Antecedentes
Históricamente las dos organizaciones guerrilleras, hoy una con un proceso de conversaciones de terminación del conflicto armado concluido y empezando el difícil camino de su implementación y la otra apenas comenzando los diálogos, estuvieron buscando las aproximaciones y convergencias.
El ELN promovió en los años 80s acercamientos con otras guerrillas, en su momento en la lógica inicial de la confrontación; primero creó la denominada Trilateral con unas pequeñas organizaciones insurgentes que provenían del campo de las organizaciones de influencia maoísta (MIR-Patria Libre y PRT) y luego la Coordinadora Nacional Guerrillera, que fueron las antecesoras de la creación de la Coordinadora Nacional Guerrillera Simón Bolívar (CNGSB), junto con FARC y el sector del EPL que no se desmovilizó durante los gobiernos de Virgilio Barco y César Gaviria. Así concurrieron las tres insurgencias, de manera conjunta por primera vez en nuestra historia de intentos de paz, a las conversaciones de Caracas y Tlaxcala con el Gobierno de César Gaviria y si bien dichas conversaciones no fueron exitosas, si fue una experiencia de trabajo conjunto, con lo positivo y las dificultades que esto conlleva.
Posteriormente, y luego de la disolución, de hecho, de la CNGSB, se van a dar algunas tensiones y enfrentamientos de tipo regional entre estructuras del ELN y las FARC, que en algunos casos generaron muertes y costos sociales muy altos entre la población civil, se produce, por el trabajo de acercamiento acordado entre las dos organizaciones y encomendado a Timoleón Jiménez por parte de FARC y a Antonio García del ELN, acuerdos que llevan a la superación de esas diferencias y a un progresivo clima de mejor entendimiento en lo regional; pero hay que señalar que a nivel nacional las dos direcciones siempre mantuvieron unas buenas relaciones formales.
Lo esperable de la reunión
Hoy día existen las mejores condiciones para que este encuentro de intercambio de experiencias produzca los mejores resultados, dentro del mutuo respeto de cada una de las dos insurgencias. FARC ha concluido un complejo proceso de conversaciones con el Gobierno de Juan Manuel Santos, logrando algo que parecía imposible hace unos pocos años. Por lo tanto, tiene para compartir con el ELN experiencias diversas en temas como, la estrategia de conversaciones utilizadas tanto por ellos como por el Gobierno, el tema de la participación de la sociedad -tan sensible para el ELN-, la participación de la comunidad internacional, los puntos que tienen cercanía en las dos agendas –víctimas, terminación del conflicto e implementación- y cómo eventualmente hacerlos compatibles, las principales dificultades que afrontaron las conversaciones en La Habana y en qué aspectos vieron al Gobierno más reacio a ceder –esto puede ayudar a las dos organizaciones a mirar con realismo sus expectativas- y también las experiencias que el ELN ha empezado a acumular y las que se derivan de las conversaciones en curso en Quito. Igualmente conocer en detalle por el ELN, experiencias puntuales pero valiosas, como la experiencia piloto de desminado humanitario conjunto, entre Gobierno y FARC, en Briceño y en el Meta, la presencia de expertos internacionales y nacionales que compartieran sus aportes con la Mesa de Conversaciones
Adicionalmente, cómo se viene desarrollando el proceso de implementación de los Acuerdos de La Habana –en lo jurídico, en cuanto a la reincorporación de las FARC, en la ejecución de los acuerdos que beneficiaría a las comunidades de los territorios en conflicto- y las dificultades y entrabes que han venido presentándose; igualmente cómo hacer que el proceso de implementación pueda compatibilarse con el de participación de la sociedad que espera estimular el ELN.
Adicionalmente, sin duda, las dos organizaciones, tendrán la valiosa oportunidad de intercambiar sus análisis acerca del nuevo contexto internacional, especialmente de la región latinoamericana, y cómo ello incide en la actual situación de los procesos de terminación del conflicto armado. Pero también valorar, su futuro político, post reincorporación a la vida civil, como organizaciones políticas, una vez se produzca el proceso de dejación de las armas, cuáles son las dificultades y potencialidades que esto conllevaría. Y algo, no menos importante, fortalecer canales de comunicación permanente que permitan que se puedan ir dando procesos de intercambio permanente entre las dos organizaciones en procesos de terminación del conflicto armado, aunque en temporalidades distintas.
Reflexiones finales
No hay duda que va a ser de la mayor importancia este encuentro entre las cúpulas de ELN y FARC en La Habana y que se pueden esperar aspectos muy positivos para el desarrollo de los dos procesos. En la madurez de las dos organizaciones y en un momento tan trascendental para sus trayectorias –nada más ni nada menos que decidirse a dar ese paso trascendental de cambiar sus métodos de lucha, pasar de las armas a la política-, esta retroalimentación será de la mayor importancia.
Por supuesto, hay que valorar muy positivamente que el Gobierno Nacional a través de sus equipos negociadores y con la decisión del Presidente Santos haya viabilizado este encuentro, que va a redundar en beneficios para el proceso de terminar el largo conflicto armado en que está empeñado el país.
Alejo Vargas Velásquez: Profesor Titular Universidad Nacional