Corresponde a la fiscalía y a los organismos de inteligencia del Estado, así como a organismos internacionales a los que se ha vinculado a la investigación, la responsabilidad por ubicar a los determinadores del crimen. Esta es una tarea prioritaria dada como hemos dicho la utilización que de este hecho criminal tanto los organismos de la oposición como los grandes medios de comunicación. Uribe Turbay no era una figura muy destacada aún dentro de los sectores de la oposición. Sus posturas fueron siempre plegadas a un pensamiento de derecha. Su paso por el Senado de la República tampoco fue muy destacado. Por eso los medios de comunicación han fracasado en su empeño por crear una leyenda en torno a su nombre pues sus actuaciones no fueron en vida destacadas.
La importancia de las investigaciones, para dar con los determinadores del hecho criminal, son urgentes para desterrar las armas y la muerte de la vida política del país. Uribe Turbay fue sacrificado y este hecho es de la mayor gravedad pues se trataba de un precandidato de la oposición a la cual el Estado debería haber cuidado con todo el empeño. Como lo ha señalado el presidente de la República, Gustavo Petro, el asesinato de Uribe Turbay es una derrota de la democracia y es una derrota del Estado y del gobierno. Nadie puede ser asesinado por pensar, por disentir, por oponerse, así estemos en desacuerdo con su pensamiento y con sus propuestas políticas.
Las armas no pueden doblegar la lucha política democrática. Colombia no puede regresar al pasado donde fueron asesinados líderes políticos como Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro y Álvaro Gómez Hurtado. La mayor parte de estos crímenes han quedado en la impunidad. Corresponde ahora al gobierno y a los organismos de la fuerza pública, así como a la Fiscalía llegar hasta los determinadores de este asesinato para que no regresemos a épocas que creíamos ya superadas. En realidad, ayuda muy poco para lograr un clima democrático las narrativas que están predominando en la gran prensa y en los voceros de la oposición de intentar sin ninguna prueba responsabilizar al gobierno por este hecho criminal. Un acuerdo mínimo que debería ser firmado por todos los actores políticos sería el de desescalar la confrontación verbal para realizar un debate electoral con garantías para todos y en medio de una campaña centrada en las propuestas y en las ideas, disminuyendo la pugnacidad. Pero esto no es lo que esta sucediendo. La escalada es aupada por los grandes medios de comunicación y por la propia oposición no ayuda a generar un clima democrático para la campaña en curso. Tampoco ayudan los pronunciamientos del gobierno que escalan a mi juicio esta confrontación.
Pedro Santana Rodríguez, Director Revista Sur
Foto tomada de: France 24
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