No es todavía el fascismo a lo Mussolini o Franco, ni el nazismo a lo Hitler, pero tiene muchos elementos en común. Quizá tiene razón Vélez Cabrera en que no es el término más apropiado, pero con sus limitaciones refleja el estado de la lucha de clases. Es una arremetida de los capitalistas contra los trabajadores asalariados y por cuenta propia. Hasta Vélez Cabrera sabe que la riqueza de los capitalistas se fundamenta en la pobreza de los trabajadores, que las ganancias de las empresas capitalistas aumentan en la medida en que los salarios sean bajos y en tanto se reduzcan los impuestos a los más ricos y se suprima el gasto social. El modelo es sencillo y claro. Y es muy cruel: se trata de limitar el ingreso y el consumo de la gran mayoría de personas trabajadoras, incluso en su etapa de jubilación. Y es cínico: al trabajador se le dice que si no quiere ser explotado por un patrón pues tiene la libertad de no trabajar y de morirse de hambre.
Vélez Cabrera, Cabal y otros respetables representantes de la extrema derecha y la derecha, quieren el modelo Milei en Colombia. Quieren la tendencia de extrema derecha facha, como Trump en Estados Unidos, Bukele en El Salvador, Meloni en Italia, Vox en España, etc., etc.
Vélez Cabrera reconoce que el presidente Petro tiene una relativamente alta popularidad presidencial. Explica esto por “el llamado al odio”. Su interpretación de la sociedad y la política es simple o mentirosa. ¿Por qué el supuesto llamado al odio puede prosperar? A pesar de las enormes fallas y limitaciones del gobierno del Pacto Histórico y del propio presidente Petro (la larga lista pueden verla en las columnas de Vélez Cabrera y de Andrés Caro en La Silla Vacía, entre muchísimos analistas y columnistas), el hecho es que representa a sectores de la clase trabajadora asalariada y por cuenta propia, incluyendo parte importante de la población indígena y negra.
El gobierno del Pacto Histórico no es comunista ni socialista, pero si propone que dentro del capitalismo los trabajadores obtengan una parte mayor del ingreso nacional. Algo que obviamente no les gusta para nada a los capitalistas, quienes están dispuestos a ceder muchos de sus valores morales pero ni un céntimo de sus ganancias. La razón principal se encuentra aquí. En la lucha de clases en Colombia por primera vez se eligió a un presidente de partidos y movimientos políticos que están a favor de los trabajadores. Dice Ramiro Bejarano: “A pesar de sus desastres, Petro ha mantenido audiencia amenazante porque ha sabido sintonizarse con sectores despojados de todo.[2]”
Los capitalistas no quieren que esto continue, aunque no les ha ido del todo mal: siguen obteniendo enormes ganancias. Pero no soportan que los trabajadores tengan un mayor peso en las distintas estructuras del poder político. Y esto a pesar de que todavía una parte importante de los 22 millones de trabajadores no vota o vota por los partidos favorables a los capitalistas.
Vélez Cabrera acusa a Petro y al Pacto Histórico de inventar “clasificaciones denigratorias contra sus opositores: los empresarios son esclavistas, los medios de comunicación son cipayos y los políticos de la oposición, marionetas del poder.” Miremos cada una de estas afirmaciones.
Los empresarios son esclavistas. En sentido estricto no. Pero los empresarios capitalistas contratan a los trabajadores y los mandan, en muchos casos, de manera despótica y denigrante al interior de sus empresas. Además, el empresario capitalista hace en el fondo lo mismo que el esclavista: pone al trabajador a elaborar todo el producto y se queda con una parte grande, dejándole solamente el mínimo para subsistir. Tanto en el esclavismo como en el capitalismo hay explotación, bajo formas distintas. De aquí que hablar de la esclavitud asalariada o de la esclavitud en el capitalismo, es término aproximado que refleja la realidad.
Los medios de comunicación son cipayos. La expresión no es tampoco precisa, pero se aproxima a la verdad. Un cipayo es un secuaz a sueldo y un secuaz es alguien que sigue el partido, doctrina u opinión de otro. Basta con escuchar a Néstor Morales, a Gustavo Gómez, a Luis Carlos Vélez, a Julio Sánchez, a Vicky Dávila, entre muchos otros, para darse cuenta de que son secuaces a sueldo de sus amos capitalistas: es decir si son cipayos. Pero esto se refiere a los periodistas como personas naturales y no a los medios de comunicación. Los grandes medios de comunicación son empresas de propiedad de los grandes capitalistas colombianos y algunos extranjeros. Es claro que su partido es el capitalismo. Son cipayos de la clase capitalista. Su función es clara dentro de la luchas de clases.
