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La crisis de los Bancos Centrales Autónomos ¿Fin de un paradigma?

23 enero, 2023 By Carlos Julio Díaz Lotero Leave a Comment

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Una vez terminada la Guerra Fría, al final de la década de los años 80, los Estados Unidos impusieron un mundo unipolar que hoy se está desmoronando. La arrogancia de las elites de los países del Transatlántico, se puso de manifiesto en el concepto filosófico del Fin de la Historia acuñado en sus escritos por el politólogo norteamericano, de origen japonés, Francis Fukuyama. En sus obras “¿El fin de la historia?” (1989) y “El Fin de la Historia y el Último Hombre” (1992) sostiene que, ante la desaparición del bloque socialista, el sistema democrático occidental en lo político y el capitalismo neoliberal en lo económico era la fase final en la historia de la evolución humana. Pero hoy observamos el ocaso de ese sistema que se creía el Fin de la Historia, de manera muy similar a lo ocurrido en el llamado socialismo real, que se creía igual una etapa superior de la historia que lideraba la URSS.

La política de la globalización neoliberal de subcontratar la producción industrial de las naciones desarrolladas en los países de bajos salarios destruyó empleos productivos en las naciones industriales y precarizó la mano de obra en los países en desarrollo. Fue, igualmente, una política nefasta la idea de promover la ganancia especulativa en el mercado bursátil a corto plazo, en detrimento de la producción y el aumento de la productividad de la economía a largo plazo. La caída de la productividad por falta de inversión en infraestructura, en especial de transporte de carga, y de avances tecnológicos aplicados a la producción se intentó contrarrestar con la estrategia de producción “justo a tiempo”, que significaba producir el mínimo número de unidades posibles y en el último momento posible, eliminando la necesidad de inventarios. Pero el mayor desacierto que introdujo el neoliberalismo fue la idea de que el dinero era sinónimo de riqueza en la sociedad, dándole funciones mágicas mas allá de su rol fundamental de ser medio de cambio o pago.

El resultado de las políticas neoliberales, que se creían el Fin de la Historia, fue el crecimiento de la pobreza, las desigualdades, y una hambruna, que, según la ONU[i], tiene bajo amenaza de inseguridad alimentaria a 1700 millones de personas. Por otra parte, el sistema financiero dominante en el mundo occidental se encuentra ad portas de un colapso hiperinflacionario, por el peso de una burbuja especulativa que supera los dos mil billones de dólares.

Los Bancos centrales autónomos se impusieron en el mundo bajo el argumento falso, de los teóricos neoliberales, de que los gobiernos eran proclives a la inflación, y por ello era necesaria su independencia frente al gobierno, con el fin de garantizar precios estables en la economía.  El sistema financiero occidental se encuentra en situación parecida a la Alemania de Weimar en 1923: una hiperinflación, que amenaza con devorar los ahorros y salarios de la población.  Los intentos de los bancos centrales de combatir esa inflación con aumentos en las tasas de interés están desencadenando una reacción en cadena de quiebras de las economías familiares y de las empresas que necesitan del crédito, y de los países en desarrollo que verán carcomidos sus débiles presupuestos por un creciente servicio de la deuda. Las radicales sanciones económicas y financieras impuestas a Rusia por su intervención militar en Ucrania, que incluyeron la expropiación de 300 mil millones de dólares de sus reservas depositadas en bancos occidentales, acabaron con la credibilidad de los principales Bancos Centrales Autónomos que regulan las economías occidentales, lo que se sumó a su creciente incapacidad de someter bajo control la vertiginosa inflación y las nuevas amenazas de desplome de los mercados financieros, que representan el mercado de criptomonedas.

Si bien es cierto que el proceso hiperinflacionario se ha agravado por la ruptura de las cadenas de suministros a causa de la pandemia y la guerra en Ucrania, el factor  determinante fue la excesiva impresión inorgánica de dinero primario por parte de los Bancos Centrales desde el 2008, en un intento de evitar el desplome de la burbuja especulativa, y por décadas de destrucción de la economía productiva y de deterioro de la infraestructura económica mundial por las políticas neoliberales de los Bancos Centrales Autónomos para favorecer las dinámicas especulativas.

La “desglobalización” y la “desdolarización” de un mundo multipolar emergente

El desorden financiero mundial y el cerco contra Rusia y China por parte de la OTAN, aceleraron durante el año 2022 la “desglobalización” de la economía mundial, configurándose un bloque Euro Asiático, encabezado por China en lo económico y por Rusia en la militar, en oposición a los Estados Unidos y la OTAN[ii]. Los procesos productivos se están relocalizando en los países, o en países cercanos, llegando a su fin las cadenas globales de suministro que caracterizaron la estrategia de competitividad de la globalización neoliberal basada en la mano de obra barata, precaria y sin derechos.

