El fenómeno inflacionario mundial no tiene relación con factores de demanda, ya que los salarios, según se desprende del último informe mundial de salarios de la OIT[i], experimentaron una contracción en el año 2022. En el informe se plantea:
“La abrupta disminución de los salarios reales en el último año de la serie (2022) se debe principalmente al aumento de la inflación que comenzó en 2021 y prosiguió a lo largo de 2022. Según las estimaciones del informe, los salarios mensuales disminuyeron en términos reales un –0,9 por ciento en el primer semestre de 2022, lo que supone el primer crecimiento salarial negativo registrado a nivel mundial desde la primera edición del Informe Mundial sobre Salarios en 2008. Si se excluye de los cálculos a China, cuyo crecimiento salarial suele ser superior al promedio mundial, se estima que el crecimiento de los salarios reales en el mundo durante el primer semestre de 2022 caerá hasta el –1,4 por ciento”
La inflación a nivel global, y en nuestro país, tiene causas asociadas a factores completamente ajenos a los salarios, entre ellos
- Las emisiones cuantitativas realizadas por los bancos centrales para impedir el colapso de la burbuja especulativa del mercado hipotecario en los Estados Unidos, desencadenada por la crisis del 2008, que amenazaba, a su vez, con arrastrar hacia un desplome el sistema financiero mundial. En este contexto, los bancos centrales, incluida la Reserva Federal[ii], hicieron compras masivas de activos financieros, como bonos del gobierno o títulos respaldados por hipotecas, con valores marginales
- Choques de oferta debido a interrupciones en la cadena de suministro causadas por la pandemia y los conflictos geopolíticos. Estos eventos han reducido la disponibilidad de bienes esenciales, alimentos, equipos, insumos y otros elementos, generando presiones inflacionarias.
- Aumento de los costos de producción debido al encarecimiento de los energéticos, como el carbón, el gas natural y el petróleo, lo cual repercutió en mayores precios de los alimentos, fertilizantes, y otros bienes y servicios. Estos costos fueron trasladados a los consumidores en forma de precios más altos
- La devaluación de nuestra moneda ha elevado los precios de los bienes importados, generando a su vez una inflación más alta. Esto se debe a la considerable dependencia que tenemos de la importación de alimentos, bienes manufacturados y equipos.
- Los problemas estructurales internos de nuestro país, como la deficiente infraestructura de transporte y el atraso tecnológico, se traducen en una baja productividad. A esto se suman dinámicas especulativas y la creciente narcotización de nuestra economía.
El salario mínimo y la inflación en Colombia
Aunque el salario mínimo en Colombia ha experimentado incrementos anuales en los últimos 39 años, que han representado un crecimiento real de casi un 30% en relación con la inflación causada de cada año, estos aumentos no han impulsado un proceso inflacionario, como se puede inferir al observar las líneas de tendencia del gráfico que sigue.
Fuente: DANE – Banco Republica
*La inflación del año 2023 se proyecta en un 9,8% por parte del Banco de la Republica
Se aprecia que, a lo largo de los años, los incrementos reales han aumentado mientras que la inflación se mantiene por debajo de la tendencia del salario mínimo. En realidad, la inflación tiene dos tipos de causas interrelacionadas. Por un lado, se encuentran las causas monetarias y coyunturales, de corto plazo, que explican el súbito aumento de los precios. Por otro lado, a largo plazo, están las causas estructurales, subyacentes a las anteriores y, en última instancia, más importantes. Estas corresponden a los efectos de años de política monetaria, crediticia y fiscal equivocada en la economía física del país, su productividad y eficiencia. La causa principal de la inflación coyuntural radica en el excesivo flujo del capital monetario hacia formas de “inversión” no productivas y especulativas, como el contrabando, el narcotráfico o la pura emisión monetaria para gastos burocráticos, corrupción o el mercado bursátil, en detrimento de formas productivas. En cuanto a la inflación estructural, la causa fundamental es la falta de expansión adecuada del aparato productivo nacional, tanto en cantidad como en calidad y eficiencia. Una economía en correcto funcionamiento debería generar aumentos sostenidos de productividad gracias a mejoras en la infraestructura y avances en ciencia y tecnología. Estos incrementos en la productividad reducen los costos de producción de todos los bienes, aumentando simultáneamente la rentabilidad del empresario y el ingreso real de la fuerza laboral para mejorar sus condiciones de vida y su capacidad productiva.
