“No es un proceso por corrupción. Que la Fiscalía no tiene pruebas contra él (Rodolfo Hernández). Daniel Coronell: Los cargos están basados en pruebas. El delito se llama interés indebido en la celebración de contratos. E implica corrupción, Durante la alcaldía de Rodolfo Hernández. El dinero no son $344 millones.
El valor del contrato eran $570.000 millones para la unión temporal VitaLogic para el manejo de las basuras. Le iba a pagar comisión al hijo Luis Carlos, US$5,7 millones del entonces alcalde de Bucaramanga. El que preparó la licitación fue el pobre ingeniero químico Jorge Alarcón. Rodolfo confirmó que vio todas las hojas de vida, pero recomendó a Jorge, quien fue escogido.” Daniel Coronell, su crónica en la W, 2/06/2022.
Empieza el conteo regresivo
En la mañana del jueves, Daniel Coronell probó cómo Rodolfo Hernández mintió en su primera conversación con Julito Sánchez este miércoles. Él está untado de corrupción en su “inolvidable” alcaldía de Bucaramanga.
En materia noticiosa, uno de los animadores de la resucitada revista Cambio, le puso en el Informe Coronell para la W, la cereza al pastel del populismo que practica con desenfado corrupto el ingeniero civil egresado de la Universidad Nacional, que puntea en las dos primeras encuestas posprimera vuelta. Es el mismo que en compañía del publicista Ángel Becassino, hizo a dúo el anuncio de que continuará sin ir a los debates públicos.
Antes de la votación presidencial en Colombia escribió mucha gente. Entre este selecto grupo quiero destacar dos participaciones sintomáticas. Empiezo con lo que opinó Sergio Clavijo; y luego con lo que comentó José Miguel Vivanco, el paladín liberal de la defensa de los DH, cuando felicitó a Colombia, porque Juanita Goebertus, una caracterizada activista de la Alianza Verde, discípula de Antanas Mockus, quien será la que reemplace a Vivanco en la oficina de HRW para las Américas. Uno y otro aparecen citados en dos de los tres epígrafes que presiden este ensayo.
Vivanco advierte que “nadie está vacunado contra el populismo”, y no hace excepciones, porque incluyó, y cómo no, en su listado a los EE. UU. Más allá de lo poco que José Miguel, vecino del Capitolio y la Casa Blanca, hiciera que se sepa frente al prontuario de violaciones de los D.H. en la presidencia imperial de la gran nación del norte.
Lo que el docto José Miguel no hizo, – quien repartió denuncias y mandobles por violación de los D.H en las neo colonias presidenciales reformadas abajo del Río Grande -, fue señalar que se trata de populismos de derecha al servicio de la decadente empresa del Neoliberalismo. Con representantes tan ilustres como Donald Trump, un repitente de la misma fórmula, y Jair Bolsonaro y Nayib Bukele, al frente de gobiernos actuales de fachada democrático representativa en América.
Porque el más caracterizado líder populista de derecha a nivel global es Vladimir Putin, un nacional populista de derecha, quien no se cansa de repetirse en el gobierno de la nueva federación rusa. Es necesario citarlo aquí, porque sigue siendo activo con su “nacionalismo de gran potencia” en aupar el desorden global. Porque exige a los negociantes de la guerra en el orden imperial[1] que lo acordado para desmontar la guerra fría sea cumplido. Es decir que la Otan tiene que desaparecer como fórmula de disuasión/agresión del mapa de Europa posmuro de Berlín.
Tal y como se prueba por las acciones comprometidas en la defensa de la ocupación por Rusia de los territorios del sureste de Ucrania. La última de las cuales es dotar del sistema de misiles Himars, guiados por GPS, al gobierno de Volomidir Zelenski, por parte del demócrata Joe Biden, y de un sistema de defensa aérea, complementario, a cargo del gobierno de la socialdemocracia alemana, según lo anunciado por el canciller Olaf Scholz.[2]
¿Dónde están parados Rodolfo y Gustavo?
