Una serie de reformas se han planteado: el pago por horas se ha convertido en un propósito que la Ministra ha defendido, al igual que los gremios. A esto se suma que aún se insiste en el jornal diario integral para el sector agropecuario. Se propone reglamentar el trabajo parcial para adultos mayores y para jóvenes y el gancho para que esto se apruebe es que la jornada laboral se reduce a 45 horas semana. Todo esto también tiene el loable propósito de que, aunque sea de manera parcial se pueda formalizar el trabajo y se pueda pagar proporcionalmente la seguridad social, eliminando así la barrera del piso mínimo de cotizar al menos por un salario mínimo.
Se ha considerado que a las y los jóvenes de menos de 25 años se les pague por un año el 75% de un salario mínimo. El Banco de la República ha insistido en el salario por regiones con el fin de hacerlo congruente con las condiciones económicas y de productividad de cada una de ellas. Todo esto sigue la línea de la legalización de trabajos parciales junto con la eliminación del salario mínimo y la reducción de costos no salariales asociados a la contratación formal, tal y como lo planteó el Consejo Privado de Competitividad. Los gremios eligieron a Duque para estas cosas y él, así como su gabinete, se han propuesto a realizar las tareas que les fueron encomendadas.
Bueno y ni que decir de los temas pensionales, la reforma planteada presentada el día 20 de agosto al Congreso y retirada antes de las elecciones sigue buscando el momento político para presentarse. Mientras el Mintrabajo realiza consultas con diferentes sectores, el Centro Democrático junto a Asofondos ya tienen la reforma lista. Marchitar el régimen de prima media y darles todo el protagonismo a los fondos privados (régimen de ahorro individual) es el magno propósito y así lo ha dicho el propio Ministro de Hacienda.
Pero en la base de todo esto están los y las jóvenes, los que no estudian, los que no trabajan, los que sí lo hacen, todos ellos ven como sus condiciones de vida se deterioran y sus esperanzas de tener un futuro digno se desvanecen no solo con los anuncios de unos y otros, sino con la dura realidad del día a día, que los sobrepasa y los lleva constantemente al vacío, a la desazón de un presente caótico y un futuro que probablemente no llegará. Mientras tanto, es en el mercado, con altos precios, eso sí, donde tienen que valerse para poderse formar hacia un mercado laboral cada vez más exigente, pero de menores expectativas de ingresos. Estamos propiciando una sociedad, una juventud de la desazón, del cansancio, una generación de trabajo de grandes exigencias de capacidades, pero de bajos salarios, que necesariamente obligarán al multitrabajo, a laborar de manera precaria en varios frentes.
En efecto, de acuerdo con las cifras del DANE para el trimestre julio – septiembre, la tasa de desempleo juvenil, esto es de la población de 14 hasta 28 años, pasó del 16.5% en el año 2018 al 18.1% en este año 2019 y la tasa de ocupación bajó del 48% al 45.7%. Para los hombres la tasa de desempleo fue 14,1% y para las mujeres fue 23,4%. Siempre las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad, recuérdese que en promedio las mujeres en Colombia, de acuerdo con diversos estudios, llegan a ganar un 20% menos que los hombres y aun así tienen mayores tasas de desempleo. La mayoría de ciudades del país se encuentran por encima del promedio nacional, la de mayor valor es Cúcuta con el 25.7%, por el contrario, Bucaramanga es la de menor desempleo juvenil con una tasa del 13.9%, es decir, 3.6 puntos porcentuales mayor que el promedio del desempleo nacional para toda la población.
A todas estas cifras en deterioro, se suman algunas condiciones poco virtuosas para la juventud: La cantidad de matriculados en la educación superior (técnica, tecnológica y universitaria), pasó de 2.446.314 en el 2017 a 2.408.041en el 2019, y las universidades privadas ya han alertado sobre la continuidad en el descenso de la matrícula en los dos semestres de 2019. Las Universidades públicas ya tienen copada su capacidad y los acuerdos para aumentarles el presupuesto han sido incumplidos por el Gobierno. Queda el Sena, con una gran labor, también a tope, pero con una estrategia de practicantes en formación que nutren a los diferentes sectores, pero que después engrosan las filas de desempleados porque sus puestos son reemplazados por otros practicantes.
La cifra de los NINIS, jóvenes que ni estudian ni trabajan, es una discusión que apenas se avizora en el país. Un estudio de la Fundación Corona y la Red de ciudades calculó este fenómeno en el 24%. Para Medellín se calcula en el 19.7% de la juventud y en Bogotá del 17%. De acuerdo con el último Censo, el 26.1% de la población es joven, es decir se tienen 12.595.467 de jóvenes, de los cuales NINIS serían 3.022.912, una cifra verdaderamente escabrosa.
Las mediadas entonces afectan en mayor medida a este grupo poblacional. Estamos soportando una juventud con trabajos precarios y pretendemos ahondar más, al menos eso es lo que se colige que los discursos y propuestas, y se esgrimen las ideas diciendo que es para que puedan acceder a un trabajo formal. El presidente Duque que tenía en la juventud un pilar de su discurso e innovación, pues los ha dejado solos, al albedrío del mercado.
El desgobierno del país ya va tomando cauces probablemente irreversibles. Cada día son mayores los escándalos, los embajadores y ministros, cada uno con agenda propia, un sector del Centro Democrático ya dijo que el gabinete no los representaba. Estamos llegando a un desgobierno inimaginado. Hoy más que nunca se requiere de renovar un acuerdo de país, donde quepan los diferentes sectores. Un acuerdo que como el del teatro Colón, firmado después del plebiscito, logró atender los reclamos de los diversos sectores en la construcción de un país en paz, aunque otra parte sigue empecinada en hacerlo trizas.
El Gobierno y su partido se han negado a los acuerdos, los pasados e incluso los que ellos puedan hacer. Han esgrimido el argumento de la mermelada, como si esta no se estuviera repartiendo entre su mismo partido y los gremios económicos. Es sin duda un gobierno de partido y corporativo, ciego ante el país, una nación que ya comienza a cansarse de mentiras de engaños y de discursos banales, que no dicen nada pero que sí son bonitos, con palabras que la gente ya cree menos. Es un gobierno que a diferencia de lo que se piensa si toma posiciones, están haciendo lo que sus agendas individuales les convoca. Y en estas agendas parece que no están las y los jóvenes, pero tampoco el país. Pueda ser que los ejemplos de la Región lleven a la élite a la sensatez, no vaya a ser que terminen como el presidente Piñera llamando a una constituyente en medio de la clemencia de perdón al pueblo por no haber entendido lo monstruoso de lo vivido en las últimas décadas.
Jaime Alberto Rendón Acevedo
Foto tomada de: El Tiempo
Deja un comentario