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La crítica de Castro-Gómez a Althusser: en La ideología alemana no hay ruptura teórica de Marx

22 septiembre, 2025 By Alberto Maldonado Copello Leave a Comment

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Introducción

El profesor de la Universidad Javeriana Santiago Castro-Gómez publicó en 2022 el libro “La rebelión antropológica. El joven Karl Marx y la izquierda hegeliana (1835-1846)” cuya cuarta parte se titula “Las herencias teológicas de Marx”, compuesta por seis capítulos[1] en los cuales se enfoca en la evolución del pensamiento del joven Marx. Afirma que su propósito es tratarlo como uno más del grupo de los jóvenes hegelianos de izquierda: “Marx como parte de un «universo discursivo» que no era marxista.” (p. 415).

Castro-Gómez tiene como objetivo principal mostrar que hasta 1846 el pensamiento de Marx se mantenía dentro del “universo discursivo” de los jóvenes hegelianos y en particular del discurso teórico de Feuerbach. Con esta tesis pretende refutar algunos planteamientos de Althusser y de otros autores que ven en las Tesis de Feuerbach y en La ideología alemana, escritos en 1845-46, una “ruptura epistémica” de Marx con relación a su concepción filosófica anterior. Considera que en estos textos no se abandona el proyecto antropológico, sino que se propone una radicalización materialista.

Podría pensarse que este debate es simplemente una discusión académica sin relevancia práctica referida además a una historia vieja de la evolución de las ideas de Marx. Pero, en mi opinión, tiene una vigencia enorme y es de utilidad para la lucha ideológica actual en la cual se confrontan diversos campos teóricos. Marx rompió con concepciones que tuvo en sus primeros escritos (el Marx joven cronológicamente): explícitamente afirma que en La ideología alemana rompió con su conciencia filosófica anterior.

Por ejemplo, tenía inicialmente una noción del Estado como una esfera de la razón y una institución que representaba los intereses generales de la sociedad, algo que piensan muchos analistas actuales, columnistas de opinión y ciudadanos actualmente en Colombia. Marx consideraba que la revolución francesa había sido un progreso en la emancipación del ser humano en la esfera política, algo que todavía repiten como loros algunos analistas. Igualmente, Marx pensaba que la esclavización o sometimiento de los seres humanos se debía a una alienación de la esencia humana genérica, que consistía en la libertad de los seres humanos y consideraba que la emancipación se lograría con una verdadera democracia que implantara la esencia en la realidad. Marx consideraba que la explotación capitalista era producto de la alienación del trabajo, en la medida en que la esencia genérica del ser humano, que era el trabajo mediante el cual se producía a sí mismo, se había perdido y necesitaba ser restaurada. En su obra juvenil planteaba que existía una “naturaleza humana”, algo que rechaza posteriormente.  Todas esas ideas que Marx compartió y luego rechazó están en la cabeza de muchos intelectuales, columnistas de opinión, profesores y personas actualmente en Colombia, incluyendo a Castro-Gómez.

Marx, según plantean Althusser y Heinrich, rompe radicalmente con este campo teórico. Entre 1842 y 1846, un corto período, se observa como Marx cambia su pensamiento, criticando a otros filósofos y pensadores, pero también criticando sus propias ideas anteriores. A partir de las Tesis y La ideología alemana esboza una nueva concepción en la cual conceptos centrales como el de modo de producción adquieren una relevancia particular. Actualmente, la gran mayoría de intelectuales en Colombia no adopta este concepto o lo rechaza explícitamente.

Me parece entonces que esta discusión es relevante y vigente. Marx y Engels hicieron parte de la “ideología alemana” y luego la criticaron y construyeron un nuevo campo teórico. Buena parte de esas nociones básicas se encuentran en la “ideología colombiana” actual que domina las ideas de la mayoría de las personas incluyendo, desafortunadamente, las ideas de los propios trabajadores asalariados.

¿Cuándo dejó Marx de ser un joven hegeliano?

Señala que, evidentemente, hay cambios en el pensamiento de Marx entre 1842 y 1846, pero que los elementos fundamentales de su enfoque teórico se mantienen. Estos elementos son: 1) El supuesto de que existe una esencia humana genérica que no se manifiesta en la existencia real de los seres humanos lo que implica que hay una alienación o enajenación que se expresa en la distancia entre la esencia y la existencia; esta noción de ser genérico es el concepto clave del movimiento joven hegeliano; 2) la convicción de que la humanidad debe llegar necesariamente a la superación de dicha enajenación, mediante la realización de la esencia y su coincidencia con la existencia; esta convicción la caracteriza como un proyecto escatológico y un absolutismo mesiánico emparentado principalmente con la teología católica y la teología protestante; 3) la adopción de una perspectiva antropocéntrica en la cual se concibe al ser humano como un ser excepcional que domina la naturaleza.