Participación de los salarios en el ingreso nacional
De acuerdo con la información proporcionada por el DANE, la masa salarial del país muestra una participación significativamente menor en comparación con varios países de América Latina, que tienen un promedio del 40%, y los países de la OCDE, donde la participación supera el 50%. Como se observa en el gráfico siguiente, en el año 2022, la participación de los salarios en el país disminuyó al 30.8%.
Fuente: DANE
Mantener una política de incrementos del salario mínimo por encima de la inflación causada puede contribuir significativamente al crecimiento de la masa salarial en el ingreso nacional. En un contexto donde la inflación ha desempeñado un papel en la reducción de los salarios en términos reales, la implementación continua de aumentos del salario mínimo que superen la inflación pasada puede revertir esta tendencia contraccionista. Al lograr un aumento real del salario mínimo, se brinda un impulso directo al poder adquisitivo de los trabajadores de bajos ingresos, generando beneficios tangibles en su calidad de vida y fomentando un ciclo positivo de consumo que puede fortalecer la economía en su conjunto.
En un contexto en el que nos aproximamos a una posible recesión, derivada de políticas especulativas y tasas de interés elevadas implementadas por el Banco de la República con el objetivo de enfriar la economía, un incremento real del salario mínimo puede desempeñar un papel fundamental como contrapeso. Al potenciar el poder adquisitivo de los trabajadores con ingresos más bajos, se estimula el consumo y se impulsa la demanda agregada, elementos cruciales para atenuar los efectos negativos de la política monetaria restrictiva del Banco Central del país. Este enfoque no solo mitiga el impacto sobre los segmentos más vulnerables de la sociedad, sino que contrarresta las medidas contractivas y crea condiciones favorables para la recuperación económica.
Una consecuencia de la baja participación de los salarios en el ingreso nacional es la marcada desigualdad que se refleja en el indicador GINI. Este índice, una medida ampliamente reconocida de la disparidad en la distribución de ingresos o riqueza en una población, oscila entre 0 y 1. Un valor de 0 señala igualdad total, donde todos comparten los mismos ingresos o riqueza, mientras que un valor de 1 indica desigualdad extrema, donde una sola persona posee la totalidad del ingreso o riqueza, dejando al resto de la población sin nada. Según datos del DANE, el GINI se mantiene persistentemente por encima de 0,5, evidenciando un estancamiento en el indicador y situándonos entre las sociedades más desiguales del mundo. Esta persistente brecha económica subraya la urgencia de abordar las cuestiones relacionadas con la distribución de ingresos para promover una sociedad más equitativa y sostenible.
La política de incrementos del salario mínimo por encima de la inflación causada no solo aborda la problemática de la desigualdad en los ingresos, sino que también se convierte en un mecanismo efectivo para neutralizar los efectos contractivos de las medidas económicas del Banco de la República. En lugar de profundizar políticas que podrían contribuir a una espiral recesiva, este enfoque busca equilibrar la distribución de ingresos y fomentar la actividad económica a través del consumo. Las políticas salariales deben buscar una distribución equitativa de los beneficios económicos no solo para atenuar la precariedad de los trabajadores de bajos ingresos, sino también para desempeñar un papel dinamizador en la economía en momentos de incertidumbre sobre el crecimiento.
