A pesar de los intentos por desactivar, neutralizar el paro o deslegitimarlo antes, durante y después de su realización, el Gobierno de Iván Duque se ha visto abocado a convocar una “conversación nacional” para lo cual se reunió primero con los empresarios y, después, con otras organizaciones no convocantes del paro o con algunas de ellas, en procura de invalidarlas, de negarles su capacidad de interlocución y, en cambio, envolverlas en una dinámica de ejercicio de monólogo gubernamental o de “participación” sin incidencia alrededor de sus políticas y plan de desarrollo que se extendería hasta el 15 de marzo de 2020, sin disposición ni capacidad para escuchar al Comité Nacional del Paro y sus más de cien organizaciones convocantes.
El cacerolazo sinfónico del 27 de noviembre se convirtió en la segunda jornada de paro, resaltando los perfiles lúdicos, artísticos y pedagógicos de este movimiento, a la par que surgen formas diversas de autocuidado, grupos de derechos humanos, de asistencia jurídica y plataformas de relacionamiento o la primera línea pacífica de defensa de las marchas, a la par que se proyectan las Asambleas Locales que van posibilitando articular esfuerzos y unidad de propósitos.
En este contexto, el Comité Nacional del Paro, junto con las y los Congresistas de la bancada por la Paz, las personas que integran el movimiento Defendamos la Paz y otros sectores de la ciudadanía dirigió el 28 de noviembre al Presidente Duque una comunicación para proponerle iniciar cuanto antes un “diálogo incluyente, democrático y eficaz”, en el sentido de garantizar la participación ciudadana y de todas las organizaciones de la sociedad civil para avanzar en un proceso de concertación de acuerdos sobre problemas fundamentales conducente en la concreción de medidas fundamentales para resolverlos.
Las acciones de movilización y la crisis política generada por la intervención del ESMAD que llevó al homicidio del estudiante Dilan Cruz en medio de una marcha pacífica condujo a la instalación de la Mesa de Concertación donde solamente se alcanzó a plantear una dinámica general de reglas de juego, en medio de una maniobra de acciones gubernamentales y de la coalición gubernamental, nuevamente articulada entre partidos tradicionales, que viene llevando a la expedición del decreto de creación del holding de entidades financieras del Estado; la aprobación en primer debate de la reforma tributaria en las comisiones terceras de Senado y Cámara; la aprobación en la Comisión Séptima del Senado del proyecto 212 de reforma laboral bajando la jornada laboral de 48 a 45 horas, sin afectar por ahora la remuneración, como fruto de las movilizaciones y además, en vez de las normas anticorrupción, la Comisión Primera del Senado aprobó el proyecto de Ley de doble instancia para personas condenadas por parapolítica que podría salvar de su condena al exministro Andrés Felipe Arias, condenado a 17 años por el tema del otorgamiento irregular de subsidios a grandes hacendados, a través del Programa Agro ingreso Seguro.
Así las cosas, el gobierno dice dialogar mientras avanza en la imposición de su agenda, pese a las demandas ciudadanas y a la propuesta del Comité Nacional de Paro, de las organizaciones y personas firmantes de la carta para que el diálogo gire en torno a las propuestas de la sociedad civil, en términos de lo planteado por el Comité Nacional de Paro sobre política económica y social, el cumplimiento de los acuerdos con el movimiento estudiantil, campesino y sindical, los pueblos indígenas y afrocolombianos, raizales, palenqueros, las comunidades del Chocó, Buenaventura y otros sectores,; la implementación integral del Acuerdo de Paz, así como la exploración para retomar los diálogos con el ELN; la política de seguridad y protección de los derechos humanos frente a los asesinatos sistemáticos de líderes, lideresas sociales y excombatientes de las FARC, así como la reforma política y electoral, la lucha contra la corrupción y la protección de los derechos de la naturaleza, especialmente, en lo relacionado con Santurbán, el no uso del glifosato y no explotación petrolera mediante el fracking y, por supuesto, la garantía del derecho a la protesta desmilitarizando las ciudades y el cese de la violencia contra las movilizaciones pacíficas que ejerce la fuerza pública, especialmente, el ESMAD.
Este ambiente hegemónico gubernamental motivó la realización de la tercera jornada de Paro Nacional el 4 de diciembre que canalizó la expresión nacional en diversas regiones, con marchas pacíficas donde se resalta la participación de la Guardia Indígena en Bogotá y Cali en marchas por la dignidad del pueblo colombiano para rechazar sus medidas económicas y sociales y manifestar el descontento por la represión oficial. Sin embargo, en Medellín intervino el ESMAD con agresión al final de la marcha, llevando a la detención de un número aún indeterminado de personas.