Los conceptos de esencia genérica y de alienación son desarrollados principalmente por Feuerbach en su crítica de la religión. Marx adopta este enfoque pero lo aplica no solamente a la religión sino también al Estado, a la política, y finalmente a la economía. El desarrollo intelectual de Marx en estos pocos años consiste en abordar diferentes campos, que Feuerbach no estudió, pero manteniendo básicamente el mismo esquema antropológico-esencialista, escatológico y antropocéntrico. Adicionalmente, Marx se fundamentó también en las ideas teológicas y el socialismo de Moses Hess, con lo cual combinó dos ramas teológicas: la católica y la protestante.

Castro-Gómez afirma que un objetivo principal de su investigación es responder a la pregunta sobre en qué momento y en qué obras Marx deja de ser un joven hegeliano y, más precisamente, en qué momento rompe con Feuerbach: “el objetivo de esta sección es solo responder a la pregunta de cuándo dejó Marx de ser un joven hegeliano” (p. 544). Este objetivo no lo cumple, dado que no nos dice en qué momento Marx dejó de ser teóricamente un joven hegeliano. Simplemente sostiene que todavía en 1846, al momento de escribir las Tesis sobre Feuerbach y La ideología alemana, todavía era un joven hegeliano. Su pregunta única de esta sección no es respondida.

Sostiene que su investigación se inscribe en un viejo debate[2] sobre si existe una ruptura teórica en el pensamiento de Marx o si se produce una continuidad en lo fundamental, a pesar de diversos cambios: “Desde luego tengo claro que avanzar por este camino exige necesariamente confrontarse con viejos debates y preguntas, como por ejemplo aquella de cuando dejó Marx de ser un joven hegeliano.” (p. 417). Pero, realmente, Castro-Gómez no aborda a fondo el debate sobre la ruptura o continuidad en el pensamiento de Marx, conocido también como las diferencias entre el joven Marx y el Marx maduro.

La tesis central de Castro-Gómez es que hasta 1846, lo cual incluye Las tesis sobre Feuerbach y La ideología alemana, escritos en 1845-46, Marx permanece en el marco teórico de los jóvenes hegelianos y en especial de Feuerbach. Explícitamente dice que no puede afirmar que haya continuado después dentro de este marco teórico, por ejemplo en el Manifiesto Comunista o en El capital, pero realmente no dice nada sobre en qué momento Marx dejó de ser un joven hegeliano: básicamente sostiene que en 1846 todavía lo era. “No quiero sugerir con esto que después de 1846 este proyecto haya continuado sirviendo de base a textos como el Manifiesto comunista o El capital. Determinar esto escapa a los objetivos de este libro.” (p. 417). “Tan solo digo que hasta 1845-1846 no se produjo ninguna “ruptura epistémica” frente al antropoteísmo de Feuerbach como ha sugerido Althusser” (p. 417).

Y añade “Todavía en las Tesis y en La ideología alemana, Marx se revela como heredero del antropocentrismo eurocéntrico y colonial que lo conecta con la filosofía clásica alemana, de la cual -por más que dijera lo contrario- no había podido liberarse” (p. 417). Aquí Castro-Gómez adiciona a los rasgos del universo discursivo de los jóvenes hegelianos el eurocentrismo colonial, algo que menciona de pasada y no profundiza.

Es claro entonces que no examina a fondo la discusión sobre la existencia o no de una ruptura teórica, una revolución teórica o una revolución científica en Marx. Sin embargo, aunque afirma que está por fuera de su campo de investigación lo ocurrido en obras posteriores de Marx, se aventura, en forma ligera en mi opinión, a hacer afirmaciones contundentes sobre el carácter de dichos textos, insinuando que se mantienen dentro del campo teórico del antropocentrismo.