Los políticos de la oposición son marionetas del poder. Quizá nuevamente la expresión marioneta no es completamente precisa: no todos son personas que se dejan manejar. Pero ¿quiénes financian a la gran mayoría de políticos de la oposición? ¿al servicio de qué capitalistas han trabajado y siguen trabajando? ¿cuántos de ellos han estado al servicio del Grupo Aval, del Grupo Santo Domingo, del Grupo Empresarial Antioqueño, del grupo Gillinsky, etc., etc.? ¿Cuántos de ellos tienen o han tenido vínculos con las grandes empresas del sector salud? Todo parece indicar que son marionetas del poder. Vélez Cabrera, por ejemplo, fue asesor de la organización Luis Carlos Sarmiento Angulo[3].
Pero en otros casos no tienen que dejarse manejar: voluntariamente se ponen al servicio del poder económico porque saben que su carrera profesional y sus ingresos y riqueza depende de ellos. Son “racionales”. Algo similar ocurre con algunos medios de comunicación que posan de independientes. Por ejemplo ¿en la lucha de clases de qué lado está Juanita León de La Silla Vacía? ¿De qué lado está su corazón y su bolsillo?
Una simple revisión de información básica mostraría que no se trata de clasificaciones denigratorias sino de términos que, con cierta imprecisión, describen adecuadamente la realidad de las empresas capitalistas, los medios de comunicación y los políticos de oposición. Valdría la pena que un medio que se precia de investigar un poco más a fondo que los periódicos tradicionales, como La Silla Vacía, aplicara su chequeo de verdad a las afirmaciones de Vélez Cabrera y pusiera a sus jóvenes investigadores a investigar a fondo estas situaciones.
Vélez Cabrera no acepta que se los tilde de fachos. Considera que son “candidatos que proponen algún mínimo de orden y sensatez en la gestión pública.” El orden y la sensatez no son términos abstractos. Vélez Cabrera está pensando en el orden capitalista y la sensatez de los capitalistas. Y apenas obvio que lo haga, dado que su posición de clase es claramente defender el capitalismo, con todas sus consecuencias: explotación de los trabajadores, relaciones despóticas, bajos ingresos para la gran mayoría que se expresan en tasas elevadas de miseria y de pobreza, desempleo e informalidad, migración forzada, inseguridad económica, ansiedad financiera, etc., etc.
Vélez Cabrera es partidario de un sistema en el cual la producción no se realiza para satisfacer necesidades sino para obtener ganancias, y en el que la gran mayoría de personas se convierten en una mercancía que deben vender para poder vivir. Vélez Cabrera claramente está del lado de la dictadura capitalista, del autoritarismo en las relaciones laborales, de la dominación y de la carencia de democracia en el trabajo y en otras esferas sociales en las cuales transcurre la vida de la mayoría. Esto no es fascismo en sentido estricto, pero se le parece bastante. Además, probablemente, comparte el apoyo que le brinda el Centro Democrático al gobierno de Israel en la ejecución del genocidio del pueblo palestino (Iván Duque se acaba de reunir con Netanyahu)[4]. No olvidemos que nuestros fachos tienen un conocimiento práctico en materia de genocidios.
Por todo esto es que Milei (Trump, Bukele, Meloni y Vox) es el modelo por seguir, tal como lo plantean abiertamente María Fernanda Cabal y Luis Guillermo Vélez Cabrera.
______________________________
[1] https://www.lasillavacia.com/opinion/el-regreso-de-los-fachos/
[2] https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/ramiro-bejarano-guzman/a-cambiar-el-cambio/
[3] https://www.lasillavacia.com/author/luis-guillermo-velez-cabrera/
[4] https://www.infobae.com/colombia/2025/08/26/el-expresidente-duque-destaco-su-relacion-con-israel-y-tras-reunion-con-benjamin-netanyahu-le-lanzo-un-dardo-a-petro/
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: El País
Deja un comentario