La concentración fue más que una montonera, era un cuadro lleno de color y de alegría. Ondeaban banderas de diversos colores: verdes, amarillas, blancas, aunque sobresalía el rojo de los liberales. Los asistentes con rostros labrados de quienes ganan el pan entre inclemencias, y los de la juventud que siempre es bella, aunque sea pobre. Había chirimías, y una alegría desbordada que no menguó ni con la lluvia. Las consignas se gritaban como salidas del alma, y cuando llegó el candidato no importaron el agua, el cansancio, o las incomodidades; la gente salió de los escampaderos, y arreciaron las consignas. Al terminar Petro su discurso la gente coreó exaltada con él: “Los quiero mucho, me llamo Gustavo Petro, y voy a ser su presidente”.
Cuando el candidato del pueblo dejó la tarima, la multitud seguía coreando las consignas de la campaña como si acabara de llegar, y abandonaba el lugar con víctores a Petro y a Francia Márquez, cantaba canciones de la campaña, o salía bailando el popular “Petro, Petro, voy a votar por Petro”. Lo más curioso fue que la gente guardaba las piezas de propaganda, afiches, volantes, paletas, … debe pensarse que esto indica la conciencia adquirida sobre la encrucijada histórica que se está viviendo: Los elementos relacionados con Gustavo Petro devienen en reliquias.
Hace cuatro años estuvo Petro en este mismo lugar, cuando el entonces alcalde, alias Fico, obstaculizó con ardides burocráticos la manifestación del candidato progresista, y la juventud derrotó con su presencia al abuso de poder, y a las bodegas antipetro, y prouribe que aquel politicastro pagaba con recursos públicos. Esta vez la asistencia duplicó a la de aquella ocasión.
Mucho va de esa campaña a esta. En tiempos de la ciudad gobernada por la triada: uribismo, paramilitarismo, Grupo Empresarial Antioqueño, GEA, los candidatos que se atrevieron a hacer campaña por opciones diferentes eran atacados por hordas de lavaperros, “Las Convivir”, que los sometían al ludibrio. Pasó con Clara López, con Antonio Navarro, con Vargas Lleras. La campaña que eligió a un alcalde independiente, la composición juvenil del progresismo, y la respuesta masiva que la convocatoria al paro nacional tuvo en la ciudad, derrotaron a los pogromos de extrema derecha. En aquel entonces Petro sacó doscientos mil votos, en la consulta interpartidista pasó a tener 271.761.
En la consulta de marzo Francia Márquez superó en votación a Sergio Fajardo, que es una marca del GEA. En la encuesta de “Los Tres Mosqueteros”, divulgada por la Wradio, la diferencia entre los candidatos Gutiérrez y Petro es de sólo cinco puntos, lo cual indica que la región dejó de ser feudo ultramontano, decisivo en el No al plebiscito por la paz, y en la votación abrumadora por los candidatos de derechas.
Como en su momento se supo, la presencia de las bandas paramilitares no ha disminuido en el departamento. El reciente “paro armado” de los paramilitares, y de la Fuerza Pública, fue intenso en varias subregiones del departamento, donde hubo prohibiciones expresas de no votar por Petro, y no está descartado que para la jornada electoral del 29 de mayo ejerzan violencia. Hay alertas de seguridad en las regiones del Nordeste de Antioquia, Bajo Cauca, y Urabá.
También es preocupante, y debería considerarse riesgo electoral, que el GEA ponga 13.000 jurados de votación, Bancolombia 4.800 de ellos, cuando este consorcio ha actuado en la región como un directorio partidista, ha sido financiador tanto de los candidatos Gutiérrez como de Fajardo, así como está involucrado a fondo en la oposición al actual alcalde de Medellín, Daniel Quintero. Incluso se apresuró a respaldar el golpe de Estado al alcalde legítimo, y a reconocer al usurpador Restrepo, cercano a sus negocios. También es pública la adhesión de estos empresarios al candidato de Uribe, alias Fico Gutiérrez.
