Quizás para expresarlo con mayor precisión, debería decir, el Mezquino Poder Oligárquico. Y como oligarquía, siempre lo ha entendido el pueblo como aquellos que ostentan el poder económico y político en el país. Aunque en Colombia, tanto la burguesía (Clase capitalista), como la clase terrateniente, se han venido repartiendo el poder económico como político, y en buena medida se han fusionado para fortalecer el mismo, excluyendo a las otras clases y en especial a la clases campesinas y asalariadas.
A través de los últimos 200 años, han sido numerosas las acciones realizadas o cometidas por los que han ostentado el verdadero poder sobre todas las ramas del Estado Colombiano y de la propia sociedad. Han logrado hacer elegir a sus representantes y/o lacayos en el Congreso y en la Casa Presidencial, arman leyes para su beneficio, y utilizan su poder para ordenar a su antojo cada territorio para el aumento de sus exorbitantes ganancias.
Cuando lo anterior no les ha parecido suficiente, han acudido a la represión y encarcelamiento, al despojo directo, al desplazamiento forzado, a las desapariciones y como si esto fuera poco, al asesinato sicaríal de lideres sociales y opositores políticos. Nada los ha detenido para cumplir con su objetivo principal de sostenerse en el poder y seguir ostentando privilegios. La falsa moral que pregonan solo la utilizan para no ceder en sus franquicias que ellos se han atribuido o han usurpado. Se creen los elegidos por mandato divino y lo único que les falta es asegurar públicamente que son “reyes por la gracia de Dios”. Cuando enarbolan falsamente la democracia es para imponer sus criterios que defienden sus mezquinos intereses.
En estos momentos, a través del Consejo Nacional Electoral (CNE), quieren obstaculizar el libre ejercicio político, con interpretaciones y sentencias leguleyas, colocándole trabas a la fusión del Pacto Histórico. Les asusta el crecimiento y fortalecimiento de las organizaciones que expresan la intención del cambio en búsqueda de una sociedad más justa y democrática. La diversidad empoderada les aterra ya que ven en ella un peligro contra su excluyente y opresora clase.
Muestran sus garras ante un muy probable triunfo electoral tanto en el Congreso como en la propia Presidencia, ya que esto supondría una continuación, ampliación y profundización de las reformas sociales que se han venido impulsando desde el actual gobierno de Gustavo Petro Urrego. No pueden aceptar que las cosas se les salgan de sus manos cleptócratas y asesinas.
Ellos prefieren la guerra ante el diálogo, optan por la imposición y no por el acuerdo, escogen la dictadura y no una verdadera democracia. Muchos sueñan con la imposición del fascismo mundial y aplauden su resurgimiento, con tal de no ver que la justicia social comience a materializarse. Niegan de facto y sin argumentación científica valida, la existencia de una crisis climática y ambiental planetaria, para poder seguir saqueando a los pueblos y sus territorios. Se autodenominan libertarios, para pretender exigir su supuesto derecho a despojar a las naciones, pero no para reconocer el derecho a la libertad de los pueblos.
Pero como decía el rebelde artista caribeño “Mejor morir luchando por la libertad que ser un prisionero todos los días de tu vida” Bob Marley (Robert Nesta Marley), 1945-1981. Cantante y Compositor Jamaiquino.
John Elvis Vera Suárez
Foto tomada de: Pulzo
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