Tres días de movilización
Los campesinos llegaron en buses y “chivas”, se tomarse los seis pisos del edificio de la Agencia Nacional de Tierras y la Agencia de Desarrollo Rural y una parte del Ministerio de Minas. Los pasillos y espacios libres se llenaron de carpas y en el parqueadero y zonas verdes se instalaron más dormitorios, cocinas improvisadas y toldas con pancartas de cada municipio y departamento. Lo más seguro es que de las oficinas nadie haya sacado un bolígrafo o una hoja de papel como tampoco se presentaron agresiones contra los empleados.
Este comportamiento disciplinado y civilista, que no cambió aun en momentos de tensión del tercer y último día, no se puede separar de la formación política que han adquirido estos sectores campesinos a lo largo de la experiencia organizativa.
Las asociaciones campesinas que se han desarrollado con cierta autonomía han manejado un discurso que marca diferencia con las distintas formas de violencia e intolerancia que se han dado por décadas en el campo y de las cuales han sido víctimas.
El director de la ADR, se pasó gran parte del día lunes en el parqueadero donde se concentraba la protesta dialogando con campesinos de base, dirigentes y periodistas. El ministro de Minas habló cordialmente con las 245 personas (censadas por orden suya) que se tomaron dos pisos de sus instalaciones. En un país donde la agresión física y verbal está a flor de piel esto merece destacarse. El martes 9 de julio por la tarde se bloqueó la Avenida El Dorado durante casi una hora sin que se ocasionaran daños materiales.
En algunas regiones se hicieron asambleas (Caquetá), plantones (Montería), manifestaciones (Popayán) y hasta bloqueos de carreteras especialmente en el Cesar y Montes de María. Si las negociaciones no hubieran culminado en un acuerdo como el que se logró, el movimiento habría recurrido a más actos de presión en los territorios, por ejemplo, bloqueos de vías en el suroccidente.
Ni fracaso ni golpes blandos y menos antipetrismo
Faltando poco para su anunciada sustitución, la ministra Jhenifer Mojica ironizó contra la protesta campesina diciendo que quería ver una movilización de la Anuc y de la ANC pues hasta ahora ella solo había visto movilizaciones en las cuales el gobierno ponía transporte y alimentación. Eso le ha costado mucho al ministerio y las agencias y tal vez por eso creía improbable una movilización autónoma y autofinanciada. Se equivocó. En menos de un mes en las regiones hicieron lo que pudieron para cubrir especialmente los gastos de transporte y para honrar sus propias organizaciones.
Claro que las organizaciones de la ANC han participado en reuniones financiadas con recursos oficiales, pero también es cierto que en el campesinado es protagonista de un intenso proceso asambleario y asociativo desarrollado por su propia cuenta. Y para no ir muy lejos se puede recordar que la ANUC había tomado la iniciativa de celebrar los primeros cien días del gobierno de Petro con actos propios en Popayán y Sincelejo. Otra cosa es que dentro del gobierno no se hubiera valorado este gesto pues si bien en el Cauca intervino en la manifestación Luis Fernando Velasco (entonces Consejero para las Regiones), en Sincelejo tuvieron que conformarse con un saludo por teléfono de Gustavo Bolívar. Despreciando este gesto petrista de la ANUC, algunos estrategas consideraron mejor crear una nueva organización desde el gobierno y desechar el resto en un supuesto campo antipetrista.
Frente a la movilización que comenzó el 7 de julio se proclamó también por parte de algunos sectores que el movimiento era parte del golpe blando contra Petro y ante ese supuesto peligro aprovecharon para mostrarse más papistas que el papa. En realidad, en todo momento se dijo desde la ANC y la ANUC que se apoyaba el programa del gobierno, pero se criticaba la lentitud de su ejecución y el incumplimiento de diversos acuerdos.
Ni los medios alternativos ni las grandes cadenas pudieron pescar una declaración antipetrista y por eso talvez se volvieron muy parcos al cubrir la protesta.
Los departamentos donde el antipetrismo ha sido evidente como Santander, Boyacá y Antioquia no movieron campesinos y en cambio sí lo hicieron fortines del petrismo rural como Cauca, Chocó, Valle y la Costa caribe.
Negociaciones previas
La negociación de las peticiones había comenzado en la Casa Campesina de la ANUC en Bogotá antes de la movilización. La parte oficial negoció sin exigir el desmonte de la protesta y las organizaciones de la ANC negociaron sin ofrecer una eventual suspensión de la misma. El gobierno ofreció garantías a la protesta y cumplió. Una relación así no habría sido posible en gobiernos anteriores ni tampoco si los dirigentes campesinos hubieran sido antipetristas.
Por algún motivo la saliente ministra Jhenifer Mojica a última hora decidió negociar y envió a la recién nombrada viceministra Geidy Xiomara Ortega fue la primera en contactar a la Agenda Campesina, luego participaron funcionarios de las agencias y finalmente en una última ronda cinco viceministros y viceministras expresaron posiciones sobre el Pliego de Peticiones de la Agenda Nacional Campesina.
Mientras que las negociaciones previas en Bogotá no tenían por objeto desmontar la movilización, en el Catatumbo sí logró el gobierno, con ofertas concretas, frenar el paro de los cocaleros y cebolleros que era la forma prevista por sus organizaciones de integrarse a la movilización del 7 de julio.
Quienes y cómo participaron por el lado campesino
La ANUC traslado la tarea de la movilización a Bogotá a las asociaciones departamentales que a su vez consultaban a las asociaciones municipales las posibilidades de mover gente a Bogotá o de hacer algún acto de protesta o apoyo a nivel territorial. El principal obstáculo fue el de los altos costos del transporte y sin embargo tanto el Cauca y Chocó como el Caribe pusieron el mayor número de buses y de gente. Se podría decir que allí donde el conflicto agrario es más agudo hubo más compromiso con la movilización a pesar de que los costos eran más altos.
El PUPSOC (Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano) envió una delegación en Bogotá y aportó una manifestación en Popayán. Otras organizaciones que enviaron delegaciones a Bogotá fueron Fensuagro, Baluarte (orientado por Carmenza Gómez y César Jerez), Juntanza Campesina y Guardia Campesina del Cauca.
Características del acuerdo
El 10 de julio se firmó el acta del acuerdo que puso fin a tres días de protesta campesina. Este Acuerdo de 31 puntos no sustituye acuerdos puntuales previos del gobierno con la ANUC nacional y con el PUSOC en el Cauca.
Varios puntos tienen que ver con la adquisición de tierra por parte de la ANT para su distribución entre campesinos. Aquí se habla de un mínimo de 18.000 hectáreas y un máximo de 40.000 en lo que resta del año 2024. Las tierras distribuidas según el Plan de Reparación Integral de la ANUC como víctima colectiva del conflicto armado no cuentan en el mínimo de 18.000 pero sí se toman en cuenta para la meta de 40.000 hectáreas.
Otros puntos referidos a la tierra tienen que ver con metas específicas en materia de:
- Formalización de propiedad,
- Regulación de predios ocupados,
- Deslinde de determinadas ciénegas y playones en la Costa Atlántica,
- Reglamentación del uso de tierras desecadas y playones en ciénegas de Córdoba
Las Zonas de Reserva Campesina son tratadas en varios puntos que incluyen la necesidad de aplicar o modificar normas, así como acciones específicas del Ministerio de Medio Ambiente.
Las instituciones concernientes se comprometen a realizar un taller sobre el acuerdo 315 acerca de concesiones forestales campesinas.
Se especificó la entrega de bienes inmuebles de la SAE a organizaciones de la ANC no solo tierras sino también casas que se pueden usar como sedes de asociaciones campesinas.
Se estableció un programa de vivienda rural nueva y de mejoramiento.
La ADR se comprometió a sacar adelante los convenios con ANUC sobre el programa de Mercados Campesinos y el Plan de Comercialización.
Se establecieron metas para materializar el plan de educación rural con enfoque campesino.
Se desarrollará un plan piloto de sustitución de cultivos en el sur de Bolívar.
Se conforma una bolsa de 300 mil millones de pesos para desarrollar proyectos productivos específicos con las organizaciones de la Agenda.
Se especificaron mecanismos de seguimiento a las metas fijadas en el Acuerdo.
En general el Acuerdo es un triunfo de la movilización campesina pero también un triunfo del gobierno y su programa de reforma agraria integral.
Se puede decir que se trata de un ejemplo de concertación social entre Estado y sociedad civil autónoma.
Nombrada pero aún sin posesionarse la nueva ministra de agricultura Martha Carvajalino se mostró conciliadora. Por el lado del ministerio del interior la actitud del nuevo jefe de la cartera Juan Fernando Cristo se hizo sentir y eso permitió una intervención muy positiva en la negociación final del viceministro Diego Cancino.
El 20 de julio y las marchas en defensa de la reforma agraria
Después de la movilización campesina y la firma del Acuerdo, la ANT en la costa atlántica ha estado invitando a las Asociaciones Departamentales de la ANUC a participar y convocar a las marchas del 20 de julio en defensa del programa agrario del gobierno. La ANUC y la ANC han respondido positivamente demostrando una vez más su apoyo al gobierno desde una posición autónoma. Esta nueva posición de la ANT en la Costa al invitar a filiales de la ANUC después de diversos desencuentros es posiblemente un resultado más de la movilización campesina y la protesta realizada en Bogotá por la coalición de organizaciones agrupadas en la Agenda Nacional Campesina.
No se necesita ser clarividente para entender que los reagrupamientos en el movimiento popular y la renovación del pacto social entre gobierno y asociaciones tienen que ver con las posibilidades de darle continuidad al proyecto progresista más allá del 2026. Falta mucho por hacer y para no ir muy lejos, faltó en esta movilización algún tipo de solidaridad o acuerdo puntual entre el movimiento sindical y el movimiento campesino.
El gobierno ha dado una respuesta que a su vez es un ejemplo democrático. ¿Qué dirán sobre las relaciones con el movimiento social los partidos del Pacto Histórico? El partido Colombia Humana que a mediados de agosto celebrará su tantas veces aplazada Asamblea Nacional posiblemente aporte una respuesta.
José Miguel Gamboa
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