El aumento del salario mínimo para el año 2023 alcanzó un 16%, superando la inflación acumulada del año anterior, que fue del 13,12%. En términos reales, esto se traduce en un crecimiento del salario mínimo del 2,88%. A pesar de este incremento, es relevante señalar que la inflación ha venido descendiendo y se estima que al finalizar el año se sitúe en el 9,8%[iii]. Este contexto indica que, aunque el salario mínimo ha experimentado un aumento real, es crucial mantener esta política debido a que su capacidad de compra solo garantiza un poco más de la mitad de la canasta básica familiar para la población de bajos ingresos. El desafío primordial radica en ampliar la cobertura de trabajadores que perciben el salario mínimo, ya que actualmente solo alcanza al 9% de los ocupados, mientras que casi el 50% tiene ingresos inferiores a un salario mínimo.
Fuente: DANE
China un modelo a seguir: Mejoras salariales y deflación de precios
De acuerdo con el Informe Mundial de Salarios de la OIT 2022-2023, China se destaca como el país donde los salarios experimentan un crecimiento en términos reales. Sin embargo, este aumento no ha generado un impacto inflacionario. Según el portal de información económica y socio-demográfica Datosmacro[iv], China exhibe una inflación interanual de -2,6% hasta octubre y un índice Gini de 0,37, evidenciando un nivel de desigualdad moderado. Además, según datos del Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social, en septiembre, la tasa de desempleo urbano, calculada mediante encuesta, se situó en el 5%, y se espera que China mantenga esta tasa alrededor del 5,5% en 2023, mostrando un compromiso con mantener empleos estables y bien remunerados a pesar de los desafíos económicos globales. Estos indicadores resaltan el éxito del modelo de desarrollo de China, donde el crecimiento salarial coexiste con tasas de inflación negativas y bajas tasas de desempleo.
Productividad: clave para las mejoras salariales y la estabilidad de precios
El avance en productividad se presenta como la estrategia primordial para elevar los salarios y mantener la estabilidad de los precios en la economía. Cuando las empresas adoptan prácticas y tecnologías que mejoran la eficiencia y calidad de la producción, se crea un entorno propicio para aumentar tanto los ingresos de los trabajadores como la rentabilidad de las empresas. El incremento en la productividad no solo brinda a las empresas mayor flexibilidad para establecer políticas salariales más equitativas, sino que también contribuye a la estabilidad de los precios al reducir los costos unitarios de producción. Las inversiones estatales en infraestructura económica, junto con el fomento de la innovación y eficiencia por parte de los empresarios, conforman un círculo virtuoso en el que salarios más altos se respaldan con mayores niveles de producción, generando, a su vez, una inflación controlada. Esta interconexión entre productividad, salarios y estabilidad de precios se presenta como un enfoque integral para fortalecer la salud económica, generando un equilibrio beneficioso para trabajadores, empresas y la economía en su conjunto.
Las mejoras en productividad deben complementarse con políticas monetarias, crediticias y cambiarias efectivas para asegurar la rentabilidad de las actividades empresariales. Un entorno macroeconómico adecuado para la inversión y el desarrollo empresarial requiere control de cambios y capitales, paridad monetaria con el dólar, tasas de interés bajas y acceso a créditos de fomento. La coordinación de estas políticas es fundamental para mantener la estabilidad de precios y fomentar un entorno propicio para el crecimiento económico sostenible. De esta manera, se establece una conexión entre la productividad y las condiciones macroeconómicas, creando un marco beneficioso para el desarrollo empresarial y la justicia social.
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[i] Ver pagina 36 del informe: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_protect/—protrav/—travail/documents/publication/wcms_878409.pdf
[ii] Las emisiones cuantitativas de la Reserva Federal para alimentar la burbuja especulativa superaron los 30 billones de dólares.
[iii] Una de las variables que ha contribuido a la reducción de la inflación es la devaluación que se ha estabilizado en torno a los 4.000 pesos por dólar.
[iv] https://datosmacro.expansion.com/paises/china
Carlos Julio Diaz Lotero
Foto tomada de: Enfoque TeVe
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