Yendo de menos a más, el sector de minas y canteras registró un desempeño negativo, con una caída del 5%, impulsada principalmente por la contracción en la extracción de carbón, que disminuyó un 7 %, y de petróleo y gas natural, que retrocedió un 3,7 %. Asimismo, la construcción continuó su tendencia descendente, registrando una contracción del 3,5%. Por otro lado, la industria manufacturera mostró una recuperación moderada, con un crecimiento del 1,4 %. El transporte y almacenamiento creció 2,9%, el sector financiero creció un 3,3 %, la administración pública un 3,5 % y el comercio tuvo un mejor desempeño con un aumento del 3,9%.
El sector manufacturero creció un 1,4 % tras dos años consecutivos de contracción, luego de haber decrecido un 1,6 % el año anterior. Este repunte estuvo jalonado por subsectores como la preparación, hilatura, tejeduría y acabado de productos textiles; la fabricación de otros productos textiles, y la confección de prendas de vestir, que creció un 7%. Este crecimiento en la industria textil y de confecciones —que representa el 9,4% del PIB industrial y genera empleo para cerca de 600.000 personas—refleja la recuperación de un sector tradicional en Antioquia, pero con presencia también en Bogotá, Valle del Cauca y el eje cafetero.
El sector de transporte y almacenamiento registró un crecimiento del 2,9 %, pero llama la atención el notable repunte del transporte acuático, que creció un 52 % en el primer trimestre de 2025. ¿Qué explica este inusitado crecimiento?
Por su parte, el crecimiento del sector de administración pública y seguridad social podría explicarse por una combinación de factores: la expansión de la nómina paralela mediante contratistas, la ampliación de la cobertura en protección social y una mayor provisión de servicios de salud.
El DANE detalló que el crecimiento del PIB (2,7% en el primer trimestre de 2025 vs. mismo periodo de 2024) respondió a la dinámica de los componentes del gasto: consumo final (+3,8%), formación bruta de capital (+8,3%), exportaciones (+2,4%) e importaciones (+11,9%).
El consumo final -principal motor de la expansión- fue impulsado por el gasto de los hogares (+4,1%), efecto atribuible a los programas sociales del gobierno y al aumento sostenido de las remesas que benefician a numerosas familias del país.[i]
Mejora en empleo, pero persiste desafío de informalidad
En marzo de 2025, la tasa de desocupación nacional se situó en 9.6%, registrando una reducción de 1.7 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2024 (11.3%). Los indicadores de participación laboral mostraron avances:
- Tasa global de participación: 64.7% vs 63.9% en 2024.
- Tasa de ocupación: 58.5% vs 56.7% en 2024.
Sin embargo, la informalidad laboral empeoró, con un incremento de:
- 0.9 pp a nivel nacional.
- 1.8 pp en zonas urbanas (centros empresariales clave).
- 4.9% en Bogotá y 2.1% en Medellín (ciudades con mayor peso económico).
Este comportamiento sugiere una tendencia divergente: mientras las áreas rurales mostraron mejoras en formalización, las cabeceras urbanas —donde se concentra el aparato productivo— enfrentan un deterioro en la calidad del empleo.
El debilitamiento de la calidad del empleo se refleja en los indicadores de protección social:
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- Aumento en cobertura asistencial: El régimen subsidiado de salud incrementó su participación en 1.4 puntos porcentuales (pp) entre los ocupados.
- Retroceso en formalidad:
- El régimen contributivo de salud redujo su participación en -0.8 pp.
- La cotización a pensiones cayó -0.5 pp, evidenciando menor vinculación relativa a empleos formales.
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Esta dinámica confirma un doble fenómeno: mientras más trabajadores acceden a subsidios estatales, se contrae la afiliación a sistemas contributivos, profundizando las brechas en seguridad social.
¿Crecimiento sin desarrollo? Las paradojas del empleo en la economía global
Es bueno aclarar que el PIB no es un indicador confiable de bienestar porque mide el valor monetario de los bienes y servicios finales, pero no refleja el comportamiento de la economía real. Al basarse solo en flujos monetarios, puede crecer junto a burbujas especulativas, actividades ilegales o infraestructura obsoleta, confundiendo ‘crecimiento económico’ con desarrollo real. Su utilidad es limitada: sirve para ciclos coyunturales o mercados bursátiles, pero es un pésimo indicador para evaluar políticas de desarrollo, como lo demuestran las profundas diferencias entre economías como EE.UU., China y Colombia.
Aunque el crecimiento económico de Colombia fue positivo frente a las caídas de economías occidentales como Estados Unidos (-0,3 %) y Japón (-0,2 %), resulta modesto en comparación con el dinamismo de las economías asiáticas y de los países BRICS, que registran tasas mucho más altas impulsadas por modelos productivos más sólidos y estrategias de integración regional.