Específicamente con relación a la teoría del valor de Marx afirma: “Por eso no puedo más que suscribir la afirmación de Manuel de Landa: “La teoría marxiana del valor era en efecto antropocéntrica: solo el trabajo humano es la fuente del valor, no las máquinas de vapor, el carbón, la organización industrial, etc.”” (p. 539). Aunque se trata de una afirmación aislada

sobre El capital, revela una profunda incomprensión de la teoría del valor de Marx, que entre muchas cosas explica que el valor es la expresión de una relación social de producción y de una forma particular de organización del trabajo social, diferente del valor de uso y que por tanto el carbón o la máquina no pueden crear valor.  Es muy probable que Castro-Gómez no haya todavía estudiado a fondo El capital.

No hay aportes de fondo al debate sobre la ruptura teórica de Marx

El hecho de que realmente no aborde el punto sobre la ruptura teórica o la continuidad en el pensamiento de Marx implica que no aporta sustancialmente a este debate. Además, Castro-Gómez no realiza una crítica a El capital, la obra más importante de Marx y en la cual se concreta su nueva concepción de la sociedad y de la historia y se desarrollan, en la práctica, los conceptos de modo de producción, de totalidad, de articulación entre diversas estructuras, etc. Un enfoque sobre esto se encuentra en La revolución teórica de Marx libro de Althusser que Castro-Gómez examina, pero en forma insuficiente.

A lo largo del texto polemiza con los marxistas en general. Son numerosas las referencias al marxismo o a los marxistas[3], lo cual no tiene mucho sentido. El “marxismo” incluye una gran cantidad de autores y como todo el mundo sabe, incluido Castro-Gómez, hay diferencias profundas entre escritores marxistas sobre muchos aspectos de interpretación de la obra de Marx, incluyendo el tema de la ruptura teórica entre el joven Marx y el Marx maduro. Me parece que criticar a los marxistas en bloque es pereza intelectual, que exime al crítico de revisar los argumentos de autores específicos.

Sin embargo, Castro-Gómez si polemiza expresamente con Althusser y en especial con su obra “La revolución teórica de Marx.[4]” Por esto, es indispensable leer a Althusser con el fin de comprender las críticas que le formula. Sorprendentemente, Castro-Gómez no se refiere al libro La ciencia del valor de Michael Heinrich, en el cual este autor incluye algunos capítulos sobre la evolución teórica de Marx y sostiene la tesis de que Marx realizó una revolución científica, en una perspectiva que tiene muchos puntos en común con el trabajo de Althusser[5]. Castro-Gómez conoce a Michael Heinrich y cita uno de sus libros, el primer tomo de una biografía sobre Marx (Nota a pie de página 1, página 416). Pero no menciona, ni incluye dentro de su bibliografía la obra principal de Heinrich, La ciencia del valor (Die Wissenschaft vom Wert)[6] que se encuentra disponible en alemán desde hace más de treinta años, un idioma que Castro-Gómez conoce a la perfección. Me parece que este es un vacío importante en su investigación.

La crítica al materialismo histórico

De otra parte, parece que Castro-Gómez tiene aversión por el materialismo histórico, o por la ciencia de la historia o la filosofía de la historia, que supuestamente fundaron Marx y Engels. Pero su posición es muy curiosa. Hace todo lo posible por minimizar y subvalorar las tesis sobre Feuerbach y La ideología alemana; en particular, considera que este último no es un libro, simplemente es una colcha de retazos, bastante incoherente, en la cual no se encuentra una filosofía o ciencia de la historia. Incluso, afirma que Marx y Engels ni siquiera utilizaron dentro del texto los términos materialismo histórico o ciencia de la historia. Pero al mismo tiempo, examina con bastante detalle estos textos y formula críticas al “materialismo histórico” allí contenido. Al mismo tiempo, valora positivamente los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, obra que considera un “maravilloso texto” (p. 491) a pesar de que es también un conjunto de manuscritos desordenados e incompletos, cuyo título tampoco fue puesto por el propio Marx. A pesar de la similitud en el estado inacabado de los textos, Castro-Gómez les da un tratamiento muy diferente.

