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Socialistas vs socialistas

17 noviembre, 2025 By Carlos Jimenez Leave a Comment

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Partamos del hecho de que hay socialistas no sólo distintos sino adversarios de otros socialistas. El socialismo- desde su nacimiento como fuerza política organizada en la Europa – del siglo XIX, tiene hoy presencia prácticamente en los cinco continentes. Pero ya carece la unidad ideológica en los años gloriosos de la Segunda Internacional de antes de la I Guerra Mundial, cuando el socialismo estaba plenamente identificado con el marxismo, es decir, con la crítica y la oposición a los agentes políticos e ideológicos del capitalismo, la organización política y sindical de la clase obrera y la voluntad de abolir el capitalismo y construir una sociedad socialista.

Obviamente aquí no puedo intentar hacer ni el más mínimo esbozo de la dilatada historia del socialismo y de sus múltiples variantes.  Por lo que me limitaré al marco de las Américas y más específicamente a un episodio del cual los protagonistas Zohran Mamdani y Nicolás Maduro, dos dirigentes políticos que adhieren al socialismo. Episodio conflicto y otro síntoma de la profunda brecha que separa a los socialistas del Occidente colectivo de los socialistas del Sur global. La política no puede escapar a la geopolítica.

Mamdani, como todo mundo sabe, es el alcalde electo de la ciudad de Nueva York, gracias a su victoria contra su principal rival, el demócrata Andrew Cuomo, que fue gobernador del estado de Nueva York entre 2011 y 2021 y quien contó con el apoyo del Comité demócrata y del mismísimo Donald Trump, que hizo sonar todas las alarmas por el peligro mortal que supondría que la ciudad, que es el epicentro del poder financiero imperial, fuese a ser gobernada por “un comunista”. Amenazó públicamente con cortar todas las ayudas federales que, por ley, debe recibir la ciudad.  Ni el apoyo del todo poderoso aparato demócrata a la candidatura de Cuomo, ni las tremendas amenazas de Trump, lograron impedir la contundente victoria de Mamdani. Quien, además de declararse socialista, es un inmigrante procedente de Uganda, orgulloso además de ser musulmán. Hechos intolerables para Trump y para toda la cauda de racistas estadounidenses que apoyan con diabólico entusiasmo la brutal campaña que él ha emprendido en contra de la inmigración, sobre todo latina. No olvidemos que hoy Nueva York es medio latina, como lo ha corroborado el enorme papel cumplido por el voto latino en el aplastante triunfo electoral de Mamdani. Añado otra información relevante. El padre del nuevo alcalde es Mahmood Mamdani, un destacado profesor universitario e intelectual africano de origen hindú cuya adhesión al marxismo no le ha resultado incompatible con su fe musulmana. Se doctoró en 1976 en Harvard con la tesis Politics & Class formation in Uganda, el país que le privó de su ciudadanía por su activismo racista y antimperialista. Actualmente dirige el proyecto African Studies de la Universidad Columbia de Nueva York. Y el título de su libro de 2020 Neither Settler nur Native, resume su experiencia vital: Ni colono no nativo. En África y en Estados Unidos.

Regreso a su hijo Zohran, para ocuparme de la brecha que le separa de Nicolás Maduro. El 2 del pasado mes de octubre, cuando ya todas las encuestas electorales le daban por ganador, le entrevistó el canal Univisión. Y cuando el entrevistador le preguntó si él era como Maduro, dio esta polémica respuesta: “No. Nicolás Maduro es un dictador, que ha reprimido la libertad de prensa y encarcelado a disidentes políticos. Es alguien por quien los venezolanos viven una experiencia de dictador, y lo que quiero dejar claro es que nuestra visión es totalmente distinta de esa política. Se trata de dignidad, de no robarle la libertad a tantas personas”.

Yo puedo imaginar que Mamdani hizo estas declaraciones para evitar que los medios hegemónicos le impusieran un estigma que actualmente es peor si se quiere que el de comunista. El estigma de chavista y la acusación de ser partidario de Maduro, hoy se esgrime en todo el Occidente colectivo y sus subalternos contra todos aquellos que se le oponen firmemente. Pero no estoy de acuerdo con ellas. Nicolas Maduro no es un dictador. Es un líder político socialista, de origen obrero, que ha ejercido el cargo de presidente durante 12 años, de los cuales cinco le corresponden al hecho de que siendo vicepresidente le correspondió hacerse cargo de presidencia a raíz de la muerte de Hugo Chávez, su predecesor, a pocos meses de ser reelegido por un período de seis años. Maduro fue elegido en 1019 y reelegido en agosto del año pasado. El hecho de que hasta haya durado en el cargo menos que los 18 años que estuvo en el suyo Angela Merkel en Alemania, no importa tanto como el hecho de que los sistemas políticos de ambos países permiten las reelecciones sin que por ello sean dichos sistemas menos democráticos. Otra coincidencia importante es que ambos sistemas están son democracias parlamentarias, que garantizan la existencia de partidos políticos, la realización regular de elecciones para el nombramiento del jefe de gobierno, los respectivos parlamentos, alcaldes y gobernadores. Los partidos de oposición venezolana, tanto la radical como la moderada, han participado en todas las elecciones realizadas en su país, desde la aprobación de la nueva Constitución en 1999. En las elecciones presidenciales de agosto de 2024, la candidatura del opositor Edmundo Gonzales obtuvo 4,4 millones de votos, contra los 5, 1 millones, según el informe oficial del Consejo nacional electoral de Venezuela, refrendado por el Tribunal Superior del país.

Cierto, estas las elecciones presidenciales han sido impugnadas por los opositores más radicales, que en todos los casos han contado con el respaldo unánime político y diplomático de los sucesivos gobiernos Washington y de los medios que allí, aquí y en resto del Occidente colectivo se rigen por la agenda informativa adoptada por tales gobiernos. Los motivos para estas reiteradas impugnaciones hay que encontrarlos en que son respaldadas por las medidas de política democrática y socialista adoptadas por los gobiernos de Chávez:  expropiación de latifundios y tierras improductivas, de los oligopolios eléctricos y de comunicaciones y, sobre todo, la renacionalización de industria petrolera. La principal causa del régimen de sanciones impuestos por Donald Trump durante su primer mandato. Régimen orientado literalmente al colapso de la economía y la sociedad venezolana. El hecho de que, al cabo de 10 años no hayan conseguido este propósito, explica porque, ahora, en su segunda presidencia haya decidido recurrir a la acción militar directa. La misma que ya se ha cobrado la vida de 31 pescadores en aguas del Caribe vecinas a las costas venezolanas y nuestras.  No me cabe duda: el socialismo de Venezuela es un socialismo democrático.

Carlos Jiménez

Foto tomada de: BBC

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Filed Under: Revista Sur, RS Desde el sur

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