“Colombia fue excepción al consolidar la democracia bajo el Frente Nacional (1958-1974), evitando los repetidos golpes militares en toda la región (C. Granés, 2021, Delirio americano). Pero en las últimas décadas enfrentamos amenazas guerrilleras y narcotráfico, que en la pospandemia han escalado…” Sergio Clavijo, Lo que está en juego, ET, 16/05/2022, 1.13.
Este breve periplo glocAL vale para encuadrar a los dos rivales del candidato del Pacto Histórico en la primera vuelta del pasado 29 de mayo. Esto es, las dos caras de la misma moneda del sentido común capitalista dependiente: Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández. En primera línea está el autonombrado candidato del sentido común, que blandía el zurriago dizque para tomar distancia de la derecha y la izquierda,[3] de una parte. En la retaguardia, y pegadito a él, está Rodolfo, el vocero abierto de la jerga del sentido común, campeón de la Liga de los gobernantes contra la “corrupción.”
El rival de Gustavo Petro es Rodolfo al contabilizar el 28%, y algo. Ganó en departamentos que nunca visitó, como Vichada, la perla de la corona, y reemplazó como heredero de la votación que favoreció al presidente Iván Duque, cuando ganó en 2018, no a Fico en la competencia de ahora.
Hernández insiste en los medios coquetos que, mantendrá dos pilares: administrar bien y combatir a los corruptos. Solo que por estas calendas, Coronell, en exilio, pero bien “dateado,” le puso el cascabel al gato, al incorruptible Rodolfo, con el maloliente episodio de las basuras en Bucaramanga.
El siguiente invitado es un editorialista de El Tiempo, el conservador Sergio Clavijo; exmiembro de la Junta Directiva del Banco de la República, la institución que fue “independizada” como parte de la reforma que impuso el águila neoliberal bifronte sellada con la apertura constituyente de 1991. La nueva arquitectura de la nueva Constitución es una verdadera fórmula de revolución pasiva, que inauguró Colombia para el subcontinente al cierre del siglo XX.[4]
Todo esto ocurre con raíces en el triunfo de la hegemonía neoliberal que se consolidó con la derrota del socialismo capitalista soviético, que con detalle Paola Virno llama el socialismo del capital, cuyo más adelantado representante actual es la China de Xi Jin Ping, legatario de Deng Tsiao Ping, el defenestrado compañero de Mao en la gran marcha.
Clavijo sostiene, contra toda evidencia histórica que, Colombia consolidó la democracia con el Frente Nacional (1958-1976). Y cita en su apoyo el trabajo de Granés, Delirio americano, el vástago ilustrado del físico José Granés, un exmilitante de la Unión Revolucionaria Socialista, URS, de los años 70. Al respecto, esta organización y los animadores del llamado Bloque Socialista, nacido del estallido social universitario de los años 60/70, sostuvieron que el Frente Nacional era un régimen de Dictadura Civil.
La fundamentación teórica del régimen posViolencia bipartidista, – llamaron con eufemismo dizque democracia tutelada-, con otro nombre lo prueba la investigación: La República de las Armas, 1960-1980, del jurista Gustavo Gallón Giraldo. Publicado originalmente en Controversia, del CINEP, el think tank, (no el tik tok chino), de los jesuitas seguidores del papa negro, Pedro Arrupe.
El Liberalismo tibio: la parábola de Sergio el limpio.
“Ha vuelto a notarse, desde las elecciones parlamentarias, sin pudor ni vergüenza, el poder corruptor del dinero para comprar votos y apoyos electorales, como si ninguna lección se hubiera aprendido en este campo en las últimas 3 décadas.” Juan Lozano, Campaña maluca, ET, 16/05/22, 1.13.
Un ex nuevo liberal, el opinador Juan Lozano, ahora obsecuente defensor del régimen para-presidencial de la seguridad democrática, escudero del binomio de oro, Iván Duque/Federico Gutiérrez, perdió la memoria de los últimos treinta años. Al confundir la corrupción política con la del dinero, que es parte del fenómeno mayor.
