Empleo y desempleo
- Tasa de desempleo mundial: Se mantuvo en el 5%, equivalente a 183 millones de personas desempleadas[ii]
- Empleo juvenil: La tasa de desempleo juvenil se mantuvo elevada, en torno al 12,6%, sin mejoras significativas respecto a años anteriores.
Informalidad laboral
- Empleo informal: Aproximadamente el 58% de la fuerza laboral mundial trabaja en condiciones informales, sin acceso a protección social ni estabilidad laboral.
- Pobreza laboral: La incidencia de la pobreza entre trabajadores regresó a niveles previos a la pandemia, afectando especialmente a países de bajos ingresos.
Tendencias regionales
- América Latina y el Caribe: La tasa de ocupación aumentó ligeramente al 58,9%, mientras que la tasa de desempleo disminuyó al 6,1%. Sin embargo, la informalidad y las desigualdades de género siguen siendo desafíos persistentes.
En resumen, la OIT calcula que el déficit mundial de trabajo decente —es decir, el número total estimado de puestos de trabajo necesarios— alcanzó la alarmante cifra de 402,4 millones en 2024. Este déficit abarca a aproximadamente 186 millones de personas desempleadas, 137 millones que integran la fuerza de trabajo potencial (en su mayoría, trabajadores desalentados) y 79 millones que, aunque desean trabajar, se ven impedidas por otras responsabilidades, como las tareas de cuidado. No obstante, el análisis de la OIT sobre el déficit de trabajo decente omite a los más de 2.000 millones de trabajadores que laboran en la informalidad, los cuales constituyen el 58% de la población ocupada. A esto se suma que más de la mitad de la población con empleo no cuenta con una cobertura adecuada de seguridad social, protección legal ni condiciones de seguridad en el trabajo. La desigualdad se ha intensificado.
Si incluimos a los informales el déficit de trabajo decente en el mundo asciende a la dramática cifra del 69% del total de ocupados que representa a unos 2030.000.000 trabajadores
El contexto específico de Colombia
Además de los problemas globales mencionados, Colombia enfrenta desafíos particulares:
- Alta informalidad laboral: Un gran porcentaje de la fuerza laboral (56%) trabaja en la informalidad, sin acceso a seguridad social ni protección laboral. En comparación, la informalidad laboral en América Latina y el Caribe se ubicó en el 47,6% en 2024.
- Alto desempleo: Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desempleo en Colombia se situó en 10,5% en 2024, mientras que la tasa de desempleo promedio en América Latina y el Caribe fue del 6,1% en 2024[iii]. Esto indica que la tasa de desempleo en Colombia es significativamente superior al promedio regional, lo que sugiere desafíos particulares en el mundo laboral colombiano que requieren atención específica para mejorar la generación de empleo y reducir la informalidad.
- Alta exclusión de la seguridad social: Más de 13 millones de trabajadores ocupados se encuentran excluidos del régimen contributivo de la seguridad social, lo que implica que este número financia en gran parte el sistema de salud de casi 50 millones de personas, dado que los empleadores ya no aportan al sistema de seguridad social en salud debido a la reforma tributaria de Santos de 2012.
- Desempleo juvenil: Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desempleo entre los jóvenes colombianos (de 15 a 28 años) se situó en 17,4% durante 2024[iv], lo que representa un ligero aumento de 0,2 puntos porcentuales respecto al año anterior. Según el informe Panorama Laboral 2024 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de desempleo juvenil en América Latina y el Caribe se situó en un 13,8% en 2024, lo que representa una ligera disminución respecto al 14,5% registrado en 2023.
- Violencia y conflicto armado: En algunas regiones, la violencia y el conflicto armado afectan la seguridad de los trabajadores y limitan las oportunidades de empleo. Si bien la tasa de homicidios de sindicalistas ha caído, no ocurre lo mismo con la de lideres sociales.
- Baja tasa de sindicalización y alta fragmentación: Colombia, debido a la acción combinada de la violencia antisindical y las reformas neoliberales que acabaron con la estabilidad laboral, cuenta con una tasa de sindicalización del 5%, pero en el sector privado no supera el 2%. Adicionalmente, los problemas internos no tramitados adecuadamente han generado una alta fragmentación sindical que ha llevado a la existencia de unos 12 mil sindicatos para 1,4 millones de trabajadores afiliados.
Propuestas de la OIT para resolver el déficit de trabajo decente:
A pesar de una recuperación parcial tras la pandemia, el mercado laboral mundial enfrenta desafíos estructurales significativos, como la alta informalidad, el desempleo juvenil persistente y la pobreza laboral. La OIT destaca la necesidad de políticas coordinadas que promuevan empleos decentes, inversión en infraestructura y una transición justa hacia economías más inclusivas y sostenibles.
El informe formula algunas recomendaciones para abordar los desafíos actuales:
- Impulsar la productividad mediante transformación estructural y educación:
- Invertir en educación de calidad, infraestructuras y servicios públicos para facilitar el acceso a empleos de alta productividad en sectores como manufactura, servicios digitales y TIC.
- Implementar políticas industriales que reduzcan las desigualdades geográficas internas y promuevan la diversificación económica, especialmente en países con déficits de trabajo decente.
- Combatir la concentración del mercado laboral y mejorar las competencias de los jóvenes para integrarlos en empleos formales y bien remunerados.
- Acelerar la transición ecológica para generar empleo verde:
- Priorizar políticas industriales que impulsen inversiones en energías renovables (solar, hidrógeno) y movilidad sostenible (vehículos eléctricos).
