“La bajeza de su argumentación es tan patética que uno puede fácilmente pensar que,
aunque el hombre se crea un monje confesor, aún necesita mejorar mucho su escritura
y sobre todo, apaciguar sus demonios de la venganza y el odio”
Álvaro Leyva peló el cobre, Luis E Solano
En el ingenioso mundo de Don Quijote de la Mancha las mujeres ocupan un papel privilegiado. Desde la sin par Dulcinea del Toboso hasta Dorotea, la heroína del novelón sentimental, con la cual donde Miguel de Cervantes Saavedra establece un divertido contrapunteo jocoso que se enfoca en el papel pasivo de la mujer en la época en los relatos de caballeria y de hombres cruzados que imponian amargas censuras a sus mujeres.
En estos relatos, Dorotea desempeña el papel de una mujer traicionada por el hombre a quién confió su inocencia, pero que no se resigna a lamentarse o a exigirle a quién corresponde, la defensa de su honor, sino que se embarca en la tarea de hacer parte de una ficción, urdida por un tramposo, para representar el papel de doncella menesterosa, pero cuando se siente descubierta no duda en escurrir el bulto y poner pies en polvorosa, llena de turbación y sobresalto.
Los recientes hechos de conspiración, revelados por un periodista del País de España, han desnudado la traición y la soterrada inquina de un decrepito personaje que representa la decadencia de la más rancia oligarquía colombiana, Álvaro Leyva Duran. A este ladino personaje, el Presidente Petro le confió el encargo de ser el Gran Canciller de la Paz, pero pudo más su ambición de poder y termino destituido por la PGN por el escándalo de los pasaportes y la intensión de favorecer a un hijo suyo. Un reconocido lobista.
Tal vez, como lo sugirió el Presidente Petro, las acciones posteriores de Leyva podrían estar motivadas por el “resentimiento” y la “venganza” o por una venenosa combinación de estos bajos sentimientos humanos. Pero lo que sí quedo plenamente demostrado es que decidió hurdir una conspiración para “sacar ese tipo” de la Presidencia de la República. Y en esa confabulación encontró un terreno abonado por una conspicua fauna de personajes que han venido intentando “sacar a Petro” casi desde el momento mismo en que inició su período de gobierno.
En esta doble narrativa -de venganza personal y de amenazas sistématicas de la oposición- cobra mayor dimensión el esfuerzo conspirativo para desestabilizar el Gobierno. De un lado, la avalancha de cartas infames del excanciller que apuntan a socavar la autoridad y el prestigio personal del Presidente a como dé lugar. Y de otro lado, la féroz oposición para impedir la materialización de las reformas sociales y económicas del Programa de Gobierno del Cambio que buscan favorecer a los sectores populares, logrando una mayor justicia social, territorial y ambiental.
Las circunstancias que profundizaron la polarización política y enrarecieron más la precaria gobernabilidad del presidente Petro estuvieron precedidas por la intensa actividad de varios precandidatos a la presidencia del Centro Democrático -Vicky Davila y María Fernanda Cabal- y el expresidente sub júdice Uribe, que viajaron a los EEUU a buscar el apoyo de senadores republicanos de la ultraderecha y muy cercanos al Secretario de Estado Marco Rubio. En el momento mismo que Leyva comienza a hacer publicas sus calumniosas cartas dirigidas a provocar el mayor daño en “la imagen y la autoridad del jefe de Estado”
Actividades que fueron mencionadas en los audios y que dan cuenta de las gestiones adelantadas por excanciller Leyva en la busqueda de apoyo de los congresistas Mario Díaz-Balart y Carlos Antonio Giménez, de quiénes hace alarde de su cercanía e implicando una intermediación con el Secretario de Estado, con el objetivo de sacar a Petro de la presidencia. Con lo cual se pone en evidencia una trama internacional y se configura el delito de “traición a la patria”, como lo señaló en abogado del Presidente, Alejandro Carranza, al instaurar una demanda contra Leyva por 5 delitos.
