La confrontación continúa y tanto el gobierno como el ELN, pueden decidir qué rumbo tomar, pueden escoger seguir echándose bala y bombas y espantar la poca opinión favorable que tiene esta mesa o pueden escoger el camino de no echarse bombas y bala y motivar la base del proceso que es la participación social y ciudadana y llevar hacia adelante esta mesa que es clave para paz completa y cerrar este largo ciclo de rebelión armada, con transformaciones y garantías para que las guerrillas sigan buscando por la vía civilista sus ideas y proyectos que deberán ganar respaldo, no por el poder armado, sino por la persuasión y la seducción en la argumentación.
Esta mesa es de dos, los dos deben poner su voluntad y disposición para avanzar, no está en terceros las soluciones, así que Gobierno y ELN tienen en sus manos las soluciones y son difíciles y fáciles a la vez, difícil por qué la desconfianza y los cálculos políticos juegan y fáciles por qué deben definir si quieren avanzar o fracasar en este nuevo intento.
Desescalar es un camino y una posibilidad, autorregulación es posible, por qué sabemos que el ELN existe y tiene capacidad de confrontación, no tiene por qué sobre actuarse con una bomba aquí un francotirador allá, para qué?, eso no suma y si resta, insisto, aleja la participación social y ciudadana que es lo que el ELN nos ha dicho que es su propósito central.
El gobierno igualmente puede desescalar, no hay por qué acorralar al ELN, puede bajarle la intensidad de la persecución al ELN, sin perder el control de dinámicas sensibles en el territorio.
Llegar a un cese bilateral de fuegos y hostilidades es un camino largo, al cual se puede llegar desescalando y autorregulandose.
El ELN puede escoger el camino de tensionar el conflicto y espantar la participación social, tendrá que escoger.
Luis Eduardo Celis