Ahora, Donald Trump, que dirige el Imperio por twitter, dio dos declaraciones explosivas, a su más puro estilo. Dijo que Corea del Norte será victima del mayor y brutal ataque que el mundo ha conocido y, no contento con ello, de que contempla la posibilidad de una “solución militar” en Venezuela.
La Agencia Reuters dijo que hay una vía de comunicación directa y secreta entre Corea del Norte y los EEUU, una especie de teléfono rojo o amarillo. El New York Times alineó las razones por las cuales EEUU no se meterian con Venezuela: perdida de ganancias de empresas norte-americanas del petróleo, costo caro de importar petroleo de otros países mas lejos, ademas de las reacciones, que resucitarían más apoyo al Gobierno venezolano.
Pero Trump ya ha jugado con apretar el botón de la guerra, bombardeando a Siria y a Afganistán. Le gustó y tuvo apoyos dentro y fuera de EEUU, después de la operación de algunos medios sobre las crueldades que el gobierno de Assad habría cometido y que llevaron a Trump casi a las lágrimas. No fue necesario nada de ello para que tirara la madre de todas las bombas en Afganistan.
Racionalmente nadie tomaria en serio a los EEUU, metido todavía en Afganistán y en Irak , ademas de Siria y metiéndose a luchar contra Corea del Norte e invadiendo Venezuela, a la vez. Pero el hecho de ser el presidente con menor apoyo en los primeros seis meses de mandato, puede incitar a Trump a montar operaciones de miedo– como la que él hizo sobre Siria, yendo a las lágrimas con la exhibición de escenas de crueldad atribuidas al gobierno de Assad – para justificar alguna operación que, cree el, pueda aumentar su apoyo interno y mostrar al mundo que el está todavía en el comando del mundo.
Después de tantas barbaridades por parte de Trump, ya hay gente que no duda que se pueda meter en alguna nueva aventura nuclear en contra de Corea del Norte. Y que pueda querer “dar una lección” en Venezuela, valiéndose del del clima favorable en el continente, antes que pueda mudar, por ejemplo, con un eventual retorno de un gobierno hostil en Brasil.
Lo cierto es que un bufón, un boquirroto, está en el comando del Imperio y tiene el botón nuclear al alcance de su dedo y de su Twitter. Esa es la contribución de EEUU hoy a restablecimiento de la paz mundial. Solución que ya no resultó en Siria y tampoco ha logrado ser puesta en práctica en contra de Irán. Rusia salió fortalecida, como la gran adversaria del llamado Estado Islámico, y promotora de soluciones que superen la crisis de Siria. Todo ha resultado mal para EEUU. Además de que la incomodidad de las relaciones estrechas con Arabia Saudita implican el desgaste, por ser el país promotor de apoyo al Estado Islámico, agente mas importante del terrorismo en Próximo Oriente y en otros lugares del mundo.
Una locura de Trump en contra de Venezuela podría tener consecuencias, que se alastrarían por todo el continente. Hasta la misma OEA se vio obligada a condenar las declaraciones de Trump, lo mismo que hizo Vicente Fox.
Una locura de Trump en contra de Corea del Norte no podría sino tener efectos graves, con respuestas hacia Corea del Sur, ademas de que lo que quede de los países se volverían ingobernables. En Venezuela promovería un nuevo aislamiento grave de EEUU en América Latina. Y tampoco es seguro que los norteamericanos siguieran apoyando locuras de ese tipo, después de los fracasos y los desgastes en Afganistán, Irak y Siria.
Pero es bueno saber que un bufón está en el comando del Imperio y todo de malo puede ocurrir a partir de esa situación. Incluso la crisis final de la hegemonía imperial norteamericana en el mundo.
Emir Sader: profesor universitario brasileiro, autor, entre otros, de ‘El nuevo topo – Los caminos de la izquierda latinoamericana’ (Ed. El Viejo Topo).