- Mitigar la desigualdad en la distribución de empleos verdes, concentrados actualmente en Asia Oriental y América del Norte, promoviendo oportunidades en economías emergentes y en desarrollo.
- Movilizar remesas y fondos privados para el desarrollo local:
- Canalizar los flujos de remesas (superiores a la inversión extranjera directa en muchos países) hacia inversiones productivas, en lugar de destinarlos solo al consumo.
- Crear mecanismos para consolidar estos fondos y fomentar el desarrollo económico local, especialmente en países de ingresos bajos, mediante infraestructura, salud y educación.
Déficit de trabajo decente: OIT con soluciones limitadas
Si bien la OIT identifica correctamente que la ralentización del crecimiento de la productividad actúa como un obstáculo que limita la creación de oportunidades de trabajo decente, no aborda adecuadamente que la causa principal de este estancamiento es la crisis estructural del sistema financiero global, el cual se encuentra al borde del colapso debido a su creciente desconexión con la economía real.
El sistema financiero occidental enfrenta una crisis sistémica que amenaza con desencadenar una depresión global más severa que la de 1930. Esta situación tiene su causa en el colapso del modelo neoliberal impuesto por Wall Street y la City de Londres desde la ruptura del sistema de Bretton Woods en 1971, lo que ha generado una burbuja especulativa de 2 mil billones de dólares, desmantelando la economía productiva y sumiendo a las naciones del Sur Global en la servidumbre por deuda. La respuesta de las élites financieras ha sido la flexibilización cuantitativa y la emisión de criptomonedas sin respaldo, medidas que no solo, no abordan las causas estructurales de la crisis, sino que la agravan.
Frente a esta situación, se necesitan medidas complementarias a las propuestas de la OIT – ya probadas históricamente – para superar el atraso económico y las crisis recesivas.
- Restauración de la Ley Glass-Steagall: La Ley Glass-Steagall fue promulgada por Franklin D. Roosevelt en junio de 1933 como respuesta a la crisis financiera de la Gran Depresión. Su objetivo era restaurar la confianza en el sistema bancario estadounidense mediante la separación entre banca comercial y banca de inversión, evitando así la especulación financiera y protegiendo los depósitos de los ciudadanos.
- Creación de un banco nacional: Establecer una institución financiera pública que emita crédito productivo destinado a proyectos de infraestructura, reindustrialización y desarrollo económico, como lo hizo Alexander Hamilton en Estados Unidos. Alexander Hamilton estableció el Primer Banco de los Estados Unidos en 1791 con el propósito de estabilizar y mejorar el crédito de la joven nación, así como gestionar las finanzas del gobierno federal, incluyendo la recaudación de impuestos, el pago de deudas y la emisión de préstamos de fomento para la economía productiva (agropecuario, industria, infraestructura como los ferrocarriles, etc.). Actualmente, este modelo se ve representado por el Banco Popular de China, que funciona como su Banco Central bajo control directo del gobierno.
- Sistema de tipos de cambio fijos. Se propone reinstaurar un sistema financiero internacional basado en tipos de cambio estables para facilitar la cooperación económica y el desarrollo global, similar al sistema de Bretton Woods, que Nixon desmontó en agosto de 1971. Esto permitiría que la inversión fluyera hacia proyectos a largo plazo gracias a la certidumbre cambiaria, como ocurrió durante la época dorada del capitalismo, que duró casi 30 años después de la Segunda Guerra Mundial. Los debates sobre un sistema monetario de paridades fijas con una nueva moneda de reserva mundial forman parte de las discusiones internas en los BRICS.
- Impulso a la ciencia y la tecnología: Fomentar programas de investigación y desarrollo en áreas estratégicas como las ciencias de la salud, física cuántica, energía de fusión y la exploración espacial, promoviendo la cooperación internacional en beneficio de toda la humanidad. Los avances tecnológicos deben aplicarse a los procesos productivos para hacerlos mas eficientes, y por tanto hacer progresos crecientes en productividad como lo señala la OIT.
- Infraestructura económica. Las inversiones en infraestructura económica son clave para aumentar la productividad laboral, ya que mejoran la eficiencia de los procesos productivos al actuar como el sistema circulatorio de la economía. La OIT acierta al identificar esta conexión, convirtiéndola en una estrategia central para generar trabajo decente. Sin embargo, se requieren proyectos de gran escala que transformen las capacidades logísticas nacionales y regionales: ferrocarriles de alta velocidad, autopistas modernas, megapuertos como Chancay en Perú, túneles estratégicos, y obras visionarias como el canal interoceánico Atrato-Truandó en Colombia o al menos el ferrocarril propuesto por el gobierno de Petro.
Estas propuestas buscan reemplazar el sistema financiero especulativo actual por un nuevo modelo económico que fomente el trabajo decente, impulsando la productividad a través del desarrollo científico y la ejecución de megaproyectos de infraestructura.
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[i][i] file:///E:/Personal/OIT/2025/wcms_908148.pdf
[ii] https://www.ilo.org/sites/default/files/2025-01/WESO25_Trends_ExecSum_ES.pdf
[iii] https://www.reuters.com/world/americas/unemployment-dips-latin-america-2024-inequality-gap-grows-ilo-says-2025-02-12/?utm_source=chatgpt.com
[iv] https://www.larepublica.co/economia/los-ninis-bajaron-5-3-al-cierre-de-2024-y-representan-22-5-del-total-de-los-jovenes-4061159?utm_source=chatgpt.com
Carlos Julio Diaz Lotero
Foto tomada de: AP New
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