A la par que el mundo se “desglobaliza” por el declive de la hegemonía mundial de occidente en el control de las finanzas, el comercio, y la economía, se fortalece la alianza estratégica entre Rusia, China e India, con una serie de acuerdos para desarrollar proyectos de infraestructura apoyados en nuevos diseños financieros. Hoy no se puede desconocer la importancia crucial que tienen la Organización para la Cooperación de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática y el grupo BRICS plus, con muchas naciones que han solicitado su ingreso. El nuevo eje económico euroasiático agrupa a casi dos tercios de la población y la mitad del PIB del mundo, lo que permite el uso del yuan chino, el rublo ruso y la rupia india en el comercio que se adelanta en la región, en abierta ruptura con el sistema financiero occidental basado en el dólar. De hecho el presidente Chino Xi Jinping se reunió, en el mes de diciembre del año 2022, con líderes sauditas y del Consejo de Cooperación del Golfo para dar nacimiento al “petroyuan” en el mercado energético[iii] Además de Asia, muchos países de África, Medio Oriente y América Latina[iv] se están revelando contra las políticas coloniales de Europa y Estados Unidos, y se vienen acercando, a pesar de las presiones y golpes de estado que se orquestan desde Londres y Washington, al bloque Euro Asiático, dentro del cual la República Popular China viene impulsando desde el año 2013 la nueva ruta de la seda, denominada la Iniciativa de la Franja y la Ruta, como un nuevo paradigma que pone al dinero, al Banco Central, y al sistema financiero al servicio de la economía productiva, la ciencia y la tecnología,  y el desarrollo de grandes proyectos de infraestructura.

En nuestro país no podemos seguir considerando como intocable y sagrado el modelo de Banca Central Autónoma en que se convirtió el Banco de la Republica, que, con su política cambiaria neoliberal, de libre flotación de la moneda regulada por el mercado, y de una política monetaria y crediticia especulativa, ha sido responsable de varias tragedias económicas a lo largo de nuestra historia. ¿Sera que ya hemos olvidado la nefasta ventanilla siniestra por medio de la cual el Banco de la Republica financiaba el sicariato y legalizaba los dineros del narcotráfico? ¿Por qué las emisiones primarias para financiar la inversión productiva del Estado y a los agricultores para producir alimentos son inflacionarias y no las emisiones para financiar la economía criminal? ¿Por qué no se puede retomar el crédito de fomento como política crediticia que tuvo el Banco de la Republica antes de las reformas neoliberales de la Banca Central y del sistema financiero?

No olvidemos que la Corte Constitucional, a pesar del enfoque neoliberal de la política cambiaria, monetaria y crediticia del Banco de la Republica, en Sentencia C-481/99[v] establece que debe existir una coordinación entre la política económica general bajo responsabilidad del gobierno y la política monetaria, crediticia y cambiaria bajo responsabilidad del Banco de la Republica.

“La Asamblea Constituyente, para mantener la estabilidad en los precios, estableció un Banco de la República autónomo, pero siempre y cuando existiera también la obligación de que hubiera una coordinación entre las decisiones monetarias, crediticias y cambiarias, a cargo del Banco, con la política económica general, cuya orientación corresponde a los órganos políticos”..”… Obligar a la Junta a tratar de reducir a toda costa la inflación, y por ende imponerle como deber señalar metas de inflación menores a las registradas anteriormente, resulta no sólo irrazonable sino contrario a la coordinación que la Constitución prevé entre la actividad del Banco y la política económica general. Y de esa manera, se afectan además las finalidades de la intervención del Estado en la economía, por cuanto se antepone el control de la inflación a cualquier otro objetivo de política económica, como puede ser el logro del pleno empleo” (Subrayado mío).

¿El incremento de las tasas de interés como respuesta a la inflación no está atentando contra la generación y preservación de empleos?

_______________

[i] https://news.un.org/es/story/2022/05/1508992

[ii] https://www.nato.int/nato-welcome/index_es.html

[iii] https://dfsud.com/financial-times/un-nuevo-orden-mundial-esta-emergiendo-en-el-mercado-de-la-energia

[iv]  Alberto Fernández invitó a Xi Jinping a la Cumbre de la CELAC que se realiza en Argentina este año, para ratificar la creciente relación de China con América Latina por medio de las relaciones diplomáticas, y a través de créditos blandos, obras de infraestructura y el comercio exterior

[v] https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1999/C-481-99.htm

Carlos Julio Díaz Lotero

Foto tomada de: Vanguardia

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