Con inteligencia y sensatez Petro esa misma noche apaciguó las tensas aguas convocando a la unidad por objetivos comunes y en aras de la patria con sus más pobres por delante. Así se renovó la invitación a un gran Acuerdo Nacional para que, sin deponer las diferencias, se formulen propósitos comunes para atender el clamor generalizado de un cambio, la solicitud más reiterada por las gentes que condujo a Petro y Hernández a enfrentarse en la segunda vuelta, y a dejar a Federico Gutiérrez sobre la lona por dejarse identificar como el candidato del continuismo. El viernes, dos días antes del domingo de elecciones se había realizado una primera reunión en función del Acuerdo Nacional, al parecer promovida por Alejandro Gaviria, donde el candidato sugirió una segunda reunión para el martes 21 de junio conocido el mandato de las urnas. Tal evento no se ha hecho aún pero el concepto no ha desaparecido del lenguaje del presidente electo, quien ha optado por ambientar la iniciativa propiciando diálogos difíciles con contradictores y antagonistas como Álvaro Uribe y Rodolfo Hernández, al tiempo que cimenta la necesaria gobernabilidad con el Congreso para garantizar el trámite de las reformas necesarias para que el cambio sea una certeza y no una promesa más.
Lo cierto es que alrededor del Acuerdo Nacional se despertaron muchas expectativas a pesar de las pocas claridades. Es una iniciativa estratégica que facilita gobernanza, capacidad de gestión del nuevo gobierno y desarma los espíritus intransigentes en actitud de combate.
Para darle soporte al Acuerdo Nacional Petro ha mencionado dos asuntos gruesos: su carácter plural, aglutinante de los más diversos sectores y su ámbito territorial, desde las regiones, “vinculante”.
En los territorios preocupan las pocas concreciones de la propuesta e incluso que, ante los evidentes logros para configurar la coalición de gobierno en el congreso o los afanes alrededor del empalme, se congele o evapore la iniciativa. No se conoce al interior del equipo de gobierno en configuración alguna mano responsable, distinta a la de Petro, que asegure la sostenibilidad de la gran invitación nacional y clarifique las incertidumbres existentes alrededor de su implementación, relacionadas, por ejemplo, con la naturaleza del Acuerdo. ¿Se trata de un pacto con la sociedad civil, los partidos y movimientos políticos? ¿Cuál será su columna vertebral, lo civil, lo político, lo institucional? ¿El alcance será de mediano y largo plazo o para el cuatrienio? ¿el contenido de los temas sujetos de acuerdo serán los tres pilares esbozados en distintas oportunidades por Petro presidente: paz, justicia social y justicia ambiental? ¿y la corrupción? ¿cómo será lo vinculante?
Para que el Acuerdo Nacional sea trascendente y la participación de los territorios sea vinculante, los compromisos que allí se adquieran deben convertirse en leyes o mejor aún, incrustarse en el plan nacional de desarrollo, que a diferencia de lo que normalmente ocurre cada cuatro años, esta vez deberá ser el resultado de un consenso construido por todo el país como la carta de navegación para un periodo pero cuyo alcance deberá trascender tres o cuatro periodos hacia adelante, como consecuencia del carácter de transición que tendrá el gobierno del Pacto Histórico ante la dimensión de las transformaciones económicas, sociales, culturales y ambientales que reclama el país para salir de la premodernidad y avanzar hacia una sociedad y economía de bienestar, socialdemócrata, como se autodefine el mismo Petro al considerar el modelo de desarrollo que está en el horizonte y hacia el cual marcharemos: Colombia potencia de la vida, productiva, inclusiva y sostenible.
Los acuerdos, resultado de este ejercicio de pacto social solidifican la legitimidad y gobernanza del nuevo gobierno, siendo el mejor instrumento para darle vida al Estado Social de Derecho y a la implementación retadora de la constitución de 1991. El gran reto.
Jorge Mejía Martínez
Foto tomada de: Infobae
Albeiro Echeverri Sánchez says
Comparto plenamente las inquietudes o interrogantes que se esbozan en relación con las formas,contenidos y conductos a través de los cuales el Acuerdo Nacional que propone nuestro Presidente, pueda ser debatido, y ojalá concensuado, a partir del más amplio proceso de participación Ciudadana que podamos ayudar a construir desde el ámbito Regional y teniendo en cuenta de manera especial los Liderazgos Locales de todo el territorio Nacional. Excelente artículo Doctor Jorge Mejía, un 🤗 abrazo.