Es obvio que hablar de perdón social en un clima de generalizada impunidad sin que los cuerpos de investigación hayan determinado las responsabilidades por los grandes crímenes cometidos no solo es inoportuno en medio de la contienda electoral, sino que además constituye un error político en medio de las investigaciones que aún no terminan de la Justicia Transicional y de la justicia ordinaria. La cuestión del perdón social como lo advierte Derrida, es complejo, pues se trata de perdonar lo imperdonable, es decir, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra que en el derecho internacional de los derechos humanos y en el derecho internacional Humanitario son imprescriptibles. Y justo en Colombia no hay avances significativos sobre los graves crímenes cometidos tanto por actores armados ilegales como por agentes del Estado y por las guerrillas insurgentes.
En última instancia sin que la justicia llegue a los determinadores de masacres, desapariciones, crímenes de lesa humanidad como secuestros, torturas y asesinatos, así como desplazamiento forzado y despojo de las familias campesinas no se puede hablar de justicia responsabilizadora, que los criminales muestren arrepentimiento y garantías de no repetición, para ahí si hablar de perdón social. Sin que la justicia llegue a determinar responsabilidades individuales y colectivas es imposible hablar del perdón social. Por lo demás las víctimas son las únicas que pueden o no perdonar, es una decisión de ellas de forma autónoma.
La propuesta de Petro es generosa y de manera hipócrita el principal beneficiario de ese perdón social que es el candidato del establecimiento, Federico Gutiérrez, se rasga de las vestiduras, siendo que sus principales beneficiarios serían los adherentes de su campaña electoral. Colombia indudablemente tiene que caminar hacia el perdón social, pero sobre la base de la justicia y de la reparación y de las garantías de no repetición.
Por si fuera poco, además del escándalo desatado de manera exagerada tanto por el centro de Fajardo como por Federico Gutiérrez, los ataques de la derecha no cesan. Petro se vio obligado a retirar de la campaña a Piedad Córdoba para que se dedique a su defensa a lo que Piedad respondió acatando la decisión y anunciando que ejercerá su defensa pública. La derecha está, en el terreno que le conviene, no debatir sobre los graves problemas del país a los que nos ha traído un modelo fracasado en que el 42.5% de la población se encuentra en situación de pobreza y otro treinta por ciento en situación de vulnerabilidad, donde el 30% de la población padece hambre y sobre ello nadie de razón de las causas de semejante fracaso.
Petro debe rediseñar su campaña, es indudable que los escándalos pueden afectarlo. Por ello a mi juicio debe acentuar su contenido programático para plantear las alternativas que el país reclama, en materia de pensiones, salud, reforma rural integral, soberanía alimentaria, renta básica donde debería encajar el tema de adultos mayores y auxilios a las madres cabeza de familia, ingresos y salarios dignos como temas centrales de su campaña. Un programa de renta básica permitiría llegar a 7 millones cuatrocientas sesenta mil familias que lo necesitan con urgencia para palear el hambre y sus necesidades básicas. Este programa es completamente posible, requeriría de 2.3% adicionales del Producto Interno Bruto, PIB, para hacerlo posible y no abandonar la calle, la plaza pública, hoy más que nunca debería acentuar su contacto con los sectores populares. La movilización en este terreno pantanoso en que se ha sumido la campaña.
Serán seis semanas de vértigo. Pero si se quiere debatir sobre los grandes problemas del país Petro debe hacer esfuerzos por sacarla de donde se encuentra como producto de los bulos y los fake news, terreno propio de una derecha sin propuestas y fracasada en la conducción del país. Y a Fajardo dudo mucho que la estrategia donde ha coincidido con la derecha le de los frutos esperados de crecer en las encuetas y remontar en donde los grandes medios y los grandes capitalistas se han decantado por el candidato de la derecha. También para él cabe que se dedique a plantear de frente las alternativas para que el debate escale en las propuestas. Hay que hacer esfuerzos desde todos los ámbitos para que el chisme y la conseja no terminen de enrarecer una campaña empañada por masacres, asesinatos de líderes y lideresas sociales, y excombatientes de la guerrilla de las FARC. Esa es la tarea.
Pedro Santana Rodríguez, Director Revista Sur
Foto tomada de: Infobae
Martha Elena Huertas Moya says
Una campaña con mucho dinero del imperio, la injerencia de la DEA, como parte relevante.
Edgar Montenegro says
Así es. Una sola precisión, los “agentes del Estado” involucrados en masacres en todas las fronteras, ésta semana en Arauca y Putumayo, tiene un responsable institucional concreto: los mandos, en cada caso del Ejército Nacional, sin cuya acción directa, corrupción o negligencia, esos crímenes serían imposibles. Es cuestión de vida o muerte.
Carlos says
El reto es grande, cómo redireccionar e interesar a los votantes en las propuestas y no en el escándalo?
Miguel Muñoz S. says
Estamos de acuerdo que la extrema derecha uribista desea el debate en el pantano de las calumnias, mentiras, montajes mediáticos,ante la falta de propuestas y la debacle de su gobierno. Pero nada le sale a la extrema derecha pues sus entrampanientos resultan fallidos. Mientras tanto Petro avanza exitosamente en la plaza pública logrando despertar el fervor popular y cuando un proyecto político llega a ese estado se vuelve indestructible y se coloca en la antesala de un triunfo inminente. En este momento Petro ya está por encima y la gente considera que estos entrampanientos y calumnias son jugadas sucias de una derecha desesperada que empieza a perder al fin el poder después de largos 200 años de absoluta hegemonía autoritaria y pésima administración.