El activismo en la campaña del Pacto Histórico es colosal, en los municipios y barrios se multiplican las “Casas Petro”. Se espera, por encuestas y por movilización, que Petro gane las presidenciales, y que en Antioquia al menos disminuya la diferencia con la que el uribismo ha ganado históricamente.
¿Qué pasará en Antioquia en un eventual gobierno progresista? Predecir el futuro es manifestación de la estupidez humana, sin embargo, la política comprende proyectar el rumbo de las sociedades. En la ofensiva que la extrema derecha tiene contra el alcalde Quintero se pueden hallar algunas claves de lo que puede ser su comportamiento en la región.
Cuando se presentó la revocatoria, esta no arguyó el incumplimiento del programa, ni invocó algún impedimento del mandatario, ni vicios de procedimiento. Esa campaña se fundamentó en invocar un pasado pretendidamente glorioso de los antioqueños, los valores de la cultura paisa, que no es otra cosa que el culto al atraso. Debería ser sospechoso que su candidato Gutiérrez no matice el acento de traqueto antioqueño, ni lo mal hablado, ni lo inculto, porque el culto al alpargate pasa por idealizar los defectos, incluso mentir y hacer trampas.
Esa regresión es más que folklor, como en la Alemania nazi, o en la Italia de Mussolini, porque en el lenguaje de la revancha contra el alcalde Quintero, se le acusa de traer “extranjeros” a la alcaldía, como bogotanos. Hoy promueven declarar persona no grata a la secretaria de gobierno, María Camila Villamizar, por ser cucuteña.
También amenazan proclamar la independencia del departamento ante un triunfo de la izquierda en Colombia. Esto implica reciclar la consigna de Antioquia Federal, la cual se infló mucho con las épocas doradas del narcotráfico, ideal de derechas atrabiliarias del departamento. El proyecto de Antioquia federal se diluyó en el éxito que tuvieron al conquistar la presidencia de la República.
Dados los nuevos desarrollos, donde el uribismo ha perdido gobernación de Antioquia y alcaldía de Medellín, cuando la juventud no está con ellos, y hay un fervor popular por la esperanza que encarna Gustavo Petro, no se ve ambiente para promover semejante despropósito, a no ser por la violencia. El golpe de Estado dado a la alcaldía es un primer paso hacia ese abismo, la deslegitimación de las elecciones por las trampas que ellos mismos ponen, es otro más, así como soliviantar al ejército contra Petro, y la inacción de las fuerzas armadas contra el paramilitarismo.
Tendrían que matar a la mitad de la población del departamento, que tiene conciencia de su lugar en la historia, que conoce al monstruo del terror porque lo ha padecido más que cualquier otro departamento. El meridiano del cambio pasa por Antioquia, donde se sabe que no se está eligiendo un presidente más, sino corrigiendo la historia colombiana.
José Darío Castrillón Orozco
Foto tomada de: Telemedellín
Edilia Ruiz says
Fue grandioso el cierre de campaña sentir que la gente estaba segura de estar ahí, estábamos ahí porque estábamos esperando la solución para nuestros país no importaba la lluvia el frío el hambre y 4 horas algunos 5 y otros 6 y 7 horas de estar esperando que petro llegara para irnos a nuestras casas convencidos con más fuerza con más amor y con mas grande el corazón de saber que petro va a ser nuestro presidente . Qué Colombia va conocer el cambio a la vida a la salud a la educación al saber a la paz y al vivir sabroso con Gustavo petro y Francia Márquez dirigiendo nuestro país con amor Valentín con honradez y seguridad. Felicitaciones José Darío por este artículo es la verdad nuestro país y de nuestro futuro gracias un abrazo.
Dario Muñeton says
Bello y amable texto. Una cosa es marchar en la historia y la vida con alegría y otra seguir la senda trillada del odio.
Hernan Pizarro says
Con Petro hay esperanza. Habrá que vencer el tradicional fraude de las maquinarias