Señala como posible autor de lo que podría ser, algo como un intento de sospecha, al insurgente Ejército de Liberación Nacional, ELN, que se encuentra en un cese al fuego con el Estado colombiano, desde el tres de agosto. La banalidad del fiscalillo pretende hacer creer al país que él es tan importante como para que esa guerrilla abandone la mesa de negociación por matarlo, o que el gobierno aborte un proceso de paz que avanza, por un chisme de dudosa procedencia.
La denuncia del pretendido crimen, aparte de ser fuera de tiempo por el cese al fuego vigente, no se reporta al Mecanismo de Verificación y Monitoreo, bajo mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sino a los informativos de la oposición, y pone a Martha Mancera, la que le hace los mandados, a hacer cabildeo en esos medios tratando de hacerla creíble.
Un inesperado festival del humor ha desatado esta nueva farsa, tanto que se espera que el libretista Gustavo Bolívar escriba el argumento de la nueva narcocomedia protagonizada por barbosita, que ha de reemplazar a “La gloria de Lucho”. Zarzuela aparte, varias consideraciones deja esa denuncia, que conviene sopesar.
En primer lugar, se supone que el fiscal combate todas las formas de criminalidad. Aunque en otras partes, porque en Colombia resulta ser expresión de mafias dominantes, ahora pretende sorprender a la opinión con que un grupo armado ilegal lo hace enemigo, así termina confesando implícitamente que él no es enemigo de todas las formas de criminalidad. Su actuación vacilante ante las grandes mafias, mientras persigue con saña a los que su partido ha declarado enemigos, lo confirma. ¿Si siempre está bajo amenaza porqué hoy es relevante esta, construida sobre habladurías?
El entremés de su atentado se representa luego de que el montaje con el hijo del presidente se le cayó, y no pudo “tumbar” a Petro como se lo propuso, entonces juega a hacer de perseguido el mismo que persigue al progresismo, y de paso le echa lustre a su vanidad de tonto agrandado. Recuérdese que en su delirio megalómano se cree la segunda persona de alguna trinidad poderosa. En vez de responder por el entrampamiento a la campaña Petro Presidente, y por las mentiras que su fiscal obediente lanzó, sale a hacerse la víctima.
El posar de amenazado es un recurso manido de la derecha mortificada, cada que tienen reveses resultan amenazados, y hasta con falsos atentados, como en las campañas de su referente, Álvaro Uribe. Alias Fico cada que se veía en evidencia por su pésima administración en la alcaldía de Medellín, salía a denunciar un atentado contra su vida, que estarían tramando sus socios, los que tenían por cuota burocrática la Secretaría de Gobierno del municipio. Para eso se requiere la complicidad de cierta prensa, y el fiscalillo tiene esa complicidad.
Oportunamente, los voceros del ELN salieron a desmentir la risible denuncia, pero, como Barbosa anda desesperado tratando de vender ese cuento, llegó a afirmar que esa organización no se atribuiría un atentado. Parece que estamos ante un típico caso de la banalidad del mal, que describiera Hanna Arendt, porque una organización como esas tiene su razón de ser en la publicidad de sus actos, y la historia muestra cómo se reivindican hasta acciones que no cometieron. En esto va otra confesión del fiscalillo, que sin querer se le sale una declaración de incompetencia, pues queda en evidencia que no conoce cómo funcionan las agrupaciones que desde su cargo debe combatir. Además, si conocía el flujo de miles de millones de esa organización, por qué no los decomisó, resulta difícil de creer que los elenos le mandaran copia de consignaciones. Le hubiera contado Pachito a su señora esposa, y no les deja un solo peso.
Esta ópera bufa se presenta para inflar el ego de Barbosa, pero, sus copartidarios la urdieron para atacar al proceso de paz en curso, no se puede olvidar que el ELN creció al doble en el último gobierno de derecha recalcitrante, porque asistimos al regreso de los enemigos de la paz, que ahora son enemigos de Colombia, porque esperan que el gobierno fracase en todo, así perezca el 82% de la población que desea por bien del país que a Petro le vaya bien. También pretenden dañar las relaciones con nuestros vecinos de Venezuela, ahora restauradas. Y, como se dijo antes, tapar el fiasco del entrampamiento al hijo de Petro, pero igual que en aquel sainete, muchas pretensiones con muy poca sustancia.
Sacará barbosita de ello, aparte de la subienda de memes y chistes, una portada de la revista de la tal Vicky, y un Estado que reacciona como debe hacerlo, y para protegerlo le entrega más escoltas que él pone a recoger la caca a sus perros.
Las operetas de Barbosa representan la tragedia de un país sin justicia, con impunidad superior al 95% en los casos de corrupción y de homicidios, con los líderes sociales y defensores de Derechos Humanos desprotegidos, con fuerzas enemigas de la paz cometiendo masacres, … En el caso de las menores violadas por el paramilitar Hernán Giraldo la inacción de la Fiscalía tardó siete años, como denunció el magistrado en el fallo que saca al jefe paramilitar del Sistema de Justicia y Paz. En tanto, el titular del ente de investigaciones del país pone la Fiscalía al servicio de un partido, y se dedica a hacer el ridículo, aplaudido por sus copartidarios.
Frente al supuesto atentado quedan dos opciones en Colombia, creerle al fiscalillo, o creerle al ELN, que está por fuera de la ley. Ante tal disyuntiva no queda otra opción que creerle al ELN, que ha mostrado más seriedad. Se debería crear un mecanismo que establezca la verdad, y sancione drásticamente a quién miente.
Pero el juego del fiscal no por grotesco deja de ser peligroso: El que juega con candela se quema. Fingir enfermedades puede forzar la solidaridad de los cercanos, pero, como en la hipocondría, termina por dañar la salud. En su caso no se romperá el cese al fuego acordado, pero no sólo el ELN mata, también sus amistades peligrosas, que para desestabilizar el Gobierno del Cambio están dispuestas a cualquier cosa. Pachito Barbosa nunca ha sido nadie, viene de nada y va a ninguna parte, acaso a una cárcel; por su insustancialidad fue puesto para hacer de la Fiscalía la policía política de la extrema derecha, y por esa misma banalidad es desechable. El trino de su copartidaria Paloma Valencia, donde pide defenestrar la paz, termina invocando asesinatos, y él grita alegremente que viene el lobo, cuando su rebaño es de depredadores.
José Darío Castrillón Orozco
Carlos Agudelo M. says
Como todos tus artículos precisos y oportunos. Gracias José Dario… Y, como bién lo dices, este Fiscal, es tan desechable que sus depredadores amigos estarían dispuestos a sacrificarlo…
Fuerte abrazo.
Amelia Sanchez Durango says
Fiscalucho de bolsillo, solo le sirve a su gallada. Y no sabe que inventarse para salirse con la suya. Que vergüenza de país.