabra libertad ni las ilusiones que anuncia. Crecieron y envejecieron confiando en sí mismos y en su comunidad, no apuestan por el que ponga en riesgo su sopa, y votan republicano. Como creo que harían los negros de Mark Twain, los campesinos de Flannery O’Connor, o los vaqueros fronterizos de McCarthy.

Para millones de esos ciudadanos que habitan al margen de las novedades snob y de los hábitos no convencionales en las grandes urbes, votar demócrata es asunto de los que hablan de libertades y de igualdad de sexos, leen filósofos, viajan al extranjero y se doctoran en universidades, como los personajes mundanos y cultos de Edith Wharton, Scott Fitzgerald, Philip Roth, o Saul Bellow.

Esa población que solo se expresa políticamente el día de las urnas, vive orgullosa en el centro de su mundo concéntrico; pervive inalterada y aumenta su rebaño con el trabajo paciente de las iglesias que predican contra el peligro de las libertades; y permanece persuadida de que su propia fortaleza es la defensa de lo suyo. Por todo aquello, decidieron preferir al tipo que alardeó de su fuerza y su convicción para resolver sus problemas cotidianos, en lugar de la joven que, atada al cordón umbilical de Biden, al que culparon de sus males, estaba predestinada al fracaso.

_____________

([i]) Sobre este asunto y la previsión de que Trump podría ser elegido, puede leerse “Un espantapájaros del neoliberalismo rumbo a la Casa Blanca”, publicado en la edición del pasado 21de octubre.

Álvaro Hernández

Foto tomada de: Diálogo Político

FacebookTweetLikeShareLinkedInEmail

Filed Under: Revista Sur, RS Desde el sur

Deja un comentario Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sur Global

Trump reactiva la Doctrina Monroe para contener el giro multipolar de América Latina

19 mayo, 2025 By Tiago Nogara Leave a Comment

Primera excavación de la época de la apostasía

19 mayo, 2025 By Boaventura de Sousa Santos Leave a Comment

Geoeconomía, nacionalismo y comercio

19 mayo, 2025 By Michael Roberts Leave a Comment

El Sur posible

Ideas verdes

3 abril, 2019 By Carolina Corcho 2 Comments

Suscribirse a la Revista Sur

VIDEO RECOMENDADO

Fue archivado el proyecto de Ley 010 de Reforma a la Salud

https://www.sur.org.co/wp-content/uploads/2021/05/VID-20210519-WA0024.mp4

Dra. Carolina Corcho Mejía, Presidenta Corporación Latinoamericana Sur, Vicepresidenta Federación Médica Colombiana

TEMÁTICAS

  • Participación y cultura política
  • Paz, Desarrollo Social y Postconflicto
  • Jovenes
  • Victimas
  • Salud
  • Derechos humanos
  • Democracia y ciudadania
  • Ciudades Equitativas – Territorios Equitativos
  • Publicaciones

Ultimos articulos

  • La Consulta Popular y la transformación de la política
  • La Consulta Popular y la reforma a la salud
  • Colombia y la Franja y la ruta
  • De rifirrafes y vaivenes: entre la ingobernabilidad y el poder
  • Cómo ejercer la soberanía popular

Etiquetas

Acuerdo Agro Amnistia Brasil Cambio Climatico Campo Catalunya Ciencia y Tecnología Conflicto Colombia Corrupción crisis capitalismo Democracia Derecho al agua Derechos Humanos Economía Ecuador Educación Elecciones Colombia ELN España Fast Track Iglesia Justicia Justicia de paz Medio ambiente Mineria Negociación Neoliberalismo Participación Paz PND Pobreza Politica Politica EEUU protesta social reforma Reforma tributaria religión Renegociación revolucion salud Terrorismo Trump Venezuela Victimas

Apoyo SUR

Buscar

Director: Pedro Santana

 

 

 

Copyright © 2025 Todos los derechos reservados - Corporación Latinoamericana Sur ·