Estas circunstancias de la conspiración internacional paradogicamente coicidieron con las declaraciones ofensivas de los congresistas republicanos, descalificando al presidente Petro como una persona “drogadicta”, “alcohólica” e “incapaz de gobernar”. Las cuales provocaron una breve crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos. Hoy, gracias a dios, superada por la sensatez del presidente Petro y la sindéresis de los cuerpos diplomáticos de ambos países
Un aspecto particularmente grave de las conversaciones de Leyva es su propuesta de buscar un “gran acuerdo nacional” que involucraba a “buenos y malos” para negociar una transición que incluía a “los gremios económicos más importantes, actores armados como el ELN y el Clan del Golfo y la misma vicepresidenta Francia Márquez”. Para lo cual, la candidata Vicky Dávila debía de ser la “Dorotea”, capaz de armar la componenda para derrocar a Petro, una especie de “golpe blando” o “lawfare”, orquestada por fuerzas de la ultra derecha colombiana y que contaba con el beneplacito de los circulos ultra conservadores más cercanos al Secretario de Estado y al presidente Trump.
Los conspiretas en la historía de Colombia: de la bellaqueria criolla a la infamia comunicativa
Esta clase de complot no son nada nuevos. En la historia política nacional, varias conspiraciones han jugado un papel importante[1], algunas buscando tomar el poder por medios no convencionales, otras atentando contra la vida de lideres y, más recientemente, intentando desestabilizar las instituciones del Estado.
Uno de los episodios más cruciales de la historia del país fue la conspiración de la noche septembrina (1828), cuando intentaron asesinar al Libertador Bólivar y dío lugar a la desintegración de la Gran Colombia. En este famoso episodio, un grupo de “desocupados” conspiretas, comandados por teniente Carujo y con la participación activa de destacados patricios e hidalgos como el general Santander, Vargas Tejada, Vicente Azuero y Florentino Gonzalález, quiénes se reunian a tomar tinto en un elegante café bogotano, asaltaron las puertas del Palacio Presidencial, asesinaron a los guardias e intentaron linchar al Libertador Simón Bólivar. Fue gracias a la oportuna intervención de Manuelita Saenz, la “libertadora del libertador”, que alerto a Bólivar y logró huir por una de la ventanas del Palacio de San Carlos.
En la “Conspiración de los Gólgotas”, la facción “gavirista” de la época, que bajo el gobierno del general Tomas Cipriano de Mosquera habían logrado imponer las primeras reformas neoliberales, eliminado los aranceles a las importaciones de productos extranjeros, provocando la ruina de los artesanos y la incipiente industria nacional. Estas reformas generaron el estallido social de mediados del siglo XIX, cuando los artesanos y amplios sectores populares se opusieron a esas reformas y, bajo la conducción del general Melo, lograron derrocar al presidente José María Obando.
Luego los gólgotas, junto con otros sectores conservadores, armaron una conspiración contra Melo y lograron “sacar a ese tipo”, implantado un régimen de persecusión y terror contra sus seguidores, incluyendo la expulsión y el exilio del general Melo. Este acontencimiento abrió un período de violencia y guerras civiles que desembocaron en la Constitución de 1986 y la apertura del régimen de la “Regeneración”, liderado por Rafael Nuñez y Miguel Antonio Caro, su ideologo principal, que alejó a Colombia de la senda democrática y modernista de comienzos del siglo XX.
El siglo XX en Colombia estuvo signado por una ola de violencia política que comenzó con el asesinato del líder liberal Rafael Uribe Uribe, a quién dos siniestros trabajadores godos le sembraron un hachazo en la cabeza. Un episodio que marco un punto de inflexión en la historia de la violencia en Colombia fue el asesinato de Jorge Elicer Gaitan (1948) que desencadenó la insurrección popular del “Bogotazo” y abrío un largo período de recrudecimiento de violencia política entre liberales y conservadores.
