Varios factores que explican tal dinámica de posicionamiento del paro nacional tienen que ver, en gran medida, con la coyuntura sociopolítica internacional; especialmente, por la identidad con los procesos de indignación social en Ecuador y Chile, donde la movilización popular ha hecho retroceder programas de ajuste enmarcados en el Consenso de Washington y en el manido recetario del FMI, a partir del desmonte de subsidios a la gasolina, como en Ecuador; la precarización social que afecta a los empleados públicos en ese país hermano, o el estallido social provocado por el alza de la tarifa del Metro en Santiago de Chile que, como punta de iceberg sirvió para destapar un descontento popular incubado durante más de treinta años en el laboratorio donde germinó el experimento neoliberal con sus fondos de pensiones, privatizaciones, precarización de la mayoría de la población y una constitución diseñada a la medida por la dictadura de Pinochet para garantizar privilegios a la élite chilena y al gran capital transnacional; experimento este que se trasplantó a Colombia, particularmente, en lo relacionado con las privatizaciones de empresas estatales, especialmente, de los servicios públicos, de la salud y la seguridad social, ayudando a crear un sector de clase voraz y especulador, como lo es el capital financiero.
También, el pronunciamiento del expresidente Uribe señalando el Paro Nacional como una estrategia desestabilizadora del Foro de Sao Paulo ha servido como detonante para estimular las tomas de posición en favor o en contra del mismo. Señalar al Foro de Sao Paulo como responsable, no solamente desconoce el papel del movimiento social y de su autonomía para interpretar la problemática nacional, sino que le atribuye al propio Foro un rol que está lejos de poseer dado su carácter de plataforma de reflexión conjunta, de muy difícil articulación en la acción, incluso, en lo que se refiere a las organizaciones signatarias del mismo en Colombia, como son el Polo Democrático, el Partido Comunista y el naciente partido de la Farc, organizaciones que difícilmente logran coordinarse en lo nacional o en lo territorial y que no tienen la presencia que se les endilga en los diversos escenarios del movimiento social.
Estigmatizar un foro internacional de partidos políticos es paradójico, precisamente, cuando el partido de gobierno se ha caracterizado por tomar como bandera la intervención directa en Venezuela, ha estimulado el Grupo de Lima, apoyado la convocatoria del TIAR y ha sido relacionado a través de videos y grabaciones como parte del golpe contra Evo Morales en Bolivia, justamente, uno de los miembros del Foro de Sao Paulo, mientras intenta con algún éxito desinternacionalizar el proceso de paz en Colombia, sacar al país de escenarios internacionales de defensa de los derechos humanos o del ambiente y funge como fiel implementador de las directrices del Gobierno de Trump, canalizadas a través de la OEA, cada vez más plegada dentro del ejercicio de la Secretaría de Almagro, a los intereses geopolíticos de la ultraderecha norteamericana en la región.
Dicho señalamiento ha servido de combustible a voceros uribistas como la dupla de José Félix Lafaurie y María Fernanda Cabal que confundieron, el primero, un evento cultural (la obra titulada ‘La perenigración de la Bestia’ del artista Anlú Laferal) organizada por el Museo de Antioquia en El Poblado-Medellín, con un ritual satánico 13 días antes del Paro Nacional; y la segunda, al publicar en su cuenta de Twitter un mensaje en el que confunde a cuatro youtubers internacionales con supuestos “terroristas del Foro de Sao Paulo”. También, ha servido para que grupos radicalizados del Uribismo en Medellín, encabezados por Jaime Arturo Restrepo, alias “El Patriota”, emerjan como grupo de choque “antidisturbios” contra los participantes en el Paro Nacional ante lo cual solamente ha habido una tibia expresión de llamado a la calma por parte de Eliécer Camacho, Comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, aduciendo que la policía tiene la capacidad suficiente para evitar desmanes.
A este coro estigmatizante se ha sumado Vargas Lleras (noviembre 16,2019) que asimila el Paro con el inicio de la campaña presidencial del 2022 y las demandas del Manifiesto del Comando Nacional Unitario del Paro con un Programa de Gobierno y para mantener un “clima de agitación” en procura de consolidar liderazgos personales e impedir gobernar a Duque cuyo programa, según dice, tiende a fracasar por temor a la protesta social.
Esta narrativa, también ha servido al gobierno para presentar a personas extranjeras como parte de una estrategia de infiltración de las marchas programadas para el 21 de noviembre. Con base en ello, fueron expulsadas del país 24 personas y se cerraron hasta el 22 de noviembre los 12 puestos de control migratorio con el pretexto de garantizar la normalidad de las marchas el 21 de noviembre, según informa Pulzo (noviembre 19, 2019). Sin embargo, el Subcomandante General de la Policía Nacional, General Gustavo Moreno, debió reconocer en Rueda de Prensa (noviembre 20, 2019) que “no existe una arquitectura extrajera para afectar la protesta nacional” ni de un plan organizado para tal efecto.
