El desarrollo humano, entendido como la ampliación de oportunidades y capacidades, se alinea directamente con la Economía Popular al priorizar las necesidades de las personas y sus proyectos de vida. Este artículo parte del enfoque de capacidades de Sen y Nussbaum, combinado con hallazgos de mi investigación previa, para analizar cómo la economía popular puede transformar realidades sociales mediante el fortalecimiento de capacidades humanas colectivas. Como veremos, este enfoque implica que las políticas públicas deben enfocarse en la potenciación de capacidades colectivas, como la afiliación, la razón práctica y la autogestión comunitaria.
El enfoque de las capacidades, originalmente desarrollado por Sen (2000) y ampliado por Nussbaum (2015), se ha consolidado como una herramienta fundamental para entender y abordar las desigualdades sociales. Pone el acento en la libertad real de las personas para elegir y actuar, centrándose en las oportunidades disponibles para desarrollar habilidades y funcionamientos esenciales para una vida digna. En el contexto de la economía popular, este enfoque se convierte en un marco estratégico para potenciar las capacidades individuales y colectivas, asegurando no solo la subsistencia, sino también la sostenibilidad económica, social y ambiental.
Reimaginando la economía popular desde sus fundamentos
La economía popular, como modelo alternativo basado en lógicas comunitarias, solidarias y no capitalistas, encuentra en el enfoque de las capacidades una base teórica y práctica poderosa. Este enfoque reconoce que el desarrollo económico debe ir más allá del aumento de ingresos, centrándose en garantizar oportunidades reales para mejorar las condiciones de vida. Según Sen (2000), la pobreza no es solo la falta de recursos materiales, sino la carencia de libertades esenciales para vivir con dignidad. Nussbaum (2015), por su parte, complementa esta visión al identificar diez capacidades centrales, como la razón práctica, la afiliación y el control sobre el entorno, que son indispensables para alcanzar el bienestar. Esta visión coincide con autores como Coraggio, J. L. (2011), para quien la economía popular se construye desde lógicas no mercantiles donde las capacidades colectivas son centrales.
En la economía popular, la capacidad de tomar decisiones, colaborar en redes solidarias y acceder a recursos básicos, como alimentación y salud, son aspectos esenciales para fortalecer la autonomía y la resiliencia. Este enfoque permite abordar problemas estructurales que afectan a las comunidades vulnerables, promoviendo un modelo económico inclusivo y sostenible.
Funciones esenciales que movilizan la economía popular
De las capacidades propuestas por Nussbaum (2015), destacan varias que son cruciales para el fortalecimiento de la economía popular:
- Razón práctica: Permite a las personas planificar y tomar decisiones sobre sus vidas y actividades productivas. En el contexto de la economía popular, esta capacidad se traduce en habilidades para gestionar negocios pequeños, elaborar presupuestos y establecer metas económicas a largo plazo.
- Afiliación: Fomenta la cooperación y las redes sociales, fundamentales para la creación de cooperativas, asociaciones comunitarias y sistemas de intercambio solidario. La afiliación fortalece el tejido social y promueve la colaboración para enfrentar desafíos colectivos.
- Control sobre el entorno: Garantiza que las personas puedan participar en las decisiones económicas y políticas que afectan sus vidas. Esto es crucial para que los pequeños emprendedores y las comunidades puedan negociar acceso a mercados, defender sus derechos y asegurar recursos.
- Salud física y emocional: Una buena salud garantiza que las personas estén en condiciones óptimas para participar en actividades económicas. Proyectos como huertas comunitarias y talleres de autocuidado pueden abordar esta capacidad.
- Habilidades internas: Capacitar a las personas en competencias técnicas y laborales abre oportunidades económicas previamente inalcanzables, permitiendo una participación más efectiva en la economía popular.
Capacidades multiplicadoras: El poder colectivo de transformar vidas
Las capacidades fértiles son aquellas que tienen un impacto multiplicador y potencian otras capacidades. En el fortalecimiento de la economía popular, estas capacidades incluyen:
1. Educación y formación técnica:
La educación es una capacidad fértil esencial, ya que abre puertas para acceder a mejores oportunidades laborales, fomenta la innovación y potencia el desarrollo de proyectos productivos. En la economía popular, programas de capacitación en habilidades técnicas, gestión empresarial y comercio digital generan impactos multiplicadores en los ingresos y la autonomía económica.
