Pero en el caso de la derecha y la centro derecha, la cosa está mucho más ‘en pañales’, como se diría coloquialmente. Tratemos de hacer una mirada panorámica a esto, señalando como lo que está en curso no es otra cosa que el reflejo de la crisis de organización política, donde pareciera estuviéramos regresando al primer decenio de este siglo, donde cada jefe o jefecito político que él supondría tenía opciones presidenciales inmediatamente eso implicaba tener su propio partido o partidito político y en Colombia hemos sido bastante generosos para adecuar la norma a los deseos de los jefes políticos y no lo contrario, que se creen normas para construir o reconstruir partidos políticos y esas normas se cumplan.
En la derecha existen dos partidos políticos relativamente bien organizados, el Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe y Cambio Radical liderado por el exvicepresidente Germán Vargas Lleras. En el primer caso hay cerca de media docena de precandidatos, pero al parecer no se ha tomado una decisión definitiva del procedimiento y el momento y se ha conocido que existen fricciones a su interior entre algunos de los precandidatos que seguramente la intervención del jefe natural del partido intentará resolver. En el caso de Cambio Radical no hay discusión alguna si el exvicepresidente decide presentar su nombre. El problema radica en los ‘otros’ precandidatos de ese sector como Abelardo de la Espriella, Vicky Dávila y Juan Carlos Pinzón -por el momento candidato del partido Verde Oxigeno-, porque cualquier decisión de ese sector supondría que incluiría estos otros candidatos y eso no está claro, ni definido el procedimiento.
Por otro lado, se encuentra el Partido Conservador y el Partido Liberal, o lo que queda de ellos y allí tampoco es claro si van a jugar en una candidatura única de la derecha o si, por lo menos el Partido Liberal intenta acercarse a candidatos o sectores del centro político, lo cual se confundió más con la reunión de los expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe para supuestamente buscar un candidato único de oposición al candidato de izquierda gobiernista. En el caso del Partido Conservador, donde algunos suponían que la precandidatura de Efraín Cepeda, ex presidente del Congreso e histórico dirigente de ese partido en la Costa Caribe no tendría discusión, sin embargo, el directorio nacional de dicho partido prolongó el período de inscripciones de precandidatos -inscribiéndose hasta el momento tres, según se conoce- y no hay hasta el momento ni fecha ni procedimiento de cómo se seleccionaría el candidato de este partido. En el caso liberal hay menos debate porque se supondría que el jefe del partido, que parece un jefe eterno -parecido a los jefes de los soviets de la desaparecida URSS-, dispondrá el procedimiento y el momento.
Igualmente hay que situar acá a los llamados candidatos de las regiones, tres exgobernadores, Aníbal Gaviria de Antioquia, Juan Guillermo Zuluaga del Meta, Héctor Olimpo de Sucre y el exalcalde de Bucaramanga Juan Carlos Cárdenas, a los que se podría sumar el exalcalde Enrique Peñalosa de Bogotá; todos ellos aspiran a que con base en su experiencia de mandatarios regionales puedan llegar a ser mandatarios nacionales en el próximo año. Igual han tenido crisis acerca del procedimiento de escogencia de un solo candidato y no es claro si llegarán a un acuerdo antes de la primera vuelta presidencial.
En el centro político sobresalen tres nombres que tienen reconocimiento y apoyo político más o menos conocido, Sergio Fajardo, exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, apoyado por los partidos Compromiso y Dignidad; Claudia López, excongresista y ex alcaldesa de Bogotá -en el pasado apoyada por el partido Alianza Verde- y Juan Manuel Galán, excongresista y jefe del partido Nuevo Liberalismo. Adicionalmente hay una gran cantidad de nombres de aspirantes que se ubican igualmente allí, dentro de los que podemos mencionar al ex director del DANE Juan Daniel Oviedo, el exsenador David Luna, el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas. Evidentemente en este segmento de la opinión política no hay aún ningún procedimiento para una eventual consulta o mecanismo para seleccionar un candidato único de este sector. Todo indica que el aspirante con mayor reconocimiento Sergio Fajardo no parece estar interesado en nada diferente de ir hasta la primera vuelta presidencial de mayo de 2026 y seguramente esa misma decisión la tiene la exalcaldesa Claudia López, pero por ahora es especulativo.
Con este complejo panorama es difícil que se logre llegar a una primera vuelta presidencial con menos de unos diez precandidatos presidenciales, dos de la centroizquierda, tres de la derecha, tres del centro, un candidato de las regiones y otro espontáneo que no faltará. Sin embargo, si ese polo que se trató de crear por los expresidentes Uribe y Gaviria logra sumar a los ‘otros’ candidatos de la derecha, podría seleccionar un único candidato de la derecha con bastantes posibilidades de pasar a la segunda vuelta. La centroizquierda va a depender de la capacidad de realizar la consulta de marzo 2026 y de quien finalmente termine siendo el candidato de ese sector, para definir si el mismo va a tener posibilidad de pasar a la segunda vuelta, pese a tener el apoyo del actual gobierno. En el centro político solamente una unión alrededor de un nombre como el de Sergio Fajardo -eventualmente Claudia López- podría configurar una opción creíble para que tenga posibilidad de pasar a la segunda vuelta.
Lo que sí es evidente en las pocas encuestas que se han hecho en medio de la ‘Ley Mordaza’ -personalmente siempre he preferido abundancia de encuestas que goteo de las mismas y pese a estar seguro que en ocasiones algunas encuestas buscan influir y/o manipular la opinión más que informar, hasta ahora hemos conocido la de Polimétrica y la del CNC-, muestran que los candidatos con mayor preferencia serían Abelardo de la Espriella y Miguel Uribe Londoño en la derecha, Sergio Fajardo en el centro político y en la izquierda o centroizquierda Iván Cepeda, pero como sabemos todavía hay un camino un poco ‘culebrero’ por recorrer en nuestro caso y donde las elecciones de Congreso de marzo 2026 van a tener mucho que decir y ayudarán a inclinar las preferencias de los ciudadanos en relación con los aspirantes presidenciales, pese a que las características, habilidades y estrategias de campaña de cada candidato -incluido, por supuesto las propuestas programáticas, que deben ser mucho más precisas que ‘continuar lo de Petro’ o estar ‘en contra del gobierno Petro’- pueden jugar a su favor.
Alejo Vargas Velásquez, Analista Político de Paz, Seguridad y Defensa – Profesor Titular Universidad Nacional -Investigador Emérito de Min Ciencias
Foto tomada de: La Silla Vacía

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