Al comparar los indicadores de Colombia y México en el primer trimestre de 2025, Colombia mostró un crecimiento del PIB del 2,7%, significativamente superior al 0,2% de México. Sin embargo, en el ámbito laboral, la situación se invierte: Colombia registró en marzo una tasa de desocupación del 9,6% y una informalidad del 57,2%, mientras que México presentó cifras más favorables, con 2,2% de desocupación y 54,4% de informalidad.[i] Esta disparidad es recurrente: Colombia ha mantenido históricamente tasas de crecimiento económico por encima del promedio regional, pero sus indicadores laborales son consistentemente inferiores. Por ejemplo, en 2024, su desempleo (10,2%) superó con creces el promedio latinoamericano y caribeño (6,1%) y el global (5,3%), manteniendo, además, una informalidad elevada.
Fuente: https://es.statista.com/grafico/18130/tasa-de-desempleo-en-paises-seleccionados-de-america-latina/
Retos económicos del gobierno
El gobierno colombiano enfrenta desafíos fiscales, con un déficit del 6,8% en 2024; en inflación, que se situó en 5,2% a marzo de 2025; y en el frente externo, donde el país registró en 2024 un déficit comercial de US$10.881 millones FOB, un aumento del 11,7% respecto al año anterior. A nivel laboral, persisten retos significativos en la generación y calidad del empleo.
La solución a estos problemas pasa por reducir las tasas de interés reales a niveles inferiores a la rentabilidad empresarial. Actualmente, en Colombia, estas tasas en la banca comercial rondan el 20% real (Tasa promedio del 25% menos 5,2% de inflación a marzo), lo cual es muy superior a la rentabilidad de cualquier actividad empresarial legal, dado que sectores como el agropecuario o el industrial no superan el 10%. En contraste, China, con procesos tecnológicos avanzados en la producción y una infraestructura más eficiente, mantiene una tasa de interés real promedio del 1,7%, casi 12 veces menor que la de Colombia.
Bajar las tasas de interés reales por debajo de la rentabilidad empresarial impulsa la inversión productiva, lo que a su vez genera más empleo, aumenta la tributación estatal y fomenta la producción de bienes y servicios de calidad para la exportación. Por ello, el gobierno debe presionar al Banco de la República para que reduzca la tasa de referencia al 2% y establezca un control sobre las tasas que ofrecen los bancos comerciales privados. Además, es crucial fortalecer la banca pública para que otorgue tasas de interés de fomento.
Resulta estratégico aprovechar la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a la que el país se ha adherido recientemente, para impulsar la inversión en infraestructura y la transferencia de tecnología que mejoren la productividad nacional. Esto incluye aprovechar la financiación de proyectos mediante concesiones a largo plazo y las líneas de crédito de fomento del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, facilitando así la reindustrialización y contribuyendo a reducir el desempleo, la pobreza y la desigualdad.
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[i] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/cuentas-nacionales/cuentas-nacionales-trimestrales/pib-informacion-tecnica
[ii] La cotización internacional del café ha sido clave para este impulso: en el último año, el precio por libra creció un 95%, alcanzando máximos históricos. En la Bolsa de Nueva York, el café colombiano se cotizó durante dos meses consecutivos por encima de los US3,16 por libra, y para febrero de 2025 llegó a US3,80. Este repunte beneficia directamente a las más de 557.000 familias cafeteras del país, al traducirse en una retribución más justa por su esfuerzo: el valor de una carga de 125 kg se elevó a $2,98 millones. Ver https://www.elcolombiano.com/negocios/agro/cafe-de-colombia-produccion-no-logra-aprovechar-precios-record-BD26521167
[iii] En 2024, las remesas a Colombia alcanzaron un máximo histórico de US$11.848 millones. Se proyecta que para 2025, las remesas superen los US$13.000 millones, representando un crecimiento del 10% y alcanzando el 3,1% del PIB
[iv] https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2025/iooe/ioe2025_04.pdf
Carlos Julio Diaz Lotero
Foto tomada de: El País
Análisis económico objetivo e integral, claro y facil de asimilar. De todas maneras los indicadores macroeconomicos de crecimiento, inflación y reducción del desempleo en términos generales desvirtúan los.malos pronóstico que sectores del establecimiento esperaban del gobierno del cambio. Los más ortodoxos lo ubican en el ciclo expansivo del.capitalismo y para nada reconocen las políticas gubernamentales, las cuales están bien orientadas y requieren de más tiempo para lograr su crecimiento..