Desde que se posesionó el Presidente Iván Duque, el pasado 7 de agosto, no ha pasado semana sin que desde el presidente o el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, no se refieran al ELN: lo primero que dijo el Presidente es que harían una evaluación de 30 días, luego el presidente Duque reitero la exigencia de suspensión de secuestro, claridad sobre un listado de personas presuntamente en poder del ELN y luego semana a semana han reiterado el tema de secuestro y han añadido suspensión de acciones violentas y acciones ilegales, lo cual es bastante general y deja muchas dudas sobre la posibilidad de un proceso de diálogos y negociaciones.
En estas diez semanas del gobierno Duque, han sido varias las iniciativas para colocar presión al ELN: un poco de “show mediático”, con la supuesta finalización del equipo negociador, lo cual era más que evidente, terminado el gobierno del presidente Santos, finalizada su delegación negociadora, luego la determinación de dar por terminada de manera unilateral la participación de Venezuela, tema este si de fondo, que fue protestado por el ELN y reacción del gobierno Venezolano, luego órdenes de búsqueda y captura para Nicolás Rodríguez Bautista y Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, ambos integrantes del Comando Central del ELN, su organismo de representación política y conducción permanente del ELN, todas estas han sido acciones del gobierno colombiano, para confrontar políticamente al ELN.
El ELN, no se ha quedado silencioso ante cada una de estas iniciativas y semana a semana en las ultimas diez semanas, ha reaccionado a cada uno de los pasos del gobierno, denunciado lo que considera el incumplimiento a un compromiso de Estado, pasando por alto que este es otro gobierno, al cual denuncia como guerrerista y falto de voluntad para dar continuidad a un proceso.
En medio de tantas tensiones, hay que resaltar que el gobierno ha mantenido el estatus legal para que la delegación de dialogo se mantenga en La Habana, al igual que un par de dirigentes del ELN, que salieron de la cárcel y han permanecido con libertad de movimiento en Colombia, para trabajar en este proceso, que hoy no existe de manera formal, pero hay los canales para retomarlo, tarea difícil, pero siempre hemos sabido que resolver este conflicto armado, es un reto mayor.
En medio de tantas distancias entre gobierno del presidente Iván Duque y el ELN, la única iniciativa que veo con alguna viabilidad para tratar de acercar a las partes es la iniciativa de la Comisión de Paz del Congreso de la Republica, que recibió una carta del ELN, solicitándole sus buenos oficios y que fue respondida de manera positiva.
Una comisión de paz del Congreso, por su conformación plural y en ejercicio de una acción autónoma y en el marco del mandato constitucional, que establece que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, tiene todas las posibilidades de actuar en la búsqueda de fórmulas que acerquen a las partes, tarea nada fácil, porque ambos han establecido inamovibles y no se ve fácil, que decida ninguno de los dos, variar sus firmes posturas.
Esta semana, se tuvo la iniciativa por un conjunto de organizaciones y personas, de solicitar al Papa Francisco, que intercediera ante el presidente Duque, para que retomara el proceso sin condiciones, a lo cual el presidente reaccionó de manera ágil, reafirmándose en sus exigencias: sin suspensión del secuestro y acciones violentas e ilegales, no se sentará con el ELN.
En estos días, el gobierno ha logrado el apoyo de los Gobiernos de Alemania, Italia y Suecia, a su solicitud de suspensión del secuestro, son nuevas presiones políticas al ELN, que para el ELN, no pasan desapercibidas, pero tampoco los veo cediendo fácilmente.
Así las cosas, esperemos que el presidente Iván Duque, autorice a la Comisión de Paz del Congreso para que adelante una interlocución con la delegación del ELN en La Habana, nada se pierde y es posible que se logren nuevos caminos para el entendimiento.
Sigue el reto de construir un acuerdo de paz, el otro camino es más sangre y dolor, sin sentido ni buen rumbo.
Luis Eduardo Celis, asesor de la Redprodepaz.
Foto tomada de: El Espectador.
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