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¿Qué piensa Colombia? (II)

5 mayo, 2025 By Jaime Acosta Puertas Leave a Comment

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En el anterior artículo, Retrocede un imperio avanza otro, mostré aspectos de la historia de China entre 1949 y 2007 y su vertiginoso desarrollo, inspirado en el libro ¿Qué piensa China? de Mark Leonard. Terminé preguntando ¿Qué piensa Colombia?

En esta segunda parte se muestra como el presidente Xi Jinping impulsa un nuevo concepto de desarrollo a través de planes sucesivos desde 2014 hasta el 2049, y luego leer a Colombia con su ligera mirada del mundo y el desquiciamiento interno propiciado por la oposición al proyecto progresista y desde siempre a la nación.

China: valores, modo y camino al desarrollo1

En 2013 el presidente Xi Jinping concibió el nuevo concepto de desarrollo, como: “Un sistema teórico sistemático, que responde a preguntas teóricas y prácticas sobre el propósito, la motivación, el modo y el camino del desarrollo como país socialista próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y armonioso, que incluye cerrar la brecha regional, mejorar el bienestar de la gente, satisfacer necesidades de zonas rurales, regiones subdesarrolladas y grupos desfavorecidos, y promover la equidad y la justicia social con el fin de solucionar el problema de un desarrollo desequilibrado e inadecuado”.

Xi Jinping también dice que “cualquier estrategia de desarrollo debe adaptarse a las condiciones nacionales de cada país. China no debe importar estratégicas foráneas, ni la estrategia de China es necesariamente efectiva para otros Estados. Es decir, no es para todos y es histórica y situada”. Entonces, ni pretende imponerla ni permite intromisiones porque su desarrollo es potestad y soberanía del gobierno y del pueblo chino.

Si las ideas (teoría) son las precursoras de las acciones, y si el concepto de desarrollo (práctica) es correcta, determina la efectividad, éxito o fracaso del modelo de desarrollo.

Seis Pilares del modelo chino

  1. Correcto diagnóstico de la situación internacional y nacional. China ha avanzado de manera tremenda, por lo cual se encuentra en condiciones de reclamar modificaciones a las instituciones de gobernanza global, que fueron creadas fundamentalmente por Estados Unidos después de la segunda guerra mundial, y que para occidente son inamovibles. 
  1. Desarrollo de la innovación. El Partido, el Estado y la sociedad se centran en este pilar, porque alude a cuatro grandes innovaciones: innovación teórica; innovación institucional; innovación cultural; e innovación científica y tecnológica. Con esta última para desarrollar nuevas tecnologías porque la dependencia de recursos naturales ya no es efectiva, por eso su política industrial tiene diez sectores estratégicos donde no se menciona ningún sector primario, ni siquiera la agricultura para la autosuficiencia alimentaria de una población inmensa. La innovación es la fuerza motriz por eso la inversión en ciencia tecnología e innovación es inmensa: 2.5% del PIB.
  1. Coordinación. Es factor clave para resolver los desequilibrios mediante oportunidades equitativas y la asignación equilibrada de recursos, ajustando las distintas relaciones entre Estado y economía y la eficiencia general del proceso de desarrollo. 
  1. Desarrollo verde. Es la forma universal para promover la armonía entre el hombre y la naturaleza, de lo contrario la naturaleza tomará represalias. Xi Jinping alienta a proteger el medio ambiente con la consigna “las aguas lúcidas y las montañas exuberantes son bienes invaluables”. China tiene como meta llegar al pico de emisiones de carbono antes de 2030, considerando que es el país que más GEI envía a la atmósfera, así no sea el país per cápita que más contamina. 
  1. Las relaciones entre China y el mundo parten de entender que la situación internacional y nacional es muy diferente a la de los últimos cincuenta años del siglo XX, y que la formación de un nuevo orden político y económico global tiene camino por recorrer porque la economía no ha encontrado un nuevo motor luego de la crisis financiera de Estados Unidos en 2008. En esta idea de apertura sucede la iniciativa de la Franja y de la Ruta para conectar China con Asia Central y Europa, y vincular a América Latina en proyectos estratégicos de gran alcance. 
  1. Desarrollo compartido. Es un propósito que enfatiza en la equidad social y la justicia para cerrar la brecha de ingresos y en la calidad de los servicios públicos. Entre zonas urbanas y rurales “compartir es requisito esencial del socialismo con características chinas”, y alude a un desarrollo compartido entre toda la sociedad. Debe ser integral y compartir los logros como avances de la sociedad en lo económico, político, cultural, social y ecológico. Para ello la co-construcción es un proceso sostenido, colectivo y gradual porque debe conducir a la sociedad de un bajo a un alto nivel de vida, y del desequilibrio multidimensional al equilibrio multidimensional.

