La alianza BRICS, que inicialmente agrupaba a Brasil, la Federación Rusa, India, China y Sudáfrica, se ha expandido significativamente. Ahora incluye también a Egipto, Etiopía, Indonesia, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Además, cuenta con países asociados como Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda y Uzbekistán.
La presidencia brasileña ha establecido dos prioridades clave: la Cooperación Sur Global y las Alianzas BRICS para el Desarrollo Social, Económico y Ambiental. Para lograr estos objetivos, se enfocará en seis áreas fundamentales:
- Cooperación sanitaria mundial
- Comercio, inversión y finanzas
- Cambio climático
- Gobernanza de la inteligencia artificial (IA)
- Arquitectura multilateral de paz y seguridad
- Desarrollo institucional
La Agenda del Desarrollo frente a la Conflictividad Global
La principal preocupación de la mayoría global es el desarrollo, y líderes como Lula buscan reorientar el debate internacional en esa dirección, aprovechando la creciente influencia de los BRICS. Esta alianza debe diseñar nuevas reglas para el comercio mundial, las finanzas y el orden político, reconociendo que gran parte de los conflictos actuales buscan paralizar el desarrollo económico impulsado por los BRICS y la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). Las agendas de progreso se estancan con la violencia y las guerras, tanto internas como entre naciones, orquestadas por los gobiernos del G7, que representan los intereses del complejo industrial-militar y de fondos especulativos como BlackRock y Vanguard, junto a los imperios financieros de los Rothschild.[ii] Ante el declive económico y político, los globalistas anglosajones utilizan a países como Israel y Ucrania para intentar detener estas agendas alternativas de desarrollo.
Por tanto, es necesario abandonar la especulación en favor de la producción, superar la precariedad laboral para garantizar trabajo digno, y revertir el deterioro social en favor del bienestar colectivo. Esto implica no solo forjar mecanismos para un comercio más justo, sino también avanzar hacia la creación de una nueva moneda de reserva mundial y sistemas crediticios nacionales que favorezcan el desarrollo productivo.
El Sur Global clama por desarrollo para la paz. Esta debe ser la esencia de las discusiones internacionales, especialmente ante la crisis del neoliberalismo y de un sistema financiero especulativo que se desmorona bajo el peso de una burbuja de más de dos mil billones de dólares. Los países del Sur ven el modelo de desarrollo de China como un referente para la superación de la pobreza. Recordemos que la República Popular China logró sacar de la pobreza a 850 millones de personas en menos de cuatro décadas, un hito sin precedentes en la historia del desarrollo. Hoy, impulsa un gran proyecto de conectividad global, conocido como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), que integra vías terrestres —como carreteras, ferrocarriles, túneles, canales y redes energéticas— con una moderna infraestructura marítima, incluyendo puertos estratégicos que dinamizan el comercio mundial. Este megaproyecto ya integra 117 puertos estratégicos en 43 países, con la participación de más de 300 empresas navieras y la colaboración de centros de investigación internacionales. Además, se ha ampliado su alcance al transporte aéreo, estableciendo convenios en 104 países con 37 rutas de vuelo. En total, 154 naciones —de las casi 200 existentes— se han sumado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR): 37 asiáticas, 22 latinoamericanas, 27 europeas y 52 africanas, demostrando su escala verdaderamente global.
Mientras China y los BRICS impulsan la integración global mediante proyectos físico-económicos que elevan la eficiencia productiva, mejoran el nivel de vida de los pueblos y fomentan sociedades capaces de resolver sus conflictos mediante el diálogo maduro y la búsqueda de propósitos comunes; el Occidente colectivo persiste en su estrategia de fragmentación: guerras sustitutas, divisiones geopolíticas y mecanismos de control que perpetúan el dominio imperial del racismo anglosajón.
Existe una creciente desconexión entre los líderes políticos occidentales y sus pueblos, particularmente evidente en el rechazo ciudadano a genocidios como el perpetrado por Israel en Gaza y Cisjordania. En Estados Unidos, donde históricamente la mayoría de la población se opone a las guerras y la violencia, el descontento se ha manifestado en dos frentes. Por un lado, el movimiento MAGA ha retirado parte de su apoyo a Trump debido a su creciente implicación en la agresión israelí contra Irán. Por otro, las legítimas movilizaciones populares contra el gobierno han sido, lamentablemente, infiltradas sistemáticamente por actores pagados que generan violencia para promover un mayor caos.
Es crucial evitar la trampa de la desestabilización violenta. En su lugar, debemos canalizar la protesta social para difundir propuestas que sustituyan el actual sistema especulativo. Nuestro objetivo debe ser la construcción de un modelo económico productivo, cimentado en un auténtico Estado social. En este esfuerzo, el Sur Global tiene un papel protagónico: alzar su voz con unidad para rechazar el neocolonialismo e impulsar el nuevo paradigma de desarrollo que promueven la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) y los BRICS.
Mientras el Sur Global impulsa agendas de desarrollo soberano e inversiones productivas, la anglosfera imperial persiste en su doctrina belicista: fabrican conflictos, promueven genocidios selectivos y alimentan crisis geopolíticas diseñadas para perpetuar nuestra dependencia. Esta maquinaria de dominación busca debilitar a las naciones y someterlas a los intereses del capital transnacional, sacrificando en el altar de la especulación y la guerra cualquier posibilidad de progreso autónomo.
La Franja y la Ruta y el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS: Oportunidades estratégicas para Colombia
El gobierno de Colombia debe priorizar en su política pública los grandes proyectos de desarrollo que el país necesita, evaluándolos bajo el marco de la adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta y buscando financiación en el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS. Es crucial que se pongan sobre la mesa propuestas concretas en infraestructura vial (ferroviaria y carreteras), el canal seco y el desarrollo industrial, evitando caer en la trampa de la polarización y la confrontación verbal que alimenta la violencia interna.
La alternativa es clara. Como sostenía Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio,[iii] la única vía para construir una paz estable y duradera es cimentarla en el desarrollo integral. Esta visión quedó magistralmente sintetizada en su célebre frase que resume el núcleo del documento: “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”.
La humanidad enfrenta una disyuntiva histórica: construir un mundo de paz basado en el desarrollo soberano o sucumbir al dominio geopolítico de élites que priorizan las relaciones coloniales sobre el derecho de los pueblos. En este momento crucial, las mayorías populares de nuestra nación tienen la misión de consolidar un liderazgo político en las próximas elecciones. Uno que encarne la esperanza de un futuro donde la justicia social y el desarrollo sean los cimientos de una paz estable y duradera.
Como enseñó Martin Luther King, aunque la lucha sea larga, “el arco del universo moral siempre se inclina hacia la justicia”. Esta es nuestra brújula.[iv]
_______________
[i] https://sdg.iisd.org/events/17th-brics-summit/
[ii] El presidente de Francia, Emmanuel Macron, está vinculado a los intereses de los Rothschild, mientras que el primer ministro de Alemania, Friedrich Merz, responde a los intereses del fondo especulativo BlackRock. Scott Bessent, quien fuera gestor de fondos de George Soros, es el actual secretario del Tesoro de los Estados Unidos.
[iii] https://www.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_26031967_populorum.html
[iv] ¿Cuánto tiempo tardará en alcanzarse la justicia social? Esta fue la pregunta a la que respondía frecuentemente el Dr. Martin Luther King Jr. con una de sus metáforas más poderosas: “El arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia”. Una frase que resonó históricamente durante eventos como la marcha de Selma en 1965.
Carlos Julio Diaz Lotero
Foto tomada de: France 24
Deja un comentario