2. Afiliación y redes colaborativas:
Las redes comunitarias son fundamentales para fortalecer el tejido social y promover la cooperación en actividades económicas. La afiliación fomenta la creación de cooperativas, asociaciones y sistemas de intercambio solidario, que no solo generan beneficios económicos, sino que también fortalecen la cohesión social.
3. Salud física y emocional:
Garantizar acceso a servicios de salud y condiciones de vida digna tiene un impacto directo en la productividad y el bienestar. La salud es fértil porque una población sana puede participar activamente en actividades económicas y sociales, potenciando otras capacidades.
4. Planeación y razón práctica:
La capacidad de tomar decisiones informadas y planificar el futuro mejora la eficiencia y sostenibilidad de los proyectos económicos. En el marco de la economía popular, fortalecer esta capacidad mediante talleres de planificación financiera y diseño de estrategias asegura una gestión autónoma y sostenible.
5. Acceso a tecnología y recursos:
Facilitar el acceso a herramientas tecnológicas y recursos agrícolas o industriales mejora la productividad, fomenta la innovación y fortalece la competitividad de las economías locales. Esta capacidad fértil impulsa proyectos que generan empleo y estabilidad económica.
Superando barreras: Desventajas Corrosivas a intervenir
(Jonathan Wolff y Avner De-Shalit, 2007, citados en Nussbaum, 2015). Identifican las desventajas corrosivas como privaciones que impactan múltiples dimensiones de la vida. La inseguridad alimentaria, analizada en mi trabajo previo (Echeverri Isaza, 2018), opera como una desventaja corrosiva al limitar simultáneamente salud, participación económica y autonomía.
En el contexto de la economía popular, las principales desventajas incluyen:
- Discriminación y exclusión social: Impiden que grupos como mujeres, jóvenes y comunidades étnicas participen plenamente en actividades económicas.
- Falta de acceso a recursos básicos: Infraestructuras deficientes limitan la capacidad de desarrollo económico.
- Dependencia de intermediarios: Reduce los beneficios económicos para los pequeños productores, perpetuando la desigualdad.
Intervenir estas desventajas requiere educación, políticas públicas inclusivas y estrategias de empoderamiento comunitario.
Hacia una Economía Popular Resiliente y Transformadora
El enfoque de las capacidades ofrece una perspectiva transformadora para fortalecer la economía popular. Al enfocarse en oportunidades reales y en la expansión de libertades esenciales, este modelo no solo atiende las necesidades materiales, sino que también potencia la autonomía y la dignidad de las comunidades. Interviniendo en desventajas corrosivas y fomentando capacidades fértiles, es posible construir un futuro más equitativo y sostenible. Así, la economía popular se posiciona como un modelo resiliente frente a las crisis globales, impulsando el desarrollo humano inclusivo y duradero.
En síntesis, este artículo ha argumentado que la economía popular —analizada desde el enfoque de capacidades— trasciende lo económico para convertirse en un proyecto político y social que amplía libertades reales. Su potencial transformador radica en que no solo genera ingresos, sino que construye autonomía colectiva. Futuras investigaciones podrían profundizar en cómo estas capacidades se traducen en indicadores concretos de bienestar, ofreciendo así evidencia para el diseño de políticas públicas más efectivas.
Referencias Bibliográficas
- Coraggio, J. L. (2011). Economía social y solidaria: El trabajo antes que el capital. Quito: Abya-Yala.
- Echeverri Isaza, L. Á. (2018). Análisis crítico del concepto de recuperación en la operación prolongada de socorro y recuperación: Asistencia humanitaria a población en situación de desplazamiento con altos índices de inseguridad alimentaria afectada por la violencia en Colombia (Tesis de maestría, Universidad Central). Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes.
- Nussbaum, M. (2015). Crear capacidades: Propuesta para el desarrollo humano. Barcelona, España: Paidós.
- Sen, A. (2000). Desarrollo y libertad. Bogotá, Colombia: Planeta.
- Wolff, Jonathan y Avner De-Shalit. (2007). Disadvantage, Nueva York. Oxford University Press.
Luis Angel Echeverri Isaza– Trabajador Social, MG en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos
Foto tomada de: Colombia Travel
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