Desde los años sesenta del siglo XX, se produjo un estallido social y político mundial, la crisis de la representación política, porque salieron a las calles los sin parte, los muchos, la multitud exigiendo la participación de hecho.
En Europa la participación de jóvenes universitarios y de secundaria, mujeres, nuevos obreros conmovieron los cimientos de la V República que tenía al largilucho y desmemoriado general De Gaulle al frente. No cayó su gobierno por la comparsa cómplice del partido comunista de Marchais, y la dirección sindical burocratizada.
En América, los estudiantes, ferrocarriles, y trabajadores del poderoso sindicato de la energía, pusieron contra la pared al PRI, que de cara al mundo, por ser anfitrión de las Olimpíadas masacró a los protestantes en la Plaza de las Tres Culturas. El secretario Echevarría domó el conato de rebelión, pero marcó el comienzo de la decadencia.
Desde entonces la corrupción política está a la vista de todos para detener la marejada democrática que golpeó a los bloques del mundo capitalista y socialista, descongelando la detente nuclear de la Guerra Fría, sin que lograra derrumbar el viejo orden del capital. La gobernabilidad, que no la gobernanza democrática se reencauchó con la hegemonía neoliberal, que respondió a la clase obrera en rebeldía y a las juventudes con el placebo del ciudadano consumidor, al confundir la libertad para consumir con la libertad política.
Este escenario se extendió por el mundo, y tocó a las puertas de Colombia. Se entronizó en la reforma constituyente de 1991. Luego de los asesinatos de los dirigentes intelectuales de una reforma que se hundieron en la acción reforzada de la República de las armas. Esta Constitución consagró institucionalmente, un proyecto autoritario de revolución pasiva. Una modalidad de hiperpresidencialismo que se puso primero a prueba en la Argentina con el tránsito de la dictadura de los militares a la democracia liberal de Alfonsín. Este entrampó al grupo más audaz de los gramscianos argentinos, Aricó, Portantiero y el joven De Ipola que confundieron también a liberalismo y DH con democracia e igualdad social, aunque de dientes para fuera pudieran decir lo contrario.
Aquí, el grupo de investigación Presidencialismo y participación llamó al régimen de 1991, Neopresidencialismo, y descubrió que era un formato en abierta contradicción con una promesa de participación democrática que negaba. Mucho más si le ponía la camisa de seda del Estado Social al orangután del presidencialismo bifronte.
En cuestión de pocos años, la paz hecha con el M19, eunuco de fuerza congresional,[5] y sus compañeros de viaje, se entronizó la degeneración democrático liberal, con la imposición de la excepcionalidad de hecho, con la “bendición” impartida por el liberal “popular” Samper y su ministro Botero a las Convivir, las guardias blancas del paramilitarismo en el laboratorio de Antioquia, con el gobernador Álvaro Uribe.
Era el ensayo del régimen parapresidencial con la vuelta de la fórmula de la excepcionalidad aplicada de hecho para impedir la revolución democrática en curso, empujada por las masas campesinas y las minorías indígenas organizadas en los territorios ayunos de reforma agraria y sujeto cum manu militarii.
Tal fue la antesala regional del régimen parapresidencial nacional, que se cocinó y generalizó luego de las victorias militares de la insurgencia subalterna coronadas por la recesión, que obligaron al presidente Pastrana, a reabrir la negociación de paz con las Farc-Ep. La cual fracasó ante las demandas de reforma social en los acuerdos de San Francisco de la Sombra.
El liberalismo tibio del poder popular, a la usanza del expresidente Samper, no sólo fracaso sino que quedó insepulto. Este lo retomó, más rebajado, el proyecto regional de Sergio Fajardo y su Compromiso Ciudadano. Un independiente supuesto liberal, quien se acaba de hundir de manera estruendosa en la disputa por la presidencia, y su coalición del centro Esperanza, un defecto político, como lo denunció el demócrata Spinoza en el siglo XVII.