En este contexto, entre los días 19 y 20 de noviembre la Policía Nacional, con acompañamiento de la Fiscalía realizó 27 allanamientos a viviendas de estudiantes, sedes sindicales como la Asociación de Maestros de Antioquia – Adida y de la Revista Cultural Cartel Urbano en Bogotá, con el pretexto del terrorismo y las presiones sobre el medio digital Cerosetenta de la Universidad de Los Andes, para que eliminara su “Manual 070 de autoprotección contra el Esmad”, lo que motivó el rechazo de la Fundación para la Libertad de Prensa-FLIP. En la tarde del miércoles 20, la propia Fiscalía ha debido reportar que los jueces declararon ilegales la mayoría de dichos allanamientos y el estudiante de Antropología de la Universidad Nacional, Andrés Felipe Palacios, quien había sido detenido debió ser dejado en libertad, por falta de pruebas con respecto a la sindicación de actos violentos.
En este ambiente, arden las redes sociales. Los actos de manipulación mediática encaminados a promover el mercadeo del miedo, de la ira y de la confusión como estrategias paralizantes o de canalización de la población van chocando con argumentos y réplicas de sátira, música, memes e ironía que promueven el sentido crítico y el pensamiento divergente, contrario a las noticias que propagan los grandes medios de comunicación como en caso de Caracol en su Programa Séptimo Día donde “supuestamente” se entrevista a un encapuchado o las preguntas sesgadas de Diego Alvira a Jennifer Pedraza, lideresa estudiantil de la Universidad Nacional. A esto ha servido la denuncia acerca de las infiltraciones policiales y de encapuchados en las marchas. Al respecto, se reportan encapuchados conversando con policías en la Universidad de Pasto, encapuchados neutralizados por los estudiantes en la Universidad de Antioquia y la promoción de una gran campaña nacional a través de las redes sociales para reconocer la protesta social, como un derecho constitucional consagrado en el Artículo 37 de la Constitución Política de 1991.
El sentir mayoritario de los activistas y dirigentes sociales propende por las marchas pacíficas, por la lúdica y por la innovación cultural y política que sirva para superar la estigmatización y la criminalización de la protesta social. De este modo, se vuelve más evidente cuando la agresión proviene desde las instituciones, se gana en legitimidad para vencer la apatía, el temor y la desconfianza de una sociedad mayoritariamente acostumbrada al individualismo y la inmovilidad.
Desde el gobierno, el nerviosismo ha sido evidente: primero, pretendiendo esconder proyectos o intenciones en materia de reformas laboral y pensional que fueron bandera de campaña, son propuestas de gremios económicos y proyectos de Ley del Gobierno o de voceros de su sector político desde el Congreso, como lo evidencian las declaraciones del Ministro Carrasquilla (noviembre 20, 2019) y su insistencia en acabar con el régimen de prima media, o los esfuerzos por crear el Holding con las empresas financieras del Estado, donde incluye a Colpensiones, como camino posiblemente indirecto para abrir la puerta a las privatizaciones, como muestra Suárez (noviembre 18, 2019).
Segundo, han generado indignación los hechos ocurridos en el contexto de la muerte de Dimar Torres, excombatiente de las Farc Ep a manos de un grupo del ejército, el bombardeo donde murieron ocho niños en el Caguán que llevaron a dimitir al Ministro de Defensa ante la inminente moción de censura, las masacres contra líderes y lideresas indígenas, como reflejo de la pulverización del proceso de paz por parte de las fuerzas de ultraderecha y la incapacidad gubernamental para garantizar la vida de los líderes y lideresas sociales.
En este contexto, en medio de los intentos de deslegitimar y criminalizar la protesta social, el gobierno de Duque da palos de ciego: Se ve obligado a generar espacios de concertación con las centrales obreras, en relación con la reforma laboral. A la par, utiliza a los operadores de redes móviles para enviar mensajes acerca del paro, sin autorización de las personas, a sus celulares, mientras crecen las quejas de censura a las personas y medios como la Oreja Roja, que se expresan con críticas al gobierno en redes sociales. Paralelamente, el gobierno, crea un canal que procura de lograr comunicación con la gente, pretendiendo presentar como mentiras los motivos del paro, como muestra Calle (noviembre 19, 2019) y, luego, se ve forzado a reconocer la legitimidad de la protesta, pero, militariza las ciudades, lo que genera el pronunciamiento crítico del Parlamento Europeo y el rechazo Alberto Brunori, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia.
De otro lado, infinidad de personalidades y organizaciones del mundo del arte, la cultura, la academia, la iglesia y los gremios económicos se pronuncian en favor del derecho a la protesta pacífica. Entre ellos, son de resaltar Salomón Kalmanovitz, excodirector del Banco de la República, quien refuta los análisis gubernamentales acerca del pretendido crecimiento económico jalonado por el capital financiero en medio de una creciente desigualdad económica.
