Como señala Julio Londoño los presidentes de Estados Unidos y de Colombia han adoptado las diplomacias del micrófono, y del X con mensajes a media noche y desde lugares extraños, como parte de su forma de manejo de la política exterior. Donald Trump “sobre la marcha”, poniendo en ascuas a gran parte de la comunidad internacional, e incluso, a muchos norteamericanos, amenaza con una imposición de aranceles a productos que importa; ha elaborado una lista negra de países, cuyos nacionales no pueden ingresar a Estados Unidos; y en el próximo mes de septiembre 2025, debe decidir si certifica o no a Colombia en la lucha contra las drogas. Por su lado, Gustavo Petro, pese a la necesidad de tener especial cuidado en las relaciones de Colombia, en particular con sus principales socios, ha hecho cambios con mucha frecuencia en la política exterior y en el papel que juega el/la canciller.
Kevin Whitaker, exembajador de Estados Unidos en Colombia, afirmó que la situación es compleja debido a que “las dos administraciones son muy tercas, son muy comprometidas con su visión del mundo, y la verdad es que sin los diplomáticos principales en las capitales para enviar mensaje, eso hace más difícil la situación que se puede complicar puesto que el presidente colombiano no ofreció disculpas por haber mencionado una supuesta participación de funcionarios estadounidenses en el plan golpista, la situación puede complicarse aún más”, y agregó “No sé si el orgullo del presidente le permita hacer eso” .
Se ha recordado lo sucedido antes, cuando en 1989 enviaron la flota estadounidense para bloquear las costas caribeñas colombianas, supuestamente para evitar la salida de buques con cocaína. Además, bloquearon buques comerciales y productos colombianos en los puertos norteamericanos, pasajeros y aviones comerciales procedentes de Colombia. Todo eso ante la liberación que hizo un juez, de Jorge Luis Ochoa, del cartel de Medellín. También George Bush padre, iba a imponer mayores aranceles a productos colombianos como castigo por la producción de coca. Hubo reuniones de los presidentes, lo que ayudó a superar crisis e incidió, por varios años, en las relaciones diplomáticas y económicas binacionales.
Luego de que Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, ordenara el 3 de julio 2025 el llamado a consultas urgentes de John T. McNamara, encargado de negocios interinos de la Embajada en Bogotá, como respuesta a lo que calificó declaraciones “infundadas y reprobables” provenientes de los más altos niveles del Gobierno colombiano, el presidente Gustavo Petro rechazó la decisión. Y llamó a consultas a Daniel García-Peña, embajador colombiano en Estados Unidos y a explicar el desarrollo de la agenda bilateral: 1) Descarbonización de la economía y transición energética. 2) Interconexión eléctrica de América del Sur con Panamá y América del Norte, para hacer viable el gran potencial de energías limpias de América del Sur. 3) Revitalización de la selva amazónica y la selva del Chocó biogeográfico, con el fin de absorber buena parte del CO₂ de la atmósfera del planeta. 4) Ataque a capos del narcotráfico y sus finanzas internacionales, incluido el mayor desafío que enfrentan las organizaciones multinacionales del crimen en América Latina: la autodenominada “Junta del Narcotráfico”, con sede en Dubái, que confedera mafias albanesas, italianas, mexicanas, colombianas y del Cono Sur. 5) Tratado sobre la inmigración, reconociendo el derecho de Estados Unidos a recibir o rechazar a sus visitantes, sobre la base de la dignidad humana. 6) Colaboración del gobierno de Estados Unidos en la construcción de una reforma del sistema financiero mundial, para que se pueda canjear deuda por acción climática, hasta por 25 billones de dólares, con el objetivo de dar un primer gran paso contundente hacia la descarbonización de la economía mundial y la adaptación a la crisis climática. 7) Unir esfuerzos en la construcción de la paz regional, con salidas políticas y dialogadas a los conflictos en Venezuela, Cuba y Haití; poner fin a los bloqueos e intensificar las relaciones económicas, culturales y políticas del Gran Caribe, del que formamos parte: Colombia y Estados Unidos. “Unirnos como América Latina y el Caribe con Estados Unidos en los esfuerzos por lograr la paz en el conflicto Rusia – Ucrania y en conseguir, en Medio Oriente, que existan dos Estados y dos naciones libres y en paz en la región de Palestina, con un cese permanente al fuego y la liberación de todos los rehenes. Esas fueron las palabras de Petro explicitando la agenda bilateral.
Muy importante la urgente actuación de las cancillerías y los respectivos embajadores, para evitar que se profundicen las tensiones bilaterales y para que la relación binacional resuelva el acumulado de situaciones sin resolver y profundice en los retos que tiene por delante.
Socorro Ramírez
Foto tomada de: RTVC Noticias
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