Desde la primera campaña y especialmente en la segunda campaña a Gustavo Petro la oposición le ha construido una imagen negativa y nefasta asociándolo al “castrochavismo”, los relatos que circularon desde la oposición se enfocaron en: vencer la amenaza de la izquierda, impedir la venezonalización de Colombia y detener el socialismo del siglo XXI. Es claro que desde la candidatura la oposición estuvo decidida a no dejar llegar a Gustavo Petro al gobierno y una vez derrotados en ese objetivo se enfocaron en bloquear la agenda política del gobierno Petro y en dificultar su gobernanza.
Que el presidente diga que hay un golpe blando no es un despropósito, si se tiene en cuenta que efectivamente hay una decisión desde la oposición de vencer la amenaza de la izquierda y si la derecha ha gobernado desde los albores de la república hasta Petro, no se puede desestimar que la institucionalidad del país esta cooptada mayormente por la derecha que ve en Petro y su programa de gobierno una amenaza de izquierda por lo cual mueve sus fichas para impedir los cambios que se proponen y buscan cualquier situación para debilitar este gobierno.
Petro no es como lo pinta la derecha, “la amenaza roja socialista” está muy distante de lo que realmente ha propuesto e implementado el gobierno Petro, si se tratara de clasificar sería un gobierno de centro con aspiración a fortalecer el estado de bienestar pero sin romper radicalmente con el neoliberalismo. La política es dinámica y con ello se señala esa capacidad particular de quienes hacen política para trasegar de una ideología a otra. La política no es ideología es poder, y esto lo saben muy bien quienes han sido aliados del gobierno Petro y después han tomado distancia para perseguir sus propios intereses políticos, o quienes se acercaron a la campaña del hoy presidente mostrándose como personalidades progresistas y se asustaron con el cambio y por supuesto la oposición de derecha que a través de la polarización, la macartización del gobierno y la lawfare desde las instituciones que están bajo su control (de la derecha) ejercen poder para impedir los cambios que no favorecen a sus intereses.
¿Hay un golpe blando? depende desde donde se responda, en los medios masivos han consultado la opinión de diferentes personalidades, políticos y demás, la mayor parte de ellos se desagarran las vestiduras señalando las declaraciones del presidente Petro como infundadas, que rompen el orden constitucional, peligrosas para la democracia, siguen el libreto de la oposición de derecha de posicionar a Petro como la amenaza roja, por supuesto esto desgasta la gobernabilidad y debilita al gobierno. Desde otra perspectiva el golpe blando está fundado, los hechos muestran un accionar sistemático de la oposición para debilitar al gobierno. Seguramente el cierre de filas de la derecha frente al gobierno Petro se repetirá con cualquier gobierno futuro de izquierda, la derecha no está dispuesta a ceder su poder en las diferentes ramas y tampoco en las instituciones del Estado y menos después de 214 años de “democracia” de derecha.
Ana Lucia Arrieta B.
Foto tomada de: Hora 13 Noticias
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