Período que fue clausurado mediante un golpe de estado urdido por las propias oligarquías liberal-conservadoras que derrocó al gobierno del ultra conservador Laureano Gómez e impuso la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla. Sin embargo, cuando Rojas Pinilla se aportó de los mandatos de la oligarquia e intento introducir algunas tenues reformas populistas fue nuevamente víctima de una conspiración política (llamada el Pacto de Benindorm, 1956, y Sitges, 1957) que lo sacó de la presidencia e implantó un régimen político bipartidista, llamado el Frente Nacional (1957-1070). Acuerdo que le permitío a las oligarquías liberal-conservadoras rotarse la presidencia y repartirse los cargos públicos por más de 16 años, excluyendo a la oposición de la contienda política e incluso ilegalizando a los partidos de izquierda.
Contrariando las aspiraciones de poner fin a la violencia política, el régimen antidemocrático del Frente Nacional dio lugar al surgimiento de grupos guerrilleros (FARC, ELN, EPL y otros grupos paramilitares) y de un nuevo período de violencia armada que se ha prolongado hasta nuestros días.
La Comisión de la Verdad, bajo la dirección del padre Francisco de Roux, documento en más de 35.000 hechos de violencia, las cifras de más 450.000 personas asesinadas, 121.768 desaparecidos, más de 20.000 niñas, niños y jóvenes víctimas del reclutamiento forzado, casi 6 millones de campesinos desplazados, 6.402 falsos positivos, y el exterminió de la Unión Patriótica que dejó 4.616 asesinatos. También fueron asesinados varios candidatos presidenciales: Jaime Pardo Leal (1987), Bernardo Jaramillo (1990), Luis Carlos Galán Sarmiento (1990), Carlos Pizarro Leongómez (1990) y Álvaro Gómez Hurtado (1995), con la complicidad y participación de agentes del Estado.
El caso del asesinato de Álvaro Gómez formó parte de una conspiración mayor para defenestrar al presidente Ernesto Samper. Conspiración de la cual hizó parte el hoy excanciller y desocupado Álvaro Leyva, conjuntamente con varios dirigentes políticos, líderes empresariales, agentes norteamericanos y las FARC, como lo confesaron ante la JEP.
Mención especial en estos macabros sucesos ocupan los medios de comunicación y, especialmente la prensa corporativa que han jugado un papel destacado en el tratamiento de la información. El “sindrome de la chiva” se apoderó de la forma y el afan irresponsable de transmitir la información. La publicación en caliente de informes e imágenes sensibles sin ninguna contrastación o censura de las fuentes. La avalancha de entrevistas a quemaropa, hechas por “períodistas” que no tienen la menor idea de los temas por los que indagan, donde intentan buscar culpables e imponerlos como grandes revelaciones sin el menor esfuerzo investigativo.
Frecuentemente algunos reputados perídiodistas, con enormes plataformas digitales, sirven de caja de resonancia a noticias falsas (fake news) o sensacionalistas que buscan confundir o desviar la atención de la gran masa de oyentes, teniendo como finalidad despertar sentimientos de odio, aliniarse con los intereses de sus patrocinadores, desatar campañas de desprestigio a los opositores políticos o causar incertidumbre o pánico. Algunos se lavan las manos escudanse en la “libertad de prensa” para cruzar la delgada línea que separa lo legal de lo ilegal, como sí su única resposabilidad ética fuera informar, para lo cual “todo vale”.
Hoy más que nunca es necesario entender que los medios de comunicación, en general, y los periódistas, en particular, tienen una responsabilidad crítica en la construcción de la democracia y la convivencia pacífica. Para lo cual es esencial su contribución en la formación de una opinión pública crítica, bien informada y, como lo expresará el filosofo antioqueño Estanislao Zuleta, madura para la paz y firme contra la guerra.
Es el momento de hacer un alto en la desenfrenada carrera informativa para rehacer el pacto comunicativo, alejandonos del odio y acercandonos a la empatía y la convivencia entre colombianos y colombianas. Para hacer de Colombia una potencia de vida!
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[1] Enrique Santos Molano, 1942. Grandes Conspiraciones en la historia de Colombia, Ed. Debate: Random House Mondadori, 2021.
Luis Alfredo Muñoz Wilches, Economista y MSc en Análisis de Problemas Económicos, políticos e Internacionales Contemporáneos
Foto tomada de: Agencia de Periodismo Investigativo
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