1. La incidencia de la pobreza disminuyó
La figura 1 muestra la evolución de la incidencia de la pobreza entre 2016 y 2021. El punto más alto se alcanzó el 2020, en medio de la pandemia, cuando la incidencia llegó al 42,5%. El número de personas pobres fue de 21.021.564. En el 2021 la incidencia fue de 39,3%, que equivale a 19.621.330 personas.
Aunque la pobreza bajó, todavía no ha llegado a los niveles previos a la pandemia. En el 2019 la incidencia fue de 35,7%.
La tendencia de la incidencia de la pobreza extrema es similar a la de la pobreza. Tal y como se observa en la figura 2, la incidencia pasó de 15,1% (7.470.265 personas) en el 2020 a 12,2% (6.110.881 personas) en el 2021.
La línea de pobreza extrema en el 2021 fue de 161.099 pesos mes persona. Es el valor correspondiente a la canasta de alimentos básicos. La persona que es pobre extrema no alcanza este ingreso y, por tanto, ni siquiera puede adquirir los alimentos esenciales. Es el límite del hambre.
El nivel observado en el 2021 todavía es muy alto comparado con la situación anterior a la pandemia, cuando la incidencia fue de 9,6%.
Los resultados del 2021 no permiten ser optimista. Para que la pobreza continúe bajando no basta con aumentar los subsidios (Familias en Acción, Colombia Mayor, etc.). Estas ayudas tuvieron un impacto favorable porque en el 2021 redujeron la pobreza en 3,6 puntos. Sin tales ayudas la incidencia no hubiera sido de 39,3% sino de 42,9%. Pero para que la pobreza baje es importante realizar cambios sustantivos en la política económica, de tal forma que se genere empleo, aumenten los ingresos, y disminuya la dependencia del petróleo y de los minerales. Y, además, es necesario volver a plantear la urgencia de discutir temas centrales como el ingreso básico[1].
2. La inflación de alimentos obstaculizó la reducción de la pobreza
La recuperación inicial que ha tenido la economía colombiana no se refleja en una mayor caída de la pobreza, entre otras razones, porque la inflación de alimentos ha sido muy alta. En el 2021 fue de 17,22%. Si el costo de la canasta sube, la línea de pobreza aumenta y, entonces, la incidencia de la pobreza también sube.
La figura 3 permite observar los cambios anuales que ha tenido el valor de la línea de pobreza extrema entre 2017 y 2021. En notorio el aumento que se presentó en el 2021 de 16,7%.
El mayor costo de los alimentos ha golpeado muy duro a las personas más pobres.
Aunque en el corto plazo, las ayudas mitigan un poco la situación, es indispensable replantear la política agropecuaria, y aumentar, de manera eficiente, la producción nacional de alimentos. El mejoramiento de la seguridad alimentaria debe ser una prioridad del próximo gobierno.
3. Brechas entre regiones y ciudades
Las brechas continúan siendo significativas. En la zona rural, en el 2021, la incidencia de la pobreza monetaria fue de 44,6%, mientras que en las ciudades fue de 37,8%. Y entre ciudades y departamentos también hay diferencias significativas. En Quibdó, en el 2021, la incidencia de la pobreza fue de 64,8% y en Barranquilla del 35,7%. Estas divergencias tan marcadas son inaceptables. Y, entonces, otro de los retos del próximo gobierno será diseñar los mecanismos que permitan la convergencia en términos de calidad de vida.
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[1] Estos asuntos se discuten de manera detallada en SANTANA Pedro., 2022, coord. Agenda de Transición Democrática: Otra Colombia Es Posible, Corporación Latinoamericana Sur, Fundación Heinrich Böll, Bogotá.
Jorge Iván González
Foto tomada de: Federación Médica Colombiana
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