Ninguno de los pilares es independiente uno de otro. Están interrelacionados, y se promueven mutuamente para conformar un sistema lógico sistemático, entendiendo que el pensamiento principal está centrado en las personas: su felicidad y bienestar, porque el desarrollo que se alcance es por las personas y por tanto deben compartirse los logros.

¿Si piensa Colombia?

Colombia ha fracasado tanto en la teoría como en la práctica, porque no puede haber buenos resultados si las ideas fundamentales son parciales o equivocadas.

La industrialización en el siglo XX tuvo problemas porque no se propuso objetivos de mediano y largo plazo, no vio cuando la economía mundial se abría y no entendió, tampoco ahora, que la educación y la ciencia y la tecnología son la base del desarrollo.

El neoliberalismo no fue para dar un salto con base en una línea propia de pensamiento, sino la de tecnócratas que cambiaron la constitución e impusieron un modelo que fue un desvío al vacío. Los desarreglos institucionales que vive Colombia incluyen: políticos, cortes, legislativo, gremios de la producción, y como anomalías culturales y sociales la corrupción y la violencia, las cuales no son culpa del presidente Petro y del progresismo. Son históricos y en degradación sostenida.

Colombia no ha elaborado una teoría para poner en práctica unas políticas de desarrollo de largo plazo, porque el sistema político se degradó a niveles inconmensurables, y la ilegalidad y la dependencia de fuentes de tecnología y de pensamiento trajeron la idea de acumulación inmediata por eso se destruyó la posibilidad de una política industrial y de innovación para una economía abierta a la competencia global.

Mal diagnóstico de la situación internacional y nacional

Ni el diagnóstico de la realidad nacional ni su ubicación en el mundo están definidos, porque su relacionamiento con lo global derivó en una obediencia por lo cual va detrás de las tendencias dominantes, pero no participa de la construcción de tendencias emergentes: Colombia en el pasado, China en el futuro.  De ahí su plena sujeción a las orbitas de poder de occidente, sobre todo de Estados Unidos. De tal manera que el conocimiento de Rusia y Asia es superficial como superficial es el conocimiento sobre los factores más importantes detrás del desarrollo de las potencias occidentales.

Colombia tiene un discurso basado en generalidades que se repiten y repiten de un gobierno a otro, con escasas excepciones de contados gobiernos liberales. Lo demás ha sido atraso y estancamiento estructural, por eso la violencia es lo único que se sostiene a lo largo de los siglos, y por eso brotó la corrupción que se irrigó en la sociedad. Entonces, violencia, ilegalidad y corrupción, son una unidad de una cultura en torno a una insaciable acumulación inmediata.

Colombia vive una modernización superficial, pero no una modernización basada en la creación de pensamiento y de ciencia y tecnología que es la base nacional para pensar, imaginar y construir una sociedad ubicada en el mundo desde su propio pensamiento e idea de nación.