Este panorama ha motivado al Comité de Paro (diciembre 04, 2019) a expresar que el Gobierno no tiene voluntad para conciliar. Por el contrario, usa los medios de comunicación para atribuir a la protesta social la reducción de las ventas decembrinas, de modo que continúa generando estigmatización, mientras se manipulan los mensajes de las redes de taxistas y, particularmente en Bogotá, se restringe la movilidad de Transmilenio, con aglomeración de la gente en las estaciones o el cierre de las mismas para provocar largas caminatas. Por supuesto, el paro tiene incidencias económicas, pero, se oculta la presencia de otros factores determinantes, tales como los hechos de corrupción, el aumento del desempleo, el crecimiento de la especulación financiera o la devaluación del peso y su relación con las variaciones en los precios de los hidrocarburos.
En este contexto, se ha ido decantando una perspectiva de indignación con expresión pacífica de la protesta a lo largo de estos quince días con “cacerolazos” a menudo espontáneos; manifestaciones culturales con respaldo de artistas de renombre, música de tambores, orquestas sinfónicas, filarmónicas, baterías y el surgimiento de colectivos como El Paro Suena, como muestra Torrado (diciembre 3, 2019). En este proceso polifónico se prepara el mayor concierto el próximo domingo 8 de diciembre en Bogotá, con dinámica de tarima móvil en las calles que recorrerá la Carrera Séptima, con paradas en los Parques, Nacional, de los Hippies y la Plazoleta de la Calle 85.
A medida que avanza el mes de diciembre el gobierno calcula en sacar su propia agenda adelante, con el fin de ganar tiempo porque sabe que de enero en adelante su correlación de fuerzas en varias regiones influyentes cambiará significativamente, estrechando su margen de maniobra. En este ambiente, otro factor que añadirá inconformidad es el tema de la negociación del salario mínimo. Así mismo, el movimiento indígena, campesino y afro, el movimiento estudiantil y sindical vienen mostrando continuidad en sus procesos de movilización, dados los incumplimientos gubernamentales en los acuerdos pactados en meses anteriores.
Entre los logros más importantes de la protesta social, a pesar de las acciones hegemónicas del gobierno y su “renovada coalición” con Vargas Lleras y demás sectores tradicionales, está la capacidad de los movimientos sociales de copar el espacio público y de incidir con sus propuestas desde una perspectiva ciudadana. Pese a la estigmatización y a la criminalización de la protesta, donde se ha llegado, incluso, a decir que se pretende tumbar al Presidente Duque, el movimiento gana en madurez y vocación democrática. Consolida sus formas lúdicas, pacíficas y pedagógicas de expresión que llevan a preguntarse cómo reeditar en nuestro contexto, aquellos viejos logros de mayo del 68 que condujeron, particularmente a la juventud a generar un formidable movimiento que fue capaz de cambiar el mundo, sin necesidad de tomar el poder. Así, el movimiento gana en la calle, en el espacio público y en la expresión cultural un nuevo perfil de capacidad para derrotar el miedo y la mentira, para convocar a los escépticos y a los apáticos, para despertar a los dormidos y construir confianza en la construcción de nuevas formas y expresiones de movilización y organización en dinámicas de resistencia pacífica y re-existencia ciudadana, cultural, política, económica, social y ambiental en Colombia, muy sintonizado con los procesos y experiencias internacionales del movimiento social.
Fuentes:
Comité de Paro y Otros. Carta del Comité del Paro al presidente Duque. Noviembre 28 de 2019. Ver: https://www.slideshare.net/teleSURTV/carta-del-cmite-del-paro-al-presidente-duque
Comité del Paro. “El Gobierno no tiene voluntad para conciliar”. Vanguardia. 4 de diciembre de 2019. Ver: https://www.vanguardia.com/colombia/el-gobierno-no-tiene-voluntad-para-conciliar-comite-del-paro-HE1745018
LASILLAVACÍA. El paro existe más allá de las grandes ciudades. 03 DE DICIEMBRE DE 2019 Ver: https://lasillavacia.com/paro-existe-mas-alla-las-grandes-ciudades-74802
Torrado, Santiago. Las protestas en Colombia tienen banda sonora. El País. Diciembre 3 de 2019. Ver: https://elpais.com/internacional/2019/12/03/billete_a_macondo/1575339547_024917.htm
Albeiro Caro Fernández, Coordinador del Programa Territorio, Paz y Desarrollo. Corporación Nuevo Arco Iris
Foto tomada de: El Espectador
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