Las tesis sobre Feuerbach son un par de hojas escritas a vuela pluma en 1845, como dice Engels quien las encontró 43 años después y las anexó a la edición de su libro Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. En el proceso de preparación de este libro revisó el manuscrito de La ideología alemana (que no había sido publicado) y afirmó lo siguiente: “En el manuscrito no figura la crítica de la doctrina feuerbachiana; no servía, pues, para el objeto deseado. En cambio, he encontrado en un viejo cuaderno de Marx las once tesis sobre Feuerbach que se insertan en el apéndice. Trátase de notas tomadas para desarrollarlas más tarde, notas escritas a vuelapluma y no destinadas en modo alguno a la publicación, pero de un valor inapreciable, por ser el primer documento en que se contiene el germen genial de la nueva concepción del mundo.”[7]

La ideología alemana es un texto, principalmente polémico, que no se publicó en vida de los autores, en el cual Marx y Engels deciden expresar sus diferencias con la filosofía alemana, de la cual hacían parte en ese momento. Marx utilizó en el prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política de 1859 refiriéndose a La ideología alemana la expresión “liquidar con su conciencia filosófica anterior”, hacer un corte de cuentas con su pensamiento vinculado a Feuerbach y a los jóvenes hegelianos. En este prólogo Marx menciona algunos aspectos de su evolución teórica, los resultados generales a los cuales llegó en sus investigaciones, los cuales le sirvieron de hilo conductor en sus estudios, resultados dentro de los cuales destaca la noción de modo de producción; afirma que Engels había llegado a conclusiones similares y que decidieron en la primavera de 1845: “elaborar conjuntamente la oposición de nuestros puntos de vista contra el punto de vista ideológico de la filosofía alemana o, de hecho, ajustar cuentas con nuestra antigua conciencia filosófica” (p. 6). Aquí Marx afirma expresamente que rompieron con el “universo discursivo” de los jóvenes hegelianos, es decir, con su antiguo universo, con lo cual no está de acuerdo Castro-Gómez.

Marx menciona que el manuscrito no se publicó pero que se cumplió el “objetivo principal: “comprender nosotros mismos la cuestión” (p. 6). Engels en 1888 comenta sobre La ideología alemana lo siguiente: “Antes de mandar estas líneas a la imprenta, he vuelto a buscar y a repasar el viejo manuscrito de 1845-46. La parte dedicada a Feuerbach no está terminada. La parte acabada se reduce a una exposición de la concepción materialista de la historia, que sólo demuestra cuán incompletos eran todavía por aquel entonces, nuestros conocimientos de historia económica”.  Como puede verse, es Engels quien utiliza la expresión concepción materialista de la historia (antes había hablado de nueva concepción del mundo) y no Marx.

El nuevo “punto de vista” se presentó, informa Marx en el mismo prólogo de 1859, en el Manifiesto del Partido Comunista, en el Discurso sobre el librecambio, en Miseria de la filosofía (1847) y en las conferencias sobre trabajo asalariado pronunciadas en la Asociación Obrera Alemana en 1847 y publicadas en 1849[8]. Quien lea estos escritos de Marx notara el cambio de un lenguaje filosófico confuso y de difícil comprensión a textos de una extraordinaria claridad y precisión, en tan pocos años. A partir de 1850 Marx se radicó en Londres y se concentró en su proyecto teórico principal, con base en las ideas que le sirvieron de hilo conductor, de la crítica de la economía política y la elaboración de El capital.

Marx nunca escribió una filosofía de la historia

Marx en ningún momento pretendió que La ideología alemana fuera una filosofía o una ciencia de la historia: en la década de los ochenta del siglo XIX manifestó que nunca había escrito una filosofía de la historia y tampoco utilizó la expresión concepción materialista de la historia. Lo hizo Engels en 1888 y luego en 1897 Plejanov escribe un libro titulado La concepción materialista de la historia. En el prólogo de 1859 no utiliza el término y se refiere a ideas que sirvieron de hilo conductor a sus estudios; con base en esas ideas conductoras, Marx no abordó el estudio de la historia en general o de la economía en general, sino que se propuso una tarea más modesta, pero fructífera, acorde con su nueva concepción: enfocarse en el estudio y explicación del modo de producción capitalista, un modo de producción particular históricamente determinado, entendiendo el modo de producción no solamente como la estructura económica, sino como la articulación de instancias económicas, políticas e ideológicas.

Marx no utilizó nunca el término materialismo histórico. Engels en el Anti-Duhring hizo un esfuerzo por sistematizar una concepción materialista de la historia[9] que le sirviera de fundamento teórico a los partidos de los trabajadores y posteriormente otros autores escribieron libros con ese título o similares hasta llegar a los textos oficiales en la Unión Soviética que establecieron una línea teórica oficial del partido comunista[10]. Me parece que Castro-Gómez mezcla su debate con Marx y Engels en las Tesis sobre Feuerbach y La ideología alemana con las críticas a las interpretaciones de autores marxistas que elaboraron explícitamente las nociones del materialismo histórico. Debería en mi opinión deslindar esto con mayor claridad.