Ahora todo parece indicar que el impoluto matemático adherirá al populista corrupto, Rodolfo con tal de cerrarle el paso a Gustavo y el Pacto Histórico que quiere desmontar el régimen para-presidencial. Una tarea inconclusa, luego de la firma de la paz neoliberal cuyo recortado programa de reforma socio-económica quedó hundido en los meandros del régimen uribista.
La revolución democrática interrumpida
A Gustavo Petro y a sus asesores liberales, Barreras, Benedetti y Prada no les fue bien en la lucha político electoral contra el sentido común dominante, porque no enfilaron baterías adecuadas contra las dos caras del minotauro de la reacción, Fico/Rodolfo.
No lo hicieron bien porque están presos del embeleco de confundir liberalismo con democracia. A estas alturas, el primer indicador son no solo los resultados electorales, sino las dos encuestas conocidas. La tabla de salvación está en la primera línea que representa Francia Márquez, que encarna el núcleo de buen sentido que existe en las multitudes democráticas, que han roto en buena parte con el sentido común dominante y que necesita de una justicia social concreta.
Así se entiende la protesta universitaria de esta semana, que tiene dos ejes de resonancia hoy, la rebeldía de la U. Distrital afectada por clientelismo y saqueo durante muchos años, y la U. Nacional, y sus estudiantes de derecho y ciencia política que se han declarado en asamblea permanente esta semana.
En guardia contra la vuelta de los rectores policías padecidos en la coyuntura virtuosa de 1967-1971, que se selló de modo autoritario con la quiebra de la autonomía y la persecución del corto cogobierno democrático de las universidades. La revolución democrática interrumpida tantas veces ha recuperado el paso de marcha y el tono de la autonomía.
Es tiempo, las dos semanas y pucho que quedan, para que el binomio de Petro/Márquez recuperen el rumbo, y le quiebren el espinazo al régimen para-presidencial cuya agonía prolongó el Centro Democrático y su títere presidencial.
Estamos pues en la encrucijada colombiana, para no confundir más liberalismo con democracia, y la razón y la fuerza instituyente están del lado de la democracia subalterna. Ya veremos.
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[1] Orden imperial es un calificativo derivado de la serie Imperio escrita por Michael Hardt y Toni Negri. Ver el volumen II, Multitud. Guerra y Democracia en la era del Imperio.
[2] Así las cosas, Alemania habrá destinado más de EU$ 100.000 millones para la “defensa” de Ucrania. Es el gasto posbélico del departamento de Defensa de la ex RFA más alto después de 83 años, luego que terminó la II Guerra Mundial. Jamás ha recibido América Latina tal derrama económica en toda la historia posterior a la derrota del nazismo, y antes tampoco.
[3] Según el gurú tempranero del populismo de derechas en las Américas, Álvaro Uribe Vélez, la derecha y la izquierda son calificativos prehistóricos. Porque vivimos los tiempos de la poshistoria, la que alabó y trató de probar de modo sofístico Francis Fukuyama, el consultor de la Rand Corporation, cuando la Unión Soviética y sus satélites colapsaron.
[4] Revolución pasiva en una expresión que tomó Antonio Gramsci de los escritos del liberal napolitano Vincenzo Cuoco, en la fallida revolución de 1799. Aparece en su estudio del Risorgimento italiano, es decir, la formación contrahecha del Estado y la nación italiana, y el crucial papel de los intelectuales, en sus célebres Cuadernos de la cárcel, 1929-1935.
[5] Por un acuerdo secreto, antidemocrático de Antonio Navarro y César Gaviria, con la exclusión del más severo crítico de la corrupción del régimen del Frente Nacional, que cocreó el padre de Álvaro Gómez, emasculó a la dirigencia del M19 y sus aliados, de participar en el placebo del refrendo que ocurrió en la desmentida renovación del Congreso.
Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD, Director Grupo Presidencialismo y Participación, IGS Colombia, Revista Pensamiento de Ruptura
Foto tomada de: Eltiempo.com
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