De esta manera, es incapaz de concebir una agenda de apertura a un sistema multilateral en construcción: ingresar a los BRICS, vincularse a la Ruta de la Seda, impulsar una nueva integración regional para estos tiempos y los que vendrán, y proponer un nuevo espacio de relaciones con Estados Unidos. La mayor equivocación de Colombia en cuanto a modelo económico y relaciones internacionales sería continuar como patio trasero de Mar – A – Lago, casa de Trump en la Florida.

Crecimiento sin innovación

El monto de la inversión de China en ciencia y tecnología es 444 veces más que el de Colombia: por 1 dólar que invierte Colombia en investigación, China invierte 444, siendo su población 26 mayor que la de Colombia, y 48 veces su PIB.

Como referencia vecina, Brasil tiene un PIB seis veces mayor que el de Colombia, cuatro veces más de población, pero su inversión en investigación es 16 veces más grande. Por eso tiene a Embrapa, Embrapii, Embraer, Petrobras, y muchas más.

El desequilibrio y el rezago de Colombia se explica porque el conocimiento, la investigación y la innovación no están entre sus pilares de desarrollo y de construcción de una idea propia de economía comprensiva de la geopolítica y economía global. Todo discurso sobre equidad, crecimiento y desarrollo sostenible, es parcial si no está sustentado en el conocimiento y la innovación propia.

No es la regla fiscal, la tasa de cambio, la balanza comercial, y tantos artilugios tecnocráticos del simplismo y desvío neoliberal los que definen la estabilidad y el desarrollo de una nación. Es el conocimiento que se produce en todas las esferas, incluido el conocimiento para una tecnocracia más global desde lo nacional, lo que conduce a un desarrollo alto y duradero que deriva en una sociedad avanzada con contenidos propios.

La base intelectual de la cual se dispone es la base del capital social a transformar. Por qué sí tiene espacio la ortodoxia neoliberal y no la heterodoxia de la economía de la innovación, salvo, como en la ciencia ficción, le hayan inoculado un virus que limita sus funciones cerebrales.

El proyecto progresista tampoco ha podido entender la innovación en todas sus dimensiones ni impulsar con vigor la política de reindustrialización. Es un problema de coordinación y de comprensión. Algo se podría sembrar en un año y tres meses con las cuatro apuestas estratégicas de esta política. De lo contrario, el discurso de la educación se cae, porque lo que importa es su calidad y pertinencia relacionadas con el mundo de la innovación multidimensional, que nace en la ciencia y la tecnología interactuando con la educación, la producción, la política, la cultura y la biodiversidad.

Crecimiento sin coordinación

En Colombia ha existido coordinación solapada entre élites y también descoordinación entre élites conservadoras y liberales por eso se han dado bala desde la independencia. Desde hace treinta largos años la locura la desata una ultraderecha que tiene a su único líder ante la justicia en vergonzoso juicio por inventar falsos testigos contra un impecable senador de la república. Las excepciones en coordinación se han dado en los gobiernos de López Pumarejo y Lleras Restrepo, y posiblemente se hubiera dado en los proyectos políticos del liberalismo social o progresista de Gaitán y Galán.

La percepción de un premio nobel sobre Colombia como estado fallido, sigue vigente, aunque hoy es menos fallida que hasta el 2022, porque el progresismo ha traído una idea de cambio bloqueada de manera irracional por la oposición, y por lagunas propias que son entendibles en un proyecto naciente, donde se incluyen traidores, vacíos propios, tecnocracia burocrática opositora enquistada en el Estado, e irracional oposición de los poderes legislativo, judicial, constitucional y económico.

El presidente Petro a su regreso de China debe hacer una alocución nacional hablando del nuevo tipo de relaciones de Colombia con el mundo. Y hacer un consejo de ministros sobre la política de reindustrialización y de innovación para saber si la economía y la ciencia tienen lugar en la patria desquiciada.

Jaime Acosta Puertas 

Foto tomada de: BBC

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Filed Under: Revista Sur, RS Desde el sur

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