La Conferencia Episcopal de Colombia, a través de Monseñor Óscar Urbina Ortega expresa que “Las movilizaciones son un derecho democrático cuando son expresión de libertad, de responsabilidad ciudadana” y recordando los mensajes del Papa Francisco I, invita a no decaer en los esfuerzos por construir la unidad de la nación y la convivencia pacífica a la vez que critica la desigualdad y la corrupción, como lo muestra Blue Radio (noviembre 15, 2019).
También, 21 líderes y lideresas del mundo de la cultura se manifiestan en favor de marchar el 21 de noviembre, como lo muestra Revista Arcadia (noviembre 20, 2019). En dicho pronunciamiento expresan su indignación por el allanamiento de la revista de cultura alternativa Cartel Urbano, así como la intimidación a artistas, colectivos creativos y medios de comunicación. En el mismo sentido favorable a la protesta se manifiestan la recién elegida Señorita Colombia, María Fernanda Aristizábal y el cantante Carlos Vives hasta hace poco, muy cercano al Presidente Duque.
Así mismo, el Consejo Gremial, conformado por 21 sectores empresariales entre los cuales están la Andi y Fenalco llamó a respetar los derechos a la protesta pacífica, así como los de quienes no participen.
Por su parte, Claudia López, alcaldesa electa de Bogotá y Daniel Quintero, alcalde electo de Medellín llamaron a la ciudadanía a marchar pacíficamente en la jornada del Paro Nacional del 21 de noviembre.
Así, se configura un escenario propicio para que los movimientos y organizaciones sociales generen dinámicas de confluencia que pueden ampliar y profundizar su nivel de incidencia autónoma en el escenario nacional y territorial, lo que permite reforzar la democracia participativa, contar con plataformas propositivas, ampliar escenarios de concertación en garantías políticas, en programas económicos y sociales, a la par que se complementa con la democracia representativa, en beneficio de la convivencia pacífica y del fortalecimiento del Estado Social de Derecho.
Con el transcurrir de los días y la evaluación del proceso de reflexión acerca de los factores motivadores del paro, las incidencias de su realización y las lecciones aprendidas de sus resultados es de esperarse que surja una sociedad más madura, más atenta al acontecer nacional y más dispuesta a reflexionar conjuntamente acerca de estos hechos históricos, de sus retos, alternativas y caminos para encarar un futuro complejo que reclama de capacidad para construir como proyecto de nación. En este marco, si el gobierno nacional es capaz de entender el momento social y político y cambiar su agenda de polarización política, tiene una gran oportunidad para recuperar legitimidad por los caminos del diálogo, la concertación y la innovación en la construcción de alternativas incluyentes frente a los grandes problemas y retos del país de cara al presente y al futuro, con base en reformas democráticas favorables para superar la desigualdad social y ampliar la base económica de un país que merece reindustrializarse.
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Fuentes:
COLPRENSA. Alístese para una nueva jornada de protestas en el país. Caracol Radio. 16/10/2019 – 16:51 COT
Ver: https://caracol.com.co/radio/2019/10/16/nacional/1571262675_283259.html
Vargas Lleras, Germán. Marchas y elecciones. El Tiempo. 16 de noviembre 2019
Pulzo. Ante tanta expulsión de extranjeros, Colombia cierra fronteras por el paro nacional. Noviembre 19 de 2019.
Ver:https://www.pulzo.com/nacion/colombia-cierra-fronteras-durante-paro-nacional-21-noviembre-PP802036
Ministerio de Defensa. Rueda de Prensa. Noviembre 19 de 2019. Cablenoticias.
Ver: https://www.facebook.com/cablenoticias.tv/videos/976167286087416/
Calle, María Clara. Logros y fantasma de la violencia: la estrategia Duque contra el paro La Silla Vacía. Noviembre 19 de 2019.
Ver: https://lasillavacia.com/logros-y-fantasma-violencia-estrategia-duque-contra-paro-74573
Redacción Digital Blue Radio. En video: Iglesia católica apoya el paro nacional del 21 de noviembre. Noviembre 15 de 2019.
Revista Arcadia. “Estamos enojados”: 21 líderes culturales explican por qué marchan el 21 de noviembre. Noviembre 20 de 2019.
Ver: https://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/estamos-enojados-21-lideres-culturales-explican-por-que-marchan-el-21-de-noviembre/79143?fbclid=iwar0z1r3ma6irbvhqtge8puim9l0f513hnclnby6nba3wc-laxizccqr9c2u Carrasquilla, Alberto. Revista Dinero. Carrasquilla insiste en necesidad de acabar régimen de prima media. Noviembre 20 de 2019.
Suárez, Aurelio. El holding financiero estatal traerá privatización por la puerta trasera. Revista Razón Pública. Noviembre 18 de 2019.
Albeiro Caro Fernández, Coordinador Programa Territorio, Paz y Desarrollo – Corporación Nuevo Arco Iris.
Foto tomada: Revista Semana
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