Marx nunca escribió una filosofía de la historia. En carta de 1877 a la redacción de un periódico ruso en respuesta a un artículo de Mijailovsky, afirma que este autor le atribuye indebidamente una filosofía de la historia: “Se ve obligado a transformar mi esbozo histórico del surgimiento del capitalismo en Europa Occidental en una teoría histórico-filosófica de la evolución general que se impone fatídicamente a todos los pueblos, cualesquiera que sean las circunstancias históricas en las que se encuentren, para alcanzar finalmente aquella formación económica que asegura el desarrollo más pleno del hombre junto con el mayor incremento de las fuerzas productivas del trabajo social. Pero le pido disculpas a mi crítico (Pues al mismo tiempo me honra y me avergüenza demasiado.)” (pp. 244-245). Y concluye diciendo “Sucesos de una incuestionable analogía que tienen lugar en un medio histórico diferente conducen a resultados completamente distintos. Si se estudian cada uno de estos desarrollos por sí mismos y después se comparan entre sí, se encontrará fácilmente la clave para este fenómeno, pero eso jamás se conseguirá con la pauta universal de una teoría histórico-filosófica general cuya mayor virtud consiste en ser supra histórica.”[11] (p. 245).

A pesar de las afirmaciones explícitas de Marx autores como Castro-Gómez insisten en atribuir a Marx una supuesta filosofía de la historia caracterizada por un enfoque teleológico y una visión escatológica[12].

Nota: este texto es la introducción a un texto en el que examino los planteamientos de Castro-Gómez y los comparo con las posiciones de Althusser y de Michael Heinrich. El documento completo en PDF se encuentra en: https://cronicon.net/wp/wp-content/uploads/2025/09/Critica-a-la-rebelion-antropologica-de-Santiago-Castro-Go%CC%81mez.pdf

_____________________

[1]  Capítulo 18, Espectros de Feuerbach; capítulo 19, Socialismo y democracia; capítulo 20, Ser genérico y emancipación humana; capítulo 21, ¿Más allá de La sagrada familia?; capítulo 22, La deconstrucción del absolutismo antropológico; y capítulo 23, Marx, Stirner y el problema de las filosofía.

[2] Castro-Gómez no hace referencia detallada a este debate.

[3] Algunos ejemplos de las críticas a los marxistas en general: “No me voy a ocupar de Marx como una figura aislada, como un “héroe del pensamiento”, según la visión de los marxistas, sino de Marx en tanto que miembro del movimiento joven hegeliano entre 1837 y 1846” (p. 415). “Pues desde el campo marxista se hace mucho énfasis en que ya en esa obra juvenil, Marx se había distanciado del “idealismo de Hegel”. (p. 416, Nota a pie de página No 1). “Por lo general el marxismo dice que tal herencia viene de Hegel y asunto terminado” (p. 416).“Muchos marxistas exhiben todavía hoy como demostración de este abandono las Tesis sobre Feuerbach escritas presumiblemente en 1845…:” (p. 417). “…La ideología alemana “texto en el que muchos marxistas creen ver la superación definitiva del “idealismo” de Feuerbach.” (p. 418). “El marxismo ha proyectado retrospectivamente sobre el joven Marx una serie de presupuestos teóricos, como queda claro en la lectura que hace Althusser de sus textos juveniles.” (p.420, Nota a pie de página No 4). “Muchos autores marxistas resbalan en el anacronismo al proyectar retrospectivamente sobre Marx y los jóvenes hegelianos categorías que no estaban diferenciadas en aquel momento, es decir, que no estaban a su disposición.” (pp. 429-430). “Por eso las lecturas marxistas que se hacen sobre estos escritos de Marx para la Rheinische Zeitung suelen ser anacrónicas. Se dice por ejemplo que ya para 1840 Marx detectaba una oposición de clase entre la emergente burguesía renana y la aristocracia feudal, de modo que el texto sobre el robo de leña es un síntoma de esta lucha económica.” (p. 431). Dice “las lecturas marxistas”, pero cita solamente un autor: W. Schunffenhauer. “No hemos de entender esto como una ruptura materialista frente al idealismo, como frecuentemente dicen los exégetas marxistas cuando interpretan este texto. ..De manera que afirmaciones como las de Lukács (en El desarrollo filosófico del joven Marx), según la cual, en los textos de 1843 se produce la transición del pensamiento de Marx hacia el materialismo, no son más que retrospecciones anacrónicas” (p. 440, Nota 8). Primero dice “los exégetas marxistas”, pero luego solo menciona a Lukács). “Es aquí donde debemos registrar el cambio, y no en un supuesto paso del “idealismo” al “materialismo” con el que han delirado los marxistas.” (p. 442). No menciona aquí a ningún marxista. “Todavía a los marxistas de hoy les parece muy poca cosa la implementación de una socialdemocracia en regiones periféricas como América Latina…” (p. 462). “Para Marx, el capitalismo no es la causa de todos los males de la humanidad como suelen presentarlo hoy en día muchos marxistas y algunos activistas que añoran el regreso a formas de vida orgánicas, en las que el hombre vivía en armonía con la naturaleza.” (p. 502). “Todavía son muchos los marxistas que repiten lo mismo que dijeron los primeros editores rusos de La ideología alemana: que se trata de la primera “obra madura” del marxismo, que es la primera exposición sistemática del materialismo histórico, etc.” (p. 522). Señala que desde la mitad del siglo XX comenzó a discutirse el verdadero estatuto de este libro “en el que los marxistas creyeron ver siempre el primer esbozo de la teoría científica del materialismo histórico.” (p. 531). “Lo cual significa que ese capítulo inicial de La ideología alemana reputado por muchos como el primer bosquejo de la teoría materialista de la historia es en realidad una colcha de retazos, una colección de fragmentos.” (p. 536) La sociabilidad humana será pensada entonces a partir de la necesidad de satisfacer las necesidades materiales de los individuos históricos, pero esto no debe confundirse con una teoría materialista de la historia, como siempre ha pretendido el marxismo.” (p. 537). “Esta obsesión con la totalidad, con la idea de una máquina social que contiene por entero a todas las demás máquinas sociales, se revela como una de las herencias más perdurables y perversas del marxismo hasta el presente.” (pp. 547-548). “Muy a pesar de Marx y de los marxistas, la respuesta es no” (p. 552). ¿Podemos decir que hay aquí una teoría materialista de las ideologías como suponen todavía muchos marxistas? (p. 555). “Desde entonces los marxistas no han hecho más que repetir esta creencia expresada por Marx y Engels en La ideología alemana: que el materialismo es una teoría científica del todo que se opone en bloque a otro conjunto cerrado llamado el idealismo” (p. 556).

[4]  Althusser Louis, La revolución teórica de Marx, Siglo XXI Editores, decimoséptima edición, 1978 (Primera edición en español 1967; primera edición en francés 1965)

[5]  https://cronicon.net/wp/la-relacion-teorica-entre-louis-althusser-y-michael-heinrich-una-nota-de-vittorio-morfino/

[6]  Heinrich, Michael, Die Wissenschaft vom Wert, Verlag Westfalisches Dampfboot, Munster, 1999;  Hay una traducción al italiano: Michael Heinrich, La scienza del valore. La critica marxiana dell ´economia política tra rivoluzione scientifica e tradizione classica. A cura de Riccardo Bellofiore e Stefano Breda, Traduzione di Stefano Breda, PGRECO Edizioni, 2023.

[7]  https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/feuer/0.htm

[8]  https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/49-trab2.htm

[9]  En este texto utiliza explícitamente los términos concepción materialista de la historia en una cinco ocasiones. Considera que es uno de los grandes descubrimientos de Marx. La expresión aparece también en Del socialismo utópico al socialismo científico, texto que es una parte del Anti-Duhring. También utiliza aquí los términos materialismo histórico.

[10]  Otros autores marxistas escribieron libros con el título de materialismo histórico. En 1896 Antonio Labriola publicó “Del materialismo histórico” y Nicolai Bujarin “La teoría del materialismo histórico” en 1921. En 1933 Stalin publicó “Sobre materialismo histórico y materialismo dialéctico. En 1957 Konstantinov publicó El materialismo histórico, en la Academia de Ciencias Sociales de la URSS. Marx nunca utilizó el término materialismo histórico.

[11] Rendueles, Cesar. Karl Marx. Escritos sobre materialismo histórico, Alianza Editorial, Madrid, 2012.

[12]  https://www.sur.org.co/constain-contra-marx-la-ignorancia-es-razon-suficiente/

Alberto Maldonado Copello

Foto tomada de: El Orden Mundial

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