Mas de trescientas mil personas se movilizaron en marchas que partieron de varios puntos de la capital hacia la Plaza de Bolívar, desde el Parque Nacional por la carrera séptima y la carrera trece, desde la Universidad Nacional, que albergó solidariamente cerca de 20.000 indígenas, recorrieron la Avenida El Dorado, entonando su emblemático himno ¡Guardia- Guardia, ¡Fuerza-Fuerza!, fueron acompañados por miles de estudiantes; otras marchas partieron del sur de la ciudad. Esas multitudes, con sus comparsas, batuqueros, teatreros y zanqueros, lo mismo que los partidos y movimientos políticos y el movimiento sindical con sus pancartas y banderas; todos y todas luciendo decenas de miles de camisetas estampadas con mensajes y consignas como, “¡El pueblo es quien decide! ¡Sí a Colombia! ¡Sí a la consulta popular! ¡Sí al trabajo digno!, llenaron a reventar la Plaza de Bolivar y el centro de Bogotá.
En suma, el pueblo expresó en las calles y las plazas públicas del país su digna rabia y su decisión de relegar la democracia representativa, convertida en negocio privado por las corruptas bancadas parlamentarias, para votar y decidir por sí mismo, con el firme propósito de recuperar los derechos que le fueron arrebatados por los gobiernos antes mencionados y sus bancadas en el Congreso de la República. Su clamor fue votar sí por las doce preguntas contenidas en la solicitud de convocatoria radicada ese Primero de Mayo por el Gobierno Nacional en el Senado de la República.
Esta vez, las bravías muchedumbres, se mostraron dispuestas al combate por la vida y por sus derechos, que les fueron robados y, con ellos, la comida, la educación, la escuela, la recreación, la salud, etc.. Esos gobiernos y sus regímenes políticos las explotaron, las oprimieron, las persiguieron, las desterraron, las asesinaron y las hicieron víctimas de la desaparición forzada, para lograr su propósito de enriquecerse y engordar las fortunas de ricos y re-ricos y sus testaferros gobernantes y legisladores, mayoritarios en el establo parlamentario. En este Primero de Mayo, las multitudes hicieron ejercicio de democracia directa y participativa en las calles, su escenario natural, para decirle a Colombia y al mundo que acudieron al llamado del presidente Petro, a comprometer su respaldo a la consulta popular.
La presencia multitudinaria y diversa de las clases trabajadoras y de los sectores populares, es claro mensaje de que su conciencia social y política, así como su independencia, están en crecimiento, identificando a sus verdaderos enemigos y causantes de sus penurias y su empobrecimiento progresivo, responsabilizándolos del despojo de sus elementales derechos al trabajo, a la salud, las prestaciones sociales y la vida digna. El pueblo sabe, hoy más que antes, que los gobiernos neoliberales solo favorecen y protegen los negocios y las ganancias de los ricos, y que los congresistas son sus sirvientes comprados por los dueños del poder para que legislen en defensa de los intereses del gran capital nacional y multinacional.
En la sesión plenaria de Senado realizada el pasado miércoles 14 de mayo, el testaferrato parlamentario en mayoría negó la consulta popular por 49 votos, en contra de 47 a favor. De esta forma impidieron que las 12 preguntas sobre la reforma laboral fueran sometidas a la votación ciudadana. La decisión estuvo precedida de todo tipo de maniobras y manipulaciones fríamente calculadas; esa pandilla, basada en la propuesta de votar primero la apelación formulada por un senador del partido verde, de revivir el trámite del proyecto de reforma que habían hundido en la Comisión Séptima, logró el hundimiento de la citada consulta popular. Luego asignaron su nuevo trámite a la Comisión Cuarta, conformada por mayoría de senadores y senadoras de extrema derecha. Violaron así, el orden del día acordado en la plenaria del día anterior, votando primero por la apelación que fue respaldada por 68 votos contra 3. Inmediatamente procedieron a abrir la votación por la consulta en medio de acusaciones de fraude y ausencias sospechosas de algunos senadores del partido verde y el Pacto Histórico, y la cerraron en menos de tres minutos (lo reglamentario son treinta minutos) quedándose sin votar doce senadores. Al conocer el resultado de dicha votación, senadores del PH apelaron y exigieron repetir la votación. Nada fue aceptado. La consulta fue hundida en un proceso marcado por el fraude y la falta de transparencia.
La extrema derecha ha puesto en juego en forma continuada su estrategia de boicotear todas las reformas sociales propuestas por el “Gobierno del Cambio”: hundió previamente la reforma a la salud y anunció que la volverá a hundir en la Comisión Séptima; la reforma pensional recortada está a punto de ser declarada inexequible por la Corte Constitucional. Significa que apostó por el fracaso del gobierno de cara a las elecciones de 2026. Pero desestimaron la sostenida y creciente respuesta del pueblo a las convocatorias del gobierno y las organizaciones sociales y populares a respaldar en las calles las reformas sociales. Tampoco esperaban que el presidente Petro denunciara el fraude, convocara al pueblo a la movilización y a la realización de paros escalonados, hasta llegar a un gran paro cívico nacional, invitara al pueblo a organizar y realizar Cabildos populares y anunciara que volvería a presentar la solicitud de la consulta.
Efectivamente hizo la nueva solicitud de consulta ante el Senado de República, esta vez con cuatro nuevas preguntas sobre la reforma a la salud, a fin de que se autorice al gobierno a comprar o producir los medicamentos, transformar las EPS de intermediarias financieras en gestoras de salud, y que la Adres pague directamente a hospitales y clínicas, adopción de un modelo de atención primaria en salud, preventivo y resolutivo, adopción de “un régimen laboral especial que garantice a los empleados y trabajadores de la salud la vinculación formal, los derechos laborales y salario digno”.
Es lamentable que las centrales sindicales, el Pacto Histórico y el gobierno no consideraron importante agregar a la consulta popular la pregunta de “si se está de acuerdo o no con recuperar los derechos colectivos” contenidos en el proyecto original de la reforma debatida en la Cámara de Representantes. La clase trabajadora debe exigirla y agitar la consigna en las próximas jornadas de movilización y paros venideros.
El pueblo una vez más y con mayor indignación, no solo acató el llamado y se dispuso a la realización de movilizaciones y cacerolazos en las capitales y todo el territorio nacional, el presidente presidió la gigantesca movilización por el Paseo Bolívar de Barranquilla, convocó al pueblo a una huelga general e instaló el gran cabildo popular; las centrales sindicales anunciaron paro nacional para el 28 y 29 de mayo; en todas partes se realizan cabildos populares y se debate sobre las reformas democráticas propuestas por el gobierno nacional, mas allá de la consulta sobre la reforma laboral y la salud, Hay una gran agitación política y el pueblo se ha puesto en pie de lucha en todo el territorio nacional. La extrema derecha y las oligarquías han llevado al país a una crisis política generalizada. Las mafias que controlan el poder político y económico, con sus mayorías en el Congreso, han anunciado que también hundirán la nueva solicitud de consulta popular, son los responsables de la agudización de la crisis, no están en capacidad de dar una salida institucional democrática a la mismas, el país vive un momento histórico en el que los de abajo no quieren seguir siendo gobernados por las castas dominantes y los de arriba no están en capacidad de gobernarlo. El pueblo debe discutir en los cabildos populares, las asambleas barriales, comunitarias, estudiantiles, sindicales y demás organizaciones sociales y populares la fecha de la huelga general y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que de salida a la crisis y adopte un programa de reformas institucionales, políticas y democráticas y elija un gobierno de transición para la paz.
José Arnulfo Bayona, Miembro de la Red Socialista de Colombia y Fiscal de la ANEP.
Foto tomada de